Fernando Valdés

“Tomaremos decisiones según la intensidad y duración de la guerra”

El secretario de Estado de Turismo, Fernando Valdés, asegura que su departamento ya ha empezado a trabajar para que el hueco que va a dejar el turista ruso en España lo ocupen franceses, ingleses, nórdicos e irlandeses

El secretario de Estado de Turismo, Fernando Valdés.
El secretario de Estado de Turismo, Fernando Valdés.Jesús G. FeriaLa Razon

Una pandemia y ahora una guerra. El sector turístico no gana para sustos. Fernando Valdés, secretario de Estado de Turismo desde hace un año, dice que es pronto para hacer valoraciones, y que todo «dependerá de la intensidad del conflicto».

¿Cómo puede afectar la guerra al turismo español?

Dependerá de dos elementos: en primer lugar de los efectos que el conflicto tenga en los precios energéticos, los precios del petróleo y en particular en el combustible de los aviones. En 2019 más del 80% de los turistas vinieron por avión. Es pronto para anticipar valoraciones, pero desde luego el turismo opera mejor en un contexto de estabilidad. Habrá que ver también cómo nos van a afectar las sanciones a Rusia. Si bien es cierto que en 2019 el turista ruso no llegó a representar más del 1,57% del total de turistas que llegaron a nuestro país, tenemos algunas regiones más dependientes de ese turismo como la Costa Dorada. Pero estamos empezando a trabajar para ocupar ese mercado por otros emisores internacionales, como el francés, el inglés, el irlandés e incluso el nórdico que empiezan a comportarse de una manera más normalizada.

Sin embargo, el mercado ruso es un mercado importante para España porque el turista ruso gasta más dinero que la media...

Es verdad que gasta más que la media, aunque no es el que más gasta. Sin embargo, hasta el momento, ha sido un mercado de temporada alta, y por consiguiente deberíamos ser capaces de reponer a este turista si la intensidad del conflicto nos afectara. Debemos intensificar la oferta y tratar de satisfacer de demanda de esos mercados que tradicionalmente han sido más o menos dependientes del mercado ruso.

¿Cuál es su balance de 2021?

Ha sido un turismo errático como consecuencia de la pandemia, un turismo que empezó tarde, en el mes de mayo, y que no consiguió, hasta junio, arrancar una temporada alta aunque nos faltó el mercado británico, debido a que Reino Unido todavía no había levantado las restricciones a la movilidad de sus ciudadanos. A partir de junio empezamos a consolidar poco a poco la senda de recuperación, que continuó en temporada baja. Tendencia que se vio afectada por la variante Ómicron, pero que no ha supuesto la debacle que anticipábamos, quedándonos muy cerca de las previsiones que habíamos hecho respecto a los niveles de llegadas, gasto y ocupación. Lo cierto es que España se ha mantenido como uno los destinos preferidos a nivel internacional y esperamos que en 2022 consolide esa senda de recuperación.

¿Qué se espera de 2022?

Todo dependerá de cómo evolucione la pandemia, porque hasta que no pasemos a una situación endémica, seguiremos sufriendo los efectos de la COVID-19. A este factor acabamos de incorporar uno nuevo, que es la invasión rusa y nos falta ver si su intensidad acabará condicionando las pautas de consumo, alterando la renta de los turistas y por ende sus decisiones de viajar. Hasta ahora, las reservas y las capacidades aéreas nos dicen que en Semana Santa y en verano deberíamos recuperar el 80% de la ocupación, así como los niveles de gasto que teníamos en 2019. Por tanto, si los efectos del conflicto no son tan intensos como para corregir esa percepción, deberíamos cerrar el año en buenas cifras.

¿Cuál es el modelo de futuro que debería tener España para su turismo?

Cuando recuperemos la normalidad, España tiene que empezar a pensar ya en términos de renta y competitividad, a pensar más en el gasto que deja el sector turístico en nuestro país y no tanto en el número de visitantes. Lo cual significará que nuestra oferta es cada vez más rentable, más sostenible y tiene mayor valor añadido en el destino.

El Gobierno ha decidido prorrogar los ERTE del sector hasta abril, pero ahora con la guerra, ¿no se debería pensar ya en extender estas ayudas?

Estamos a 132.000 trabajadores para recuperar plenamente la afiliación en el sector turístico y solo hay 52.000 en ERTE. La reforma laboral ya establece un régimen no coyuntural sino estructural donde se contemplan los ERTE por fuerza mayor, por lo cual aquellas empresas que demuestren que tienen una incapacidad de oferta de sus servicios podrán mantener a una parte de su plantilla con ERTE con exenciones para las empresas en materia de cotizaciones del 90% y aquellas que quieran reorganizarse también lo van a poder hacer con otras condiciones. Pero si vemos que la intensidad y la duración del conflicto puede afectar no solo a la demanda rusa, sino al resto de nuestros mercados más tradicionales porque eligen quedarse en sus países, el Gobierno tomará decisiones.

De los fondos europeos, un 70% ya se han destinado a las regiones de interior y urbanos y otro 25% al turismo de sol y playa... ¿No debería de haberse equilibrado la balanza?

Estamos haciendo un esfuerzo por mantener al turista vacacional, pero queremos ser también líderes en turistas de largo radio, por ejemplo el norteamericano, el japonés, o el chino, que complementa su estancia con cultura, patrimonio, compras, etc. Queremos empezar a competir con otros mercados en el turismo urbano. Esto es lo que a futuro nos va a hacer diferentes de destinos, como Turquía, Egipto o Grecia. Queremos captar un turismo más sostenible y más rentable. Y para ser más rentable el turista se tiene que quedarse más tiempo y gastar más dinero. Ese es nuestro objetivo.

El sector privado lamenta que ha sido poco escuchado en el reparto de estos fondos

La gran industria turística quiere que se concentre la inversión en los destinos donde tiene apalancada buena parte de su planta hotelera y yo lo entiendo y lo respeto, y nos hemos comprometido a apoyar el proceso de reconversión de los destinos maduros, pero nuestra apuesta tiene que ser mucho más ambiciosa.

El reparto de estas primeras ayudas ha sido territorial y sin embargo no se han identificado los proyectos más importantes, sino que se ha destinado dinero a temas de carril bici, electrolineras, adquisición de vehículos eléctricos,... ¿No estaremos de nuevo ante un Plan E?

Yo no despreciaría esa apuesta, son planes que llevan detrás un esfuerzo para que sean realmente transformadores y han sido escrutados por la Comisión Europea, con lo cual pongo en duda que sea una inversión poco transformadora.  Pero estamos en conversaciones recurrentes con el sector hotelero y con la CEOE para mejorar la participación del sector en la toma de decisiones.

¿Cuándo van a llegar los siguientes fondos?

Solo en planes de sostenibilidad este año habrá 720 millones de euros más para repartir. Hay destinos que ya están anticipando recursos y desarrollando los programas antes incluso de que se les haya transferido los recursos.

¿Volveremos a los 80 millones de turistas?

España no solo tiene la capacidad sino la ambición de llegar a los 80 millones y de superar esa cifra. Pero estará en la senda de consolidar su liderazgo cuando hayamos generado más gasto que en 2019, que fue un año histórico. Cuando eso suceda habremos sentado las bases del futuro liderazgo de España como potencia turística.