Tenis
Nadal no altera su calendario
Rafa tiene lesionado el psoas ilíaco, se esperan tres semanas de baja y que dentro de un mes pueda acudir a Acapulco, como tenía planeado.
Rafa tiene lesionado el psoas ilíaco, se esperan tres semanas de baja y que dentro de un mes pueda acudir a Acapulco, como tenía planeado.
Rafa Nadal se hizo pruebas ayer en Melbourne para conocer el motivo del dolor en el muslo derecho que le obligó a retirarse en los cuartos del Abierto de Australia ante Cilic. «Una lesión de grado 1 del psoas ilíaco de la pierna derecha» es el diagnóstico después de la resonancia. Se confirma, por tanto, que fue una molestia que le impidió seguir en el partido, pero no tiene por qué alterarle demasiado los planes en este comienzo de año. «Dentro de lo malo que es tenerme que retirar de los cuartos de final de un “Grand Slam”, la lesión no es tan grave. En los próximos días estaré en reposo deportivo y realizaré fisioterapia antiinflamatoria», dijo el tenista en sus redes sociales. Después, comenzará progresivamente el entrenamiento en pista, para, calculan, «en tres semanas» estar recuperado. «El psoas ilíaco es un músculo que se inserta en la columna. Tiene dos funciones, como son la de estabilizador de la columna y flexor de la cadera, por tanto es fundamental en el tenis», explica el doctor Ripoll, director del Ripoll y de Prado Sport Clinic, centro que tiene la acreditación de Excelencia de la FIFA. Para Nadal es una lesión nueva, pero en el deporte es habitual.
Las lesiones siempre son un contratiempo. La de finales del año pasado, sus eternos problemas en la rodilla, le impidieron cumplir los tiempos de la pretemporada y llegó a Australia sin haberse rodado en un torneo anterior (iba a jugar una exhibición en Abu Dabi y en Brisbane) por primera vez en su carrera. Puede ser uno de los motivos de su lesión, al margen de la dureza propia de la competición (venía de un partido de cuatro horas y disputaba otro de otras cuatro). Pero como el diagnóstico es bueno, el zurdo de Manacor tiene pensado mantener el calendario. Su próxima cita sería Acapulco, justo dentro de un mes, y en principio irá, aunque sea el torneo de menor importancia de los próximos que va a disputar, pues después, en marzo, están los Masters 1.000 de Indian Wells y Miami. La competición no perdona. Si Federer acaba imponiéndose en Australia, se quedaría sólo 155 puntos por detrás del español en la lucha por el número uno. Rafa defiende 300 puntos en Acapulco y si no acudiera (siempre que Federer retenga su corona en Melbourne, donde ya está en semifinales), perdería momentáneamente el trono del tenis. El número uno no es la principal motivación del insular en este momento, su salud está antes, pues si la tiene puede jugar bien y jugar bien es la mejor manera de llegar a la cima. Es, por tanto, una consecuencia, pero ser el uno es mejor que ser el dos. El año pasado, el mismo Federer disputó un torneo de más que no tenía planeado (en Montreal) ante la posibilidad de ser número uno y en parte le lastró para el discreto Abierto de EE UU que protagonizó dentro de una temporada extraordinaria.
«No es agradable ver a un amigo como Nadal salir así del torneo. Le escribí anoche. Fue lo último que hice antes de irme a dormir», dijo ayer el helvético. «Me alegra escuchar que la baja estimada no es muy larga», continuó. Nadal y Federer son amigos y tienen una buena relación, pero, aunque no lo reconozcan, se miran de reojo porque deportivamente son oponentes y están peleando contra la historia. Seguramente el suizo siga jugando con 36 años, aparte de porque se divierte y gana, para intentar seguir sumando títulos de «Grand Slam» ante la amenaza que suponen los 16 que ya tiene Nadal (él está en 19). Se alimentan mutuamente. Es una de las mejores rivalidades de siempre.