Carlo Ancelotti reprendió severamente a sus jugadores en los vestuarios de San Mamés, como desveló José Luis Sánchez en «El Chiringuito de Neox».

«Por este camino no ganaremos nada. Vosotros habéis ganado y podéis seguir ganando, pero, si seguís así, vais a tirarlo todo. Se puede perder, pero no con esta actitud». El correctivo de Ancelotti a sus jugadores en el vestuario de San Mamés tras la derrota, desvelado por José Luis Sánchez ayer en «El Chiringuito de Neox», fue demoledor. El técnico esgrimió su «mano floja» en Bilbao... para darle una buena bofetada a sus futbolistas.

El Madrid se está cayendo. Es un hecho indiscutible. Sólo ha ganado en dos de las últimas cinco jornadas disputadas, dilapidando su ventaja y cediendo el liderato al Barça. Tras las 22 victorias consecutivas con las que el equipo blanco rozó el récord Guinness, y tras un año 2014 en el que levantó cuatro títulos, uno de ellos la ansiada Décima, el equipo se le descompone a Ancelotti en un 2015 aciago. Desde la victoria en el Mundial de Clubes, el Madrid ha sufrido cuatro derrotas y concedido dos empates en tan sólo 14 encuentros oficiales.

El discurso de Carlo Ancelotti ha ido cambiando progresivamente. Allá por el mes de noviembre, cuando el Madrid arrasaba con fútbol y goles a quien se le pusiera por delante, el técnico italiano reiteraba una y otra vez su agradecimiento a una plantilla inigualable. «La más profesional que he visto», decía Carletto, que bendecía su «suerte» cada vez que tenía ocasión por el privilegio de poder dirigirla. Pero su discurso ha ido cambiando paulatinamente. El 4 de enero se rompió la magia con la derrota de Mestalla. «Esta derrota tenía que llegar tarde o temprano. Al equipo lo he visto bien. No tengo nada que decir sobre el trabajo que ha hecho». Carletto se lo tomaba con tranquilidad. Pero, tras perder 2-0 en el duelo copero ante el Atlético, en el siguiente partido, ya escuchó por primera vez la palabra «crisis»: «Me parece exagerado. No estamos contentos, porque el equipo no ha generado oportunidades. Ha habido un problema».

Las cosas se iban torciendo, y tras la eliminación (2-2 en el partido de vuelta en el Bernabéu), Carletto admitía un problema en 2015: «Este año no hemos encontrado la forma. Hemos cometido errores que normalmente no cometemos». Y dejaba también una frase que no gustó ni en el club ni en la grada: «Seguramente la eliminación es buena para el equipo ahora, con la ‘‘Champions’’».

Y Ancelotti explotó. Sucedió tras la humillación, en Liga, de nuevo a manos del Atlético. Un 4-0 en el Calderón que el entrenador italiano diagnosticó con claridad: «Tenemos que modificar la actitud. Claramente, tenemos que cambiarla. No ha sido normal esta falta de ganas. Es el peor partido desde que estoy aquí». Y repartió culpas entre los jugadores: «Empezando por mí, cada uno tiene que tomar su parte de responsabilidad». Las críticas públicas del míster no gustaron a la plantilla, y después del empate ante el Villarreal habló de lentitud en el juego, pero también se excusó en que son «cosas que pasan», y anteayer, en Bilbao, negó directamente que hubiera un problema de actitud: «Es un fallo técnico, no de actitud. No encontramos soluciones ofensivas. Jugamos individual y buscamos soluciones individuales. Es confuso lo que estamos haciendo». Los jugadores no quieren que el míster los deje públicamente «vendidos» y Carletto lo evitó en la rueda de prensa tras caer en San Mamés. Pero la bronca de puertas para adentro ha dejado meridianamente claro que espera mucho más de sus futbolistas y que empieza a perder la paciencia y el paternalismo que le han caracterizado durante toda su carrera. Es momento de que haga gala de su famosa mano izquierda.