Tenis
Un británico en Wimbledon
Sin darse cuenta, sumando un año detrás de otro hasta cumplir 77, los británicos se habían acostumbrado a que el ganador en la pista central de Wimbledon no fuera uno de los suyos. El triunfo de Fred Perry había pasado de nietos a abuelos como una leyenda de tradición oral. Apenas quedan ya testigos de aquella victoria en el 36 contra el alemán Gottfried von Cram. El paso del tiempo hizo que los británicos se dedicaran a «adoptar» a algunos de los ganadores. Lo hicieron con Roger Federer como lo habían hecho en el cuadro femenino con Chris Evert durante sus años de matrimonio con el británico John Lloyd. Tin Henman fue una vana esperanza, pero Andy Murray, por fin, ha conseguido que los británicos vuelvan a sentirse dueños de su torneo. Avisó en los Juegos Olímpicos al ganar el oro en esa misma pista. Ayer, 77 años después, un escocés consiguió unificar los sentimientos británicos.
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