Macroeconomía

El déficit público cae un 30,6% en el primer semestre y se sitúa en 48.594 millones

La Seguridad Social acumula unos números rojos de 2.903 millones hasta julio, el 0,24% del PIB. La Administración Central acumuló la mayor parte del déficit, con 35.155 millones

La ministra de Hacienda, María Jesús Montero
La ministra de Hacienda, María Jesús MonteroEduardo ParraEuropa Press

Los buenos datos económicos y la mejoría en la presión ejercida por la pandemia han dado un respiro al déficit público, que ha caído un 30,6% en el primer semestre en el conjunto de las administraciones públicas y un 20,3% hasta julio en el Estado. En concreto, el déficit público, excluida la ayuda financiera, se situó en 48.594 millones de euros hasta junio, lo que supone restar 21.377 millones a la cifra registrada un año antes, un 30,6% menos, por lo que desciende al 4,02% del PIB, según los datos facilitados por el Ministerio de Hacienda.

Los datos de ejecución presupuestaria reflejan que esta corrección del déficit se debe tanto a un aumento de los ingresos del 10,1% como a una reducción de los gastos del 0,3%, en línea con la propia evolución de la pandemia. Así, los gastos asociados a la pandemia en los seis primeros meses ascendieron a 11.044 millones, un 53,7% menos que en el mismo periodo de 2020. El déficit primario -que no tiene en cuenta el coste de los intereses de la deuda- cerró junio en 35.811 millones de euros, un 2,96 % del PIB.

Por subsectores, la administración central acumuló la mayor parte del déficit, con 35.155 millones, pero un 28% menos que en el primer semestre de 2020 y equivalente al 2,91% del PIB. Los organismos de la Administración Central registraron a finales del mes de junio un superávit de 147 millones, frente al déficit de 841 millones registrado en el mismo periodo de 2020. El déficit de los fondos de la Seguridad Social fue de 7.020 millones, un 47 % menos y un 0,58 % del PIB y el de las comunidades autónomas, de 6.387 millones, un 17,7 % menos y un 0,53 % del PIB. En lo que respecta al déficit del Estado hasta el mes de julio, el dato se sitúa en el 3,98% del PIB, y desciende un 20,3% respecto al mismo periodo del año anterior, hasta los 48.077 millones de euros.

Con estas cifras, Hacienda ha decidido sacar pecho para resaltar que “la evolución hasta julio muestra que el déficit del Estado continúa la senda descendente iniciada a partir del mes de abril respecto al mismo periodo del año anterior como consecuencia de la reactivación económica debido al avance del proceso de vacunación”. El departamento que dirige María Jesús Montero indicó que este resultado se debe a “un robusto” incremento de los ingresos no financieros del 16,7%, frente al comportamiento de los gastos, que crecen a un ritmo del 2,5%.

En lo correspondiente a los datos de ejecución presupuestaria del Estado de los siete primeros meses, esta administración acumuló un déficit de 48.077 millones, un 20,3% menos que en el mismo periodo de 2020 y equivalente al 3,98% del PIB.

Buena parte de esta bajada del déficit se ha debido a la mejora de los ingresos, que ascendieron a 112.445 millones. Los impuestos sumaron 94.014 millones, un 21,8% más que en julio de 2020. En concreto, los ingresos por los impuestos sobre la producción y las importaciones se incrementaron un 15,9%, de los cuales los ingresos por IVA crecieron un 18,2%. Por su parte, los ingresos por los impuestos corrientes sobre la renta y el patrimonio se elevaron un 33,5% debido al IRPF, que vio crecer su recaudación un 33,4% y al aumento del Impuesto sobre Sociedades, que incrementa su aportación un 37,6%.

Pero ha sido en los ingresos de los impuestos sobre el capital donde se ha visto un crecimiento más espectacular, un 307,1% respecto al mismo periodo del año anterior. Los ingresos de las cotizaciones sociales descendieron ligeramente, en un 2,4%. Las rentas de la propiedad disminuyeron un 1,7% respecto a 2020, como consecuencia del descenso del 12,7% de los ingresos por intereses. No obstante, se produjo un incremento de los dividendos y otras rentas en un 7,1% debido, principalmente, al mayor dividendo recibido de Loterías y Apuestas del Estado (590 millones frente a 420 millones en 2020). Los ingresos procedentes de la venta de bienes y servicios crecieron un 41,9%, hasta los 1.012 millones, mientras que los otros recursos no financieros aumentaron un 9,4%.

En cuanto a los gastos, hasta julio se situaron en 160.522 millones, todavía muy lejos de equiparación de la balanza. La partida de mayor volumen, que fueron las transferencias entre administraciones públicas, ascendían a finales de julio a 104.314 millones, un 3,1% más que en el mismo periodo de 2020, destacando las transferencias corrientes a las comunidades autónomas, que se incrementaron un 0,8%, hasta alcanzar los 59.865 millones. Por su parte, los Fondos de la Seguridad Social recibieron un 2,6% más de recursos que en 2020.

El importe de los gastos del Estado relacionados con la pandemia fue de 7.996 millones, de los cuales 6.791 millones son transferencias a las comunidades autónomas y a las corporaciones locales y 792 millones es el gasto en los consumos intermedios, que se corresponde casi en su totalidad a las vacunas. Asimismo, la remuneración de asalariados creció un 4,6%. Esta rúbrica, que ascendió a 11.401 millones, incorpora la subida salarial para este ejercicio del 0,9% frente a un incremento salarial del 2% en 2020.

Por su parte, los intereses devengados crecieron un 3%, hasta situarse en 13.538 millones, mientras que la cooperación internacional corriente aumentó en un 12,6%. Las prestaciones sociales distintas de las transferencias sociales aumentaron un 3,9%, con un porcentaje de revalorización de las pensiones de Clases Pasivas para el ejercicio 2021 del 0,9% con carácter general, el mismo que en el año anterior. En cambio, las transferencias sociales en especie cayeron un 25,1%.

Por su parte, la Seguridad Social registró un saldo negativo de 2.903,2 millones de euros en los siete primeros meses del año, el equivalente el 0,24% del PIB. Esta cifra es la diferencia entre unos ingresos por valor de 100.799,7 millones de euros, que suben un 3,07% interanual, y unos gastos por importe de 103.702,9 millones, cifra un 0,7% superior a la del mismo periodo del año pasado.

Del volumen total de ingresos, el 92% corresponde a las entidades gestoras y servicios comunes de la Seguridad Social, y el 8% restante, a las mutuas colaboradoras con la Seguridad Social. En cuanto a los gastos, el 89,08% ha sido reconocido por las entidades gestoras y el 10,92%, por las mutuas. En términos de caja, la recaudación líquida del sistema alcanzó los 95.818,8 millones de euros en los siete primeros meses del año, lo que representa un incremento del 0,9% interanual. Por su parte, los pagos arrojan un aumento del 0,7%, hasta un total de 103.568,6 millones de euros.

Los ingresos por cotizaciones subieron un 7,7% entre enero y julio, hasta los 74.384,6 millones de euros, tras aumentar la recaudación por cotizaciones de los ocupados un 9,2% (con 5.850 millones de euros más) y descender las cotizaciones de los desempleados un 8,4% (casi 486 millones de euros menos que en el mismo periodo de 2020).

El Ministerio ha explicado que los ingresos por cotizaciones de los ocupados todavía están afectados por las distintas medidas que el Gobierno ha puesto en marcha para hacer frente a la pandemia, como las exoneraciones de cuotas de los trabajadores en Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) que, hasta el 31 de julio, han supuesto ingresar 1.204,1 millones de euros menos, así como las exenciones en las cotizaciones de autónomos perceptores de prestaciones extraordinarias.