Sevilla F.C.

Unai Emery siempre está

Su Sevilla se ha convertido en el acompañante permanente en Europa de los tres grandes del fútbol español

Unai Emery siempre está
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Su Sevilla se ha convertido en el acompañante permanente en Europa de los tres grandes del fútbol español

En el dominio español en Europa destaca el Sevilla de Unai Emery Echegoyen (Fuenterrabía, 1971) con tres títulos de Liga Europa seguidos. Al técnico sevillista le reprochaban en el Valencia, en su anterior club, una supuesta incapacidad para sacar adelante los partidos decisivos, pero de esos, en Mestalla, apenas hay desde que decidieron prescindir del técnico vasco. En enero de 2013, el Sevilla recurrió a él como recambio de la pareja formada por Míchel y Víctor, dos calamidades embutidas en traje italiano que estaban arrastrando al club al descenso a paso acelerado: metió al equipo en Europa en una segunda vuelta estrepitosa y de ahí, al triplete, al viaje a la gloria continental con paradas exitosas en Turín, Varsovia y la última en Basilea.

Si el Atlético de Simeone vence al Real Madrid en Milán, el Sevilla completará el 9 de agosto en Trondheim (Noruega) una triada de Supercopas continentales frente al terceto de grandes del fútbol patrio. En la aristocracia cambian los bailarines, pero el mismo burgués se empareja con ellos en el minué: el Sevilla de Emery. Haría falta entonces que naciese de nuevo Plutarco para describir las vidas paralelas de Emery y Pep Guardiola, el producto exportado a Alemania por la «Marca España» que ha intentado, en vano, oponerse a este dominio con su Bayern. Todos los atléticos suspiran, en efecto, por que se cumpla el dicho «no hay dos sin tres» y los muchachos de Simeone repitan la rutina de los últimos campeones de Europa: eliminar a los bávaros en semifinales y chocarse con los guerreros de Emery allá por el próximo mes de agosto.

Los equipos del entrenador guipuzcoano son un reflejo de su personalidad obsesiva. Estajanovista y metódico como un coleccionista de sellos, a Unai Emery sólo le falta un buen asesor de imagen para instalarse entre la superélite de los técnicos europeos, ésa a la que pertenece Jürgen Klopp, extrovertido y en continuo proceso de fabricación de titulares, sin haber acumulado ni la mitad de méritos que él. Le preguntaba un periodista inglés en la sala de prensa del estadio Saint Jakob los motivos de la hegemonía de la Liga española en Europa. «No creo que nosotros debamos contestar a eso. Hay que ser humildes». Ése es Emery.

Como un símbolo, Coke fue elegido hombre del partido en Basilea. Portador del brazalete en ausencia del lesionado Reyes, el vallecano es la prolongación del entrenador en el campo. Ni técnica ni físicamente es un futbolista destacable, pero su permanente estado de concentración y una inteligencia del juego fuera de lo común lo convierten en el perfil de jugador polivalente (lateral, extremo, central o pivote, y con instinto goleador) que cautiva a Emery, el hombre capaz de sentar durante toda una temporada a un «crack» como Fernando Llorente y lograr que el futbolista, sin haber jugado ni un minuto en la final ante el Liverpool, lo busque para abrazarlo inmediatamente después de que Jonas Eriksson pitase el final del partido.