Gasolina

Rebajen ya los impuestos a las gasolinas

Ya hay gasolineras donde el diésel es más caro que la súper

Los precios de los combustibles han alcanzado los dos euros en un centenar de gasolineras de España. Si no se toman medidas urgentes, en breve serán todas las estaciones de servicio del país en las que veremos esos dos euros el litro. Hay vinos –honorables– más baratos, no digo más. El desmadre es tal que en algunas gasolineras se está dando la vuelta a la tortilla y el gasóleo, el combustible de automoción más utilizado en España a pesar de la persecución a la que se le ha sometido, ha dejado de ser ya más barato que la gasolina, algo que no ocurría desde 2008.

Miles de camioneros, flotas de mensajería y reparto, taxistas, agricultores y grandes consumidores de ese gasóleo de automoción están llenando hasta los topes sus depósitos con buen criterio. Con toda la lógica, porque si los precios están como están con unos derivados que se «destilaron» con barriles comprados hace seis meses, cuando la materia prima –el petróleo– estaba por debajo de los 80 dólares el barril, imagínense cómo pueden ponerse cuando lleguen los refinados con el barril entre 110 y 120 dólares.

Sin embargo, esta situación está provocando que las reservas de diésel se agoten y haya que pedir más combustible de urgencia a un precio, con razón, que resulta ya más elevado que el anterior tanque. Es la lógica del cerrajero de urgencia, que sale por un pico los domingos y festivos, que para eso trabaja el buen hombre. Y, claro, las estaciones de servicio se ven forzadas a subir los precios ante ese exceso de demanda. La situación no parece que vaya sino a agravarse.

¿Y qué hace mientras tanto el Gobierno de Sánchez y sus satélites? Echarle la culpa a Putin hasta de la falta de agua en los embalses. Ya tiene su confabulación judeo-masónica. Pero en España, por suerte, no gobierna Putin sino una coalición social-comunista que aún no ha sido capaz de rebajar mínimamente los impuestos de los combustibles, que suponen más de la mitad de esos dos euros el litro que se pagan ya en ese centenar de gasolineras.

Mientras Sánchez se rasga las vestiduras por los estragos que nos está causando «la guerra de Putin» (habrá que empezar a decir ya de Rusia) y nos pide apretarnos el cinturón, Hacienda se embolsa más de un euro por cada litro que repostamos.