Wall Street da la bienvenida a la nueva Telefónica

Telefónica atrajo ayer todas las miradas en el mercado de valores más importante del mundo. Su presidente, José María Álvarez-Pallete, inauguró ayer la sesión en la Bolsa de Nueva York con el toque de campana –el «opening bell»–, una tradición que da inicio a las operaciones en el corazón financiero del mundo. Con más de un siglo de historia, esta apertura es televisada y se recibe con especial interés por grandes inversores financieros y empresarios en todo el mundo. Con un parqué repleto de operadores, Álvarez-Pallete quiso oficializar el cambio de rumbo que la compañía española inició la semana pasada, cuando el consejo de administración aprobó un nuevo plan de actuación con cambios estructurales y de objetivos. Los fundamentales: la reestructuración de la compañía en Suramérica, salvo Brasil, donde seguirán invirtiendo con fuerza, y la consolidación en el mercado europeo, centrándose en sus valores de referencia –España, Alemania y Reino Unido–, que generan más del 80% de los ingresos.

El objetivo final –además de adaptar la compañía a los nuevos retos tecnológicos y medioambientales y de priorizar las inversiones en sus mercados estratégicos– persigue impulsar las oportunidades de negocio con mayor potencial de crecimiento, asegurando en el mercado el valor de sus infraestructuras, al mismo tiempo que se incrementa la agilidad operacional y se mejora la eficiencia. A estas medidas se unirán otras tres: la creación de dos unidades de negocio –Telefónica Tech y Telefónica Infra– y la redefinición del centro corporativo, con cambios en la estructura del comité ejecutivo de la empresa. Todo ello es lo que ayer hizo sonar Telefónica de forma simbólica con la campana de Wall Street.

La multinacional de las telecomunicaciones quiere que sus nuevas unidades de negocio sean conocidas con rapidez por los mercados de inversión. Principalmente la nueva unidad digital, Telefónica Tech, que busca generar más de 2.000 millones de euros en ingresos adicionales para 2022. En esta nueva filial serán integrados los negocios digitales de la operadora con el potencial de crecimiento más rápido, y con capacidad para asociarse con otras compañías que apuesten por la ciberseguridad, el IoT y el Big Data. Según la compañía, sus ingresos irán creciendo por encima del 30% anual. Por su parte, Telefónica Infra englobará todas las infraestructuras de telecomunicaciones para potenciar el valor de los activos de la compañía y desarrollar mercados alternativos. Además, la empresa española creará una unidad de negocio solo para Suramérica –dejando Brasil al margen– con la idea de «reforzar sus operaciones en la región, sin descartar reducir el negocio si fuera necesario», explicó Álvarez-Pallete el pasado miércoles.

Telefónica, que cotiza en el mercado continuo neoyorquino como una de las mayores compañías de telecomunicaciones del mundo, tanto por capitalización bursátil como por número de clientes, vivió ayer su segundo gran momento. Tras el «opening bell», el presidente de Telefónica también fue agasajado anoche en Nueva York por la Cámara de Comercio de España-Estados Unidos, que tenía previsto hacerle entrega del galardón «Business leader of the year» como empresario del año por su «capacidad para afrontar los nuevos retos de la evolución tecnológica y su liderazgo en la transformación digital de Telefónica».