París

Nadal-Djokovic, mucho más que una final

Ningún duelo del tenis actual puede acaparar más interés que la final que mañana enfrentará en la pista central de Roland Garros al español Rafael Nadal y al serbio Novak Djokovic (13.00 GMT), los dos mejores tenistas del momento que se jugarán más que la Copa de los Mosqueteros, la hegemonía del tenis mundial.

El cuadragésimo segundo partido entre los dos tenistas que más veces se han enfrentado en la Era Open, el duodécimo en un grande, la sexta final de Grand Slam, el decimoséptimo partido en tierra batida o el quinto en Roland Garros arrastra tras de sí montoneras de estadísticas, cifras, récords y gestas que encumbran al choque al olimpo del tenis.

Además de la Copa de los Mosqueteros, el partido de mañana pone en juego el puesto de número uno del mundo, que hasta ahora pasea Nadal pero que puede recuperar el serbio por segunda vez en su carrera, tras haberlo perdido en octubre de 2013.

Los dos tienen motivos para reclamar la condición de favoritos y razones para que la victoria sea histórica.

Nadal nunca ha perdido en Roland Garros contra Djokovic, al que venció en la final de 2012 y en las semifinales del año pasado. La Philippe Chatrier es como su casa, una arena que conoce al dedillo y donde la derrota en octavos de final contra Robin Soderling en 2009 es la única mancha en su impoluto expediente en la arcilla de París.

Djokovic ha vencido en los cuatro últimos duelos, el último en la final del Masters 1.000 de Roma, disputada sobre tierra batida, una superficie en la que el serbio es el tenista que más veces ha derrotado al español, cuatro.

Nadal se crece en las finales a cinco sets, solo ha perdido 6 de 19, un récord, mientras que Djokovic encadena una serie de cuatro grandes sin título y ha perdido la mitad de las doce finales que ha jugado.

Djokovic sólo ha perdido tres partidos desde la final del Abierto de Estados Unidos del año pasado, mientras que Nadal ha encadenado esta temporada tres derrotas sobre la tierra batida, una serie negativa desconocida hasta ahora por el español.

Nadal tiene la ventaja moral. Djokovic demostró en Roma su superioridad tenística. Nadal ha mejorado enormemente su juego desde entonces. Djokovic ha centrado toda su temporada para ganar, al fin, el único grande que le falta.

Los dos tienen argumentos para ganar y motivos para que la victoria sea histórica.

Nadal se convertiría en el primer tenista en ganar cinco veces consecutivas Roland Garros, el primero en ganar nueve veces un grande y el primero en encadenar un decenio sumando, al menos, un título de Grand Slam.

Djokovic puede entrar en el club del británico Fred Perry, los estadounidenses Don Budge y André Agasi, los australianos Rod Laver y Roy Emerson, el suizo Roger Federer y Nadal, tenistas que han ganado los cuatro grandes.

O quedarse un año más en el banquillo de los Boris Becker, su actual entrenador, John McEnroe, Jimmy Connors, Stefan Edberg o Pete Sampras, que pese a tener un esplendoroso palmarés nunca ganaron en la Porte de Auteuil.

El serbio sabe que ha estado muy cerca de ganar en París. En 2011, su mejor año, se estrelló en semifinales contra Federer. En la final de 2012 la lluvia frenó su progresión cuando comenzaba a plantar cara a Nadal.

El año pasado en semifinales los dos rivales de mañana disputaron un partido estratosférico que se resolvió en el cinco sets con 9-7 en el último. Djokovic erró un remate aparentemente sencillo que le hubiera colocado 5-3 en el definitivo.

Para Nadal sería su décimo cuarto grande, con lo que le igualaría al estadounidense Pete Sampras y se quedaría a tres de Federer, plusmarquista de ese apartado.

Djokovic sumaría el sexto, todavía muy lejos de las cifras de Nadal o Federer, pero daría la sensación de derribar el mito del español.

A la final de París, el español ha llegado en una progresión ascendente, tímido en sus primeros partidos, hasta que en la semifinal contra el británico Andy Murray dejó la impronta de su mejor versión.

Djokovic ha estado más regular, pero no se ha visto su mejor tenis. En el penúltimo escalón contra el letón Ernests Gulbis perdió un set y fue víctima de una inquietante pájara a causa del calor.

El extenista francés Guy Forget resumió: "Hasta las semifinales hubiera apostado por Djokovic. Después de esos dos partidos, pondría dinero por Nadal. Sobre todo si, como anuncian, hace sol".