¿Y en qué campo la batalla?

Una vez conocido el nombre de los dos equipos que lucharán por la Copa, hay que decidir dónde se disputará la final, el lío de siempre, porque aparte de no saberse la sede, no es segura ni la fecha, inicialmente el 18 de mayo.

Una vez conocido el nombre de los dos equipos que lucharán por la Copa, hay que decidir dónde se disputará la final, el lío de siempre, porque aparte de no saberse la sede, no es segura ni la fecha, inicialmente el 18 de mayo. Se manejan varias opciones y a una parte del madridismo le suena bien la posibilidad de poder enfrentarse al Atlético en el Camp Nou. Desde Chamartín no se han pronunciado de manera oficial, pero la preferencia es que sea en un campo neutral. Y el del Barça tiene ventajas. «Quizá el problema sería el traslado, pero posee un gran aforo e imagino que ambos equipos querrán llevar el mayor número de aficionados posible», explica el ex madridista Pavón, que considera que llevar la final de Copa al estadio azulgrana le pondría un poco más de morbo. «Estaría bien por la capacidad y por devolver lo del año pasado», opina Alejandro Lora, presidente de las peñas madridistas, que sin embargo, apunta a Mestalla como la opción ideal porque «el traslado es más cómodo y el Madrid ha tenido allí buenos resultados». Con «devolver lo del año pasado» se refiere a cuando Sandro Rosell pidió el Bernabéu para jugar la final con el Athletic, y el Madrid no lo cedió por unas obras en los aseos del estadio. Desde la Federación aludían a que tenía que ser un campo neutral y de gran capacidad, requisitos que cumple el Camp Nou. El Barça no se ha pronunciado porque tampoco hay propuesta oficial. El próximo lunes se producirá la primera reunión entre ambas directivas y la Federación, pero el club azulgrana puede ser presa de las palabras de su portavoz, Toni Freixa, hace un año: «Para nosotros sería un honor acoger la final de Copa porque es el partido más importante del fútbol español». Los azulgrana tendrían la excusa de que el 18 está previsto el partido de Liga ante el Valladolid.

Enrique Cerezo ha afirmado que quiere que sea en Madrid y que por tradición tocaría en el Calderón, después de que la última (1992) se disputase en Chamartín. Ganó el Atlético 2-0. «Está ese partido y el del "Centenariazo"...», argumenta Lora para tener recelos a que el Madrid juegue como «local», lo que aporta una presión extra, aunque reconoce que hacerlo en Madrid supone «comodidad y ahorro».

Aparte de deportivo, la final de Copa también tiene un aliciente económico para la ciudad sede, a la que suele dar unos beneficios de entre 10 y 15 millones. Si fuera Madrid, esa cifra descendería. Lo que sí es seguro es que en la capital no habría problemas con el himno, por eso otra parte de los madridistas prefieren evitar el Camp Nou, ya que en Barcelona podría «colarse» algún infiltrado. «El Rey va a disfrutar: verá una final y escuchará el himno, que en las últimas finales no ha podido», opina el ex madridista Isidoro San José. El lunes empieza la pugna.