Opinión

Sánchez, volcado en lo que le gusta, la política internacional, y sin aprobar las ayudas que necesitan empresas y hogares

La posible rebaja de impuestos y el plan de choque anunciado queda en un segundo plano y para los últimos días de mes, suponiendo que se cumplan los plazos

Pedro Sánchez, presidente del Gobierno
Pedro Sánchez, presidente del GobiernoJAKUB GAVLAKAgencia EFE

Lo ha dicho muy claramente Juan Roig, el jefe de Mercadona: hace falta bajar los impuestos. Y lo explicaba también muy claramente con el ejemplo del aceite de oliva: si sube el precio de este producto (y de los restantes), las arcas del Ministerio de Hacienda ingresan más por aplicación del IVA. Toca bajar los impuestos: lo piden empresarios, algunos partidos políticos, los autónomos que están con la soga al cuello y una buena parte de los ciudadanos. Mientras tanto, Pedro Sánchez se ha volcado en lo que siempre ha sido de su gusto y en lo que él se encuentra como pez en el agua: la política internacional. La excusa para ello es el conflicto que se ha desatado tras la invasión de Ucrania por parte de Rusia. Y la posible rebaja de impuestos y el plan de choque que ha anunciado queda en un segundo plano y para los últimos días de mes, suponiendo que se cumplan los plazos.

Mientras tanto, la situación económica interna se complica por horas debido al paro en el sector de transporte por carretera. La verdad es que, ni desde los medios informativos, ni por parte del Gobierno, ni de las empresas, se había prestado mucha atención a esta convocatoria, por proceder de una plataforma con la que el Ministerio del ramo no habla, al no considerarla interlocutora. Pues bien, tras tres días de paro, el panorama se agrava y son ya muchos los sectores que se ven afectados, porque el paro cobra más fuerza, bien sea por convencimiento de los pequeños y medianos transportistas o por miedo a la actuación de piquetes. Si no se pone solución al problema, en las próximas horas comprobaremos cómo se pueden multiplicar los efectos sobre la cadena de suministros de muchos productos.

Valga como ejemplo el lácteo: por un lado, la dificultad de los ganaderos para abastecerse de pienso; por otro, los problemas para recoger la leche y llevarla a las empresas y, finalmente, que estas últimas no pueden sacar sus envíos con normalidad. Y ya que estoy en el sector agrario: el Gobierno anunció, por boca de Luis Planas, un plan ayudas por la sequía, que ha sido considerado claramente “insuficiente” por las organizaciones agrarias: «Una miseria», en definición de uno de sus responsables.