Ser sostenible tiene recompensa

Cambiar el coche por la bicicleta o el metro o tirar un botellín de Estrella Galicia al contenedor verde son pequeños gestos que nos provocan satisfacción personal. Pero, ¿y si también tuvieran premio? ¿Y si te pagaran por andar en vez de conducir? Liight es la primera aplicación, creada por dos jóvenes universitarios, que ofrece regalos y descuentos por realizar «ecogestos». Por este motivo, la cervecera gallega les ha premiado con un programa de aceleración llamado The Hop, que hace unos días celebraba su segunda edición. Esta oportunidad, sobresale por encima de otras para Santiago Jiménez, cofundador y CEO de la «start-up»: «En lugar de quedarse en temas más teóricos como el formativo, la mentoría o la financiación, en Estrella Galicia te contratan un proyecto real. Son clientes de verdad, no es dar un premio por salir en los periódicos, sino que buscan generar valor e impacto real», defiende.

Su prototipo surgió a raíz de un «hackatón», un encuentro de programadores cuyo objetivo es el desarrollo colaborativo de softwares en un tiempo limitado. En aquella edición, el reto consistía en «hacer conscientes a las personas de lo que consumen diariamente», recuerda Santiago. Una primera versión de la app consistía en hacer competir a los vecinos de una comunidad para ver quién utilizaba la energía de forma más responsable. Aquello evolucionó con la ayuda de Carlos Rosety, a quien Santiago conoció en un campamento en el que se impartía robótica o cocina, entre otras actividades. Tenían 18 y 22 años, respectivamente. Cuatro años después, acaban de sacar la versión de Liight para iPhone y buscan más acuerdos con marcas como la cervecera.

Santiago vuelve la vista atrás: «Carlos y yo coincidimos en que queríamos mejorar el mundo; darle la vuelta al cambio climático». En aquel momento, las medidas que tomaban las administraciones «caminaban en un sentido restrictivo». Recuerda la prohibición de utilizar coches con motores de combustión en las almendras centrales de ciudades como Madrid. Ellos, en cambio, le dan «la vuelta a la tortilla». «Incentivamos el refuerzo positivo para que las personas cambien sus hábitos de movilidad, reciclaje, etcétera», explica.

Retos y desafíos

El joven emprendedor marca dos puntos diferenciadores con respecto a otras apps que valoran la sostenibilidad. Uno es el tecnológico. «Ahora mismo somos la única capaz de validar cuándo el usuario usa realmente el transporte público. Muchas de las calculadoras de CO2 confían en que el consumidor sea honesto e introduzca, por sí mismo, datos reales. Nosotros cotejamos éstos con sistemas de inteligencia artificial para verificar que realmente lo está haciendo», expone.

Asimismo, su innovación radica en utilizar «mecánicas de gamificación a través de retos y desafíos que te permiten subir de nivel». El usuario consigue puntos que le permiten competir contra sí mismo o contras otras personas de manera individual o por grupos. «La motivación es más alta y, por ende, la fidelización», indica Santiago. Los puntos son canjeables por suscripciones a Netflix, entradas para ir al cine o productos fabricados por empresas sostenibles.

Aunque su público objetivo es el joven, a través de su colaboración con Estrella Galicia, los cofundadores de Liight pretenden implementar su uso entre los empleados de la compañía cervecera. «La idea es que desde los departamentos de recursos humanos o responsabilidad social corporativa se fomente el uso de la aplicación para que lleven un estilo de vida más saludable y la empresa reduzca su huella de carbono», detalla el CEO.

Canales de venta

Otra parte de la propuesta está más encaminada a los canales de venta y puntos de consumo. «Estrella Galicia puede fomentar el uso de Liight en festivales y nos pueden ayudar a crecer en comunidad de usuarios. A ellos les ayudará a conseguir un mayor “engagement” y mejorar la imagen de la empresa en sostenibilidad». Un «win-to-win» al que ya se han adherido otros entes tanto públicos como privados. El punto más importante de actuación para Liight es Madrid, aunque también están presentes en Valencia y Gran Canarias. Su objetivo es llegar a ciudades como Sevilla, Barcelona y Bilbao.