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Nadal hace historia en Roland Garros

Rafa Nadal llora emocionado tras vencer a Novak Djokovic
Rafa Nadal llora emocionado tras vencer a Novak Djokoviclarazon

Nadal gana su noveno Roland Garros con una remontada ante Djokovic. Con 28 años, lleva diez seguidos ganando al menos un «Grande».

Como los seis anillos de Michael Jordan, las diez Copas de Europa del Real Madrid, los cinco Mundiales de Brasil... La hazaña de Rafa Nadal en París está a la altura de los más grandes logros de la Historia. Son ya nueve títulos, sí, nueve. Una salvajada y la cuenta puede aumentar. La víctima fue Novak Djokovic en un partido cuyo alcance superaba lo que pasara en la Philippe Chatrier. Rafa ya tiene 14 «Grandes», como Sampras; mantiene el número uno del mundo al menos hasta el final del verano; ratifica que es el mejor jugador de la historia sobre tierra batida; lleva diez años seguidos ganando al menos un «Grande»; nadie tiene tantas victorias en un solo torneo... récords y más récords. Páginas y más páginas. Historia con mayúsculas.

De ahí las lágrimas de Rafa y de su tío Toni cuando se abrazaron en la grada. Nadal tardó unos minutos en asimilar lo que había logrado. Cuando lo hizo, instantes antes de la ceremonia de entrega de trofeos, le pudo la emoción. Estaba sentado en su silla y se llevó las manos al rostro. En los agradecimientos, en el himno, en el abrazo a Borg, camino de los vestuarios... «El tenis me ha devuelto un poco lo que me quitó en Australia», comentó, y eso que estuvo cerca de que la historia volviera a repetirse. Y es que Rafa acabó con calambres, al límite físicamente, muy cerca del KO, como confesó su tío. Y eso que su trayectoria en el torneo y la final no han sido de las más exigentes, pero... «Es la final que más he sufrido de todas. Hubo momentos en que me sentía muy vacío. No sé qué hubiera pasado en cinco sets. Estaba realmente muy al límite físicamente. La ilusión, la motivación, las ganas de ganar te mantienen en la pista con la mentalidad de querer hacerlo», afirmó. Un quinto set podía haber sido letal y eso ante un rival que durante buena parte del partido estuvo medio muerto, pero que no renunció a la pelea.

La final fue una montaña rusa de la que Rafa consiguió escapar ileso porque su capacidad de leer los partidos es una de sus muchas virtudes. Como Djokovic arrancó casi perfecto, tocó resignarse, ser paciente y esperar a que el serbio fallara. No lo hizo en el primer set y Rafa cometió varios errores en el tramo decisivo que le llevaron a empezar la final cuesta arriba. Perdió su saque en el octavo juego y en el noveno tuvo dos bolas de «break» que no aprovechó. Aun así, Rafa sabía a qué jugar. Tenía que ser atrevido, arriesgar, buscar la derecha y estar lo más metido posible en la pista. Todo eso lo comenzó a cumplir en la segunda manga y la final cambió. El primer punto y el último fueron iguales: sendas derechas ganadoras. No fueron los únicos «winners» y a medida que avanzaba el set la confianza creció.

Nadal empezó a mandar y Djokovic se fue diluyendo al mismo tiempo que el sol seguía brillando en París. La crisis del balcánico aumentó en el tercer parcial. Con una volea fácil perdió su primer servicio y con un sencillo revés a dos manos desperdició su única bola de «break» en el séptimo juego, el punto que le podía mantener en la pelea. Con el partido cuesta arriba, «Nole» se mostraba muy irregular. Hizo un amago de vomitar en el comienzo del cuarto parcial y cuando el cielo se cubrió trató de resucitar. Llegó hasta el décimo juego, pero su tenis era demasiado irregular. Rafa no andaba sobrado de energías. Se trataba de esperar, gestionar bien las fuerzas y aprovechar la oportunidad. Lo hizo a la primera y de la misma forma con la que ganó la final hace dos años. En la primera pelota de partido, Djokovic cometió una doble falta y la novena Copa de los Mosqueteros ya era suya. «Gracias a todo mi equipo, sin ellos todo esto no sería posible. En los buenos y en los malos momentos la familia y mi equipo han estado siempre conmigo. Hemos hecho un gran trabajo y días como hoy son la recompensa», fue lo primero que dijo. Las felicitaciones no se hicieron esperar. «Rafael Nadal, una vez más, ejemplo de deportividad, superación y coraje. Magnífica final de @rolandgarros», tuiteó el presidente del Gobierno. El presidente del CSD, Miguel Cardenal, le calificó de «superhéroe». «Felicidades al más grande @RafaelNadal ganador por novena vez de #RolandGarros! Eres imparable amigo», fue el tuit de Pau Gasol.