Economía

Pepe Álvarez, líder de UGT: «Las empresas con beneficios escandalosos tendrán que aportar más»

UGT afronta junto a CC OO el Primero de Mayo de la desescalada. Una reconstrucción para la que necesitan ir de la mano de los empresarios, según afirma Álvarez

Pepe Alvarez, secretario general de UGT
Pepe Alvarez, secretario general de UGTCristina Bejarano

Aunque el virus ha pasado de largo en su entorno familiar, Pepe Álvarez se ha estremecido al ver cómo, casi a diario, se le iban compañeros cercanos, algunos de la UGT. También se ha desmoronado –lo admite– en más de una ocasión, en la soledad absoluta de su confinamiento madrileño, ante el drama de los sanitarios, de los ancianos, ante el valor de los reponedores, de los farmacéuticos, de los transportistas... «Siempre van los mismos a la guerra», coincidimos. UGT afronta junto a CC OO el Primero de Mayo de la desescalada. Una reconstrucción para la que, afirma, necesitan ir de la mano de los empresarios.

–¿Ha sido imprudente el Gobierno antes y ahora?

–Esto ha sido como un huracán. No estábamos preparados. No solo nosotros, todo el mundo y, en especial, los países más desarrollados, que se creían invulnerables. Nadie tenía en mente algo así, eso es lo único que explica por qué nuestros sanitarios han estado tan desprotegidos. La globalización ha sido un lastre frente al drama de los suministros, pero no hay sistema que aguante una crisis como esta.

–Los Gobiernos están para prevenir, para adelantarse, para gestionar...

–Otros países de nuestro entorno tampoco vieron venir la epidemia y algunos, como Gran Bretaña, que tuvo más tiempo que el resto de Europa, jugaron con la inmunidad de grupo hasta que tuvieron encima la catástrofe.

–En el reino de los ciegos... Alemania, entre otros, ha gestionado mejor la crisis.

–Conviene no equivocar el tiro. El Gobierno ha tomado las decisiones avaladas por expertos, eso nos dicen. La rendición de cuentas, como en el caso de las residencias de ancianos, tendrá que ser independiente a partir de una auditoría. Para todos. Es obvio que se tenían que haber tomado otras medidas cuando el virus llegó a Italia. En España y en toda Europa. Vamos a esperar a que amaine esto y a remar juntos. Luego será el momento de ver el desastre mayúsculo de la gestión. Pero hay que recordar que son las regiones quienes gestionan la Sanidad y que el Gobierno lleva 100 días.

–Finalmente, Sánchez ha tomado las riendas de todo. ¿Tendría entonces que haberlo decretado antes?

–No sé por qué hay tanta urgencia de buscar culpables en medio de una operación quirúgica. Todos nos equivocamos y más en una crisis que no conocemos y tan variable. Ahora nuestra obligación es trabajar para crear una red de protección a los trabajadores y las empresas. Es bastante elocuente el acuerdo con la CEOE y Cepyme en los ERTE.

–¿Por qué modelo de ERTE post estado de alarma apuesta UGT?

–Somos partidarios de que los dos modelos de ERTE, el de fuerza mayor a consecuencia del Covid-19 y el de causa organizativa flexible confluyan en uno solo. Una vez pasada la alarma, el impacto en la economía del virus va a seguir muy presente. Por eso, creemos que las empresas que tengan beneficios deberían aportar algo más para que esos trabajadores afectados por un ERTE sigan cotizando y no pasen al desempleo. El Gobierno tendrá que valorar de qué recursos va a disponer, algunos de la UE, para prolongar los ERTE más allá de junio porque hay sectores que, como el turismo y la hostelería, van a salir más tarde. Eso no implica que no vaya a haber actividad de viajes o turismo interno, e incluso internacional. Por eso hemos pedido una certificación de que los hoteles y restaurantes cumplen los protocolos. Veo complicado que sobreviva el 100% de las empresas, pero hay que intentarlo.

–¿Implica eso que van a pedir una subida impositiva para las empresas con beneficios?

–Las empresas tienen que reactivar su producción y el año que viene, si vemos que algunas empresas tienen beneficios escandalosos, habrá que ver si tienen que contribuir más. Pero hay que mantener un bloque unido con las patronales.

–¿Les han consultado el plan de desescalada?

–Ha sido una decisión del Gobierno. Ahora, esa ruta tiene que hacerse compatible con algunas demandas de los autónomos, peluquerías, bares, cafeterías y restaurantes pequeños. Hay que afinar ese calendario.

–¿Aceptarían rebajas salariales para salvar empleos como están haciendo algunos sectores?

–Para nada. Hay 4,5 millones de trabajadores que ganan el salario mínimo, 950 euros. Están muy bien los gestos de banqueros o grandes futbolistas. Si esos 4,5 millones de trabajadores cobraran como un futbolista, igual pactaban una rebaja salarial. Más bien hay que poner en marcha el mínimo vital y pensar en el millón de hogares con todos sus miembros en paro.

–¿Por qué no llegan los desempleados al campo?

–Europa no puede permitirse perder las cosechas. UGT fue la que planteó que fuera compatible la prestación por desempleo con trabajar en el campo, pero no se ha explicado bien. Hay problemas con los desplazamiento de trabajadores y hay que abrir hoteles en las zonas de cosecha porque no podemos permitir que nuestros desempleados duerman en cloacas.