Sevilla F.C.
Último brindis de Iniesta
El Sevilla, potenciado por el daño que le hizo en Liga, busca ganar la Copa al rey de la competición. El Barcelona persigue el título para empezar a olvidar lo de Roma y comenzar a decir adiós a su capitán
El Sevilla, potenciado por el daño que le hizo en Liga, busca ganar la Copa al rey de la competición. El Barcelona persigue el título para empezar a olvidar lo de Roma y comenzar a decir adiós a su capitán.
Uno de los gritos más repetidos en el Camp Nou desde hace semanas es: «Nosotros te queremos, Iniesta quédate»; pero en grandes días, en días de final, por las calles de la ciudad donde se disputa el partido por el título uno de los cánticos de guerra es: «Esta noche hay fiesta, juega Andrés Iniesta»... Pero la fiesta llega a su fin. La de hoy en el Wanda Metropolitano será la última final del capitán del Barcelona, que se irá a China la próxima temporada salvo sorpresa o cambio de opinión que nadie espera. Falta que lo confirme él, pero ya dijo hace poco que la decisión estaba tomada (aunque no desveló qué decisión era) y que el apoyo del público siempre lo había tenido y no influirá. Desde que debutó en 2002, han sido 16 partidos a vida o muerte con el manchego en el campo, de los que ha ganado 12. Nunca ha conseguido un gol Iniesta en este tipo de duelos con el Barça (pero sí con la Selección, por supuesto...) y se las ha visto de todos los colores: en su primera final de Champions (2006) entró al descanso para hacer de mediocentro y reactivar a su equipo ante el Arsenal. La segunda la jugó lesionado, apenas podía acelerar y no podía chutar, pero Guardiola decidió incluirlo en el once pese a todo para superar al Manchester United en Roma (2009). En la Copa tiene 5 títulos y 4 finales, ya que se perdió una por lesión. Si logran la sexta él y Messi se situarán al lado de Schuster en el segundo escalafón histórico, sólo superados por los 7 títulos de Gaínza. El Sevilla ya lo sufrió la última vez que se vieron las caras en la final de Copa, en el Calderón hace dos años, cuando el «8» del Barça detuvo el mundo con la pelota en los pies para que su equipo resistiera con un jugador menos y sentenciara en la prórroga.
El Sevilla también estuvo en una de las cuatro finales que Iniesta ha perdido como azulgrana. Fue en la Supercopa de 2006, un 3-0 del campeón de la todavía Copa de la UEFA sobre el campeón de Europa. Andrés y Messi son los únicos supervivientes de aquel encuentro en el Barcelona. Navas ya estaba en el Sevilla, donde ha vuelto después de pasar por el Manchester City. Pero ese no es el precedente que anima al conjunto andaluz a pensar que puede derrotar al campeón de las últimas tres ediciones. Es uno más cercano, el 2-2 de la Liga, hace menos de un mes en el Pizjuán. «El que estuvo más cerca de ganar ese día fue el Sevilla. Tenemos cosas que corregir», admitió ayer Valverde. Sólo la falta de puntería de los chicos de Montella lo impidió. Por primera vez en todo el curso se vio al equipo que dirige el «Txingurri» descosido y desbordado. «Debe servirnos de referencia y de aviso», insiste el técnico barcelonista, que piensa que el Sevilla «tiene argumentos para ganar la final». «Y a ellos debemos hacer frente», añade. «Cada partido es diferente, pero hemos visto que es posible ganarle al Barça. Necesitas tener una concentración máxima», opina Montella, el preparador de los hispalenses. Está siendo una temporada extraña para el conjunto sevillano. En la Champions ha hecho historia llegando a los cuartos de final, después de eliminar al Manchester United, y siendo superado por el Bayern Múnich sólo con dos goles en propia puerta. En Copa está en la final, después de haber dejado en el camino a rivales tan temibles como el Atlético. Pero la Liga ha sido su tortura, irregular de principio a fin. Llega a la gran cita con seis partidos seguidos sin ganar, pero eso en una final poco importa. Montella ha alejado a los suyos de la Feria de Abril con una concentración en Marbella, y ayer ya llegaron a Madrid y pisaron el Wanda Metropolitano, templo que ya han conquistado en esta Copa, en el duelo con el Atlético. «No estoy contento con el hecho de que no vayamos a estar en la próxima Champions [por los errores en la Liga], pero otros equipos como el City, el Real Madrid o el Barça también han tenido actuaciones por debajo de lo esperado en alguna competición. Estamos aquí para poner en el campo toda la garra y la lucidez posible ante un rival fuerte», explicó Montella
El Barcelona mira la Copa como el primer paso en busca de un doblete que le haga terminar la temporada con una sonrisa. Quiere «beber» para olvidar. El año inmaculado, casi perfecto, se vio azotado con la caída de Roma y la sorprendente eliminación de la Champions en casi la primera derrota de la temporada (sin contar la Supercopa de España, sólo hubo otra, contra el Espanyol en Copa, pero con remontada en la vuelta). «No hay ningún culé que no haya estado triste por lo de Roma, pero ya hay que olvidarlo. Queremos el primer título de la temporada y enseñarle a todo el mundo que seguimos haciendo historia y que estamos fuertes», dijo Rakitic, que se ha operado a toda prisa en la mano para no perderse el gran duelo ante su exequipo. «Tenemos la oportunidad de cerrar el pequeño desencanto», insistió Valverde, que está ante la oportunidad de lograr su segundo título como técnico en la Liga española, después de la Supercopa que levantó con el Athletic en 2015. Con el equipo vasco también disputó una final, precisamente en ese 2015, en el Camp Nou contra el Barça, pero fue derrotado por 3-1 gracias a la estelar actuación de Messi. El argentino está ahora de su parte. «Es un extraterrestre. Espero que mañana [por hoy] esté sobre la tierra. Cuando tiene el balón es muy difícil contrarrestar su juego. Lo más importante es que no le llegue el balón», admitió Montella.
Si el Barça de Messi e Iniesta está acostumbrado a ganar finales, también lo está el Sevilla, que en los últimos doce años ha ganado una Supercopa de Europa, dos Copas del Rey y cinco Ligas Europas. Será un partidazo, pese a toda la polémica que rodea el duelo por la pitada al himno. «Estoy aquí para hablar de fútbol –repitieron ayer tanto Valverde como Rakitic como Montella– no de política», aunque muchos están empeñados en no comprenderlo. Cuando suene otro pitido, el del árbitro, las emociones fuertes están aseguradas.
✕
Accede a tu cuenta para comentar