Pedro Sánchez

Sánchez pone en “cuarentena” su reforma fiscal hasta el final de la legislatura

Fija los cambios tributarios para cuando "se recuperen los niveles de PIB previos a la crisis", que el mismo ha fechado en 2023

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez
El presidente del Gobierno, Pedro SánchezAlberto R. RoldánLa Razon

La temida reforma fiscal del Gobierno parece que tendrá que esperar. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha reconocido que la reforma fiscal que contempla la subida de algunos impuestos prevista por el Ejecutivo de coalición ya no será un objetivo prioritario del Ejecutivo, y no se acometerá hasta que se consolide la recuperación económica y se recuperen los niveles de PIB previos a la pandemia del coronavirus, ante la previsión de unas cifras de déficit y deuda pública “enormes”. Como el presidente reconoció a continuación que la recuperación se iniciará en 2021, donde “tomará ritmo mayor y se acelerará en 2022″, aunque no será “hasta 2023 cuando se puedan recuperar los niveles previos a la crisis del covid-19″.

Esto significa que el Ejecutivo, pese a su necesidad imperiosa de nuevos ingresos en las exhaustas arcas públicas, prefiere aparcar su idea de aumentar la presión fiscal hasta 2023 para evitar la mala imagen que tendría sobre el Gobierno y por el golpe que recibiría una sociedad ya muy martirizada por la crisis.

Durante su comparecencia tras el Consejo de Ministros para hacer balance de gestión al cierre del curso político, Sánchez aseguró que acometerá la reforma fiscal prevista, pero no se hará hasta el momento de “consolidación de la recuperación económica” y solo cuando “se registren los niveles de crecimiento previos a la crisis”. En ese momento “tendremos ya las garantías y el contexto para abordar una necesaria reforma estructural”, afirmó Sánchez, que no perdió la oportunidad de lanzar una pulla a la oposición. “Tanto que gusta en la agenda conservadora las reformas estructurales pero cuando se habla de la fiscal, entonces ya no les gusta tanto”

En este sentido, ha defendido la necesidad de cambios impositivos “con justicia”, ya que hay “muchísima gente” que considera que hay personas que pagan menos impuestos incluso siendo más ricas. “Necesitamos tener una recaudación mucho más sostenible y estable a lo largo del ciclo económico” ante la previsión de incurrir en cifras “enormes” de déficit y deuda pública y con el fin de sostener empresas y trabajadores durante la pandemia, ha explicado.

Entre las medidas impositivas recogidas en el acuerdo de coalición se incluía un tipo mínimo del 15% en Sociedades, del 18% para banca y petroleras, un gravamen del 5% de los dividendos a empresas, la creación de las tasas ‘Tobin’ y ‘Google’ (ya aprobadas en el Congreso), un aumento del IRPF a las rentas altas; una subida del 1% en Patrimonio a fortunas de más de 10 millones, la equiparación del diésel con la gasolina o una nueva ley de lucha contra el fraude, entre otros. A estas medidas se suman la creación de un nuevo impuesto sobre los envases de plástico no reutilizables y, según ha avanzado Sánchez en su comparecencia, una revisión de la fiscalidad de la alimentación en los próximos meses.