Opinión
El Banco de España agita la revolución
Vuelve a proponer, en tiempos de crispación política, algo tan revolucionario como un acuerdo que permita abordar reformas durante varias legislaturas
Winston Spencer Churchill, el premier británico, defendía las virtudes de la insistencia y la contundencia. «Si tienes que resaltar un asunto –afirmó–, no seas sutil, ni ingenioso. Utiliza un martillo pilón. Golpea sobre el punto una vez. A continuación, vuelve a golpear en el mismo sitio. Luego, golpea por tercera vez, con un tremendo mazado». Pablo Hernández de Cos, gobernador del Banco de España y miembro del Consejo del Banco Central Europeo (BCE), no llega a los extremos del histórico político, pero parece decidido a ser igual de constante. Volvió a demostrarlo con la publicación del Informe Anual del Banco de España, presentado con una introducción escrita por el propio gobernador.
El informe es el mejor y más riguroso análisis y diagnóstico de la economía española, elaborado por los técnicos del Banco de España que son algo así como «un intelectual colectivo», cuyos orígenes se remontan a los tiempos de Juan Sardá, aquel republicano catalán que tras volver del exilio fue uno de los padres del Plan de Estabilización de 1959, el principio de la moderna economía española. El «intelectual colectivo» ha tenido etapas mejores y peores, pero siempre ha estado en la vanguardia económica, capaz de molestar al mismo tiempo al Gobierno y a la oposición, lo que le otorga un peculiar barniz «revolucionario».
Pablo Hernández de Cos defiende, incluso antes de la pandemia, pero sobre todo desde la crisis generada por la COVID, la necesidad de aplicar una serie de reformas profundas en la economía española. Y, por encima de ellas, que es imprescindible un gran acuerdo político para que esas reformas se pacten y se apliquen a lo largo de varias legislaturas. Solo así serán efectivas. De lo contrario, aunque él no lo diga, existe el peligro de repetir el espectáculo de las sucesivas leyes de educación, aprobadas por un Gobierno y derogadas por el siguiente. El informe del Banco de España golpea, como el martillo pilón de Churchill, en la idea de la importancia de un acuerdo global, además de presentar un análisis y diagnóstico de la economía española que irritará al Gobierno de Pedro Sánchez, no dejará satisfecha a la oposición de Pablo Casado y es probable que indigne a extremistas de distinto pelaje y toda clase de «indepes». Revolucionario.
El Banco de España, sin embargo, no inventa nada y aborda lo obvio, como las tres grandes reformas, laboral, pensiones y la revisión integral del sistema impositivo. También esboza propuestas que, en algún momento, han defendido socialistas y populares, a veces cada uno por su parte y, otras, de forma sucesiva. Sánchez, en sus tiempos de diputado raso como sucesor de Pedro Solbes en el escaño y Casado de joven promesa llegaron a votar varias de ellas, como figura en el Diario de Sesiones del Congreso, que incomoda pero no miente. Por eso, un gran acuerdo no debería ser imposible. Y si alguien necesita una partitura, una hoja de ruta, un relato, como dirían estrategas y asesores, desde Miguel Ángel Rodríguez a Iván Redondo, ahí está el informe del Banco de España. No es una lectura para niños, pero sí imprescindible para políticos en activo. Luego, todo puede matizarse, pero las grandes líneas están ahí.
La economía española, asegura el informe, va mejor y puede ir bien, pero también hay muchas incertidumbres en el horizonte para las que hay que prepararse. Hernández de Cos, en su texto más personal, explica la importancia de que los países, los gobiernos, llenen el colchón en las épocas de bonanza para luego poder afrontar las crisis futuras, que llegarán. Es tan antiguo y tan de Pero Grullo que resulta revolucionario. Además, el gobernador, como miembro del consejo del BCE, puede resultar no menos disruptivo para algunos países.
Propone, porque son tiempos nuevos, que han venido para quedarse, cambiar el «Pacto fiscal europeo», que obliga a los países del euro a no exceder unos máximos de deuda pública y de déficit. Hernández de Cos defiende que, si se cumplen dos condiciones, tipos de interés muy bajos y crecimiento, el límite del 60% de deuda con relación al PIB se podría ampliar, todo acompañado de medidas para avanzar hacia el equilibrio de las cuentas públicas. Para España sería otra oportunidad que no debería desperdiciar. Mientras, el Banco de España y el gobernador agitan la revolución. «Nunca, nunca te des por vencido», decía Churchill.
Fondos europeos a buen recaudo, eso sí, cuando empiecen a llegar
La secretaria de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial, que dirige la secretaria de Estado Carmen Artigas, es uno de los tres centros de asignación de los proyectos a los que se destinarán los esperados fondos europeos. Los otros dos son Presidencia del Gobierno y el Ministerio de Transportes. Mientras que los proyectos que pasan por la mesa de Artigas parecen sólidos, los que dependen de los otros centros de decisión acumulan dudas y sospechas.
Repunte en el arranque del mes de mayo, ayudado por el efecto calendario
Los últimos datos de consumo doméstico referentes a la primera semana de mayo muestran una mejoría respecto a los meses precedentes, tanto agregado como en consumo presencial con tarjeta, e-commerce y reintegros, según el indicador CaixaBank de consumo y el análisis que realiza el economista Eduard Llorenns i Jimeno de CaixaBank Research. Como a veces ocurre en la primera semana de mes, hay que tener cautela con la interpretación de las cifras porque la semana de referencia para efectuar la comparación comprende los días del 6 al 12 de mayo de 2019, que incluye un sesgo al alza por el cobro de nóminas, que quedaría acentuado si en 2021 existe una predominancia de casos en los que el cobro que debería haberse efectuado el 1 y 2 de mayo –fin de semana– se hubiera pospuesto al lunes 3.
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