De izquierda a derecha, Cristina Badenes, Inés Andrade, Maite Ballester

Las damas del capital privado dan un paso al frente

Tan solo el 12% de los puestos directivos son ocupados por mujeres en el mundo del «private equity». Organizaciones como Level 20 quieren revertir la tendencia y que la representación alcance, por lo menos, el 20%

¿Por qué tener mujeres en los consejos de administración? Esa es la pregunta que se hacía la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, durante su discurso en el European Women on Board Gender Diversity Award el pasado mes de enero. Su respuesta fue contundente: la diversidad aporta valor.

Pese a que se ha avanzado enormemente en materia de igualdad de género, lo cierto es que las mujeres se encuentran todavía en desventajas con respecto a sus compañeros hombres, especialmente en lo que se refiere a cargos directivos y de responsabilidad, una tendencia que se evidencia en todos los sectores económico y, especialmente, en el del capital privado. Y es que la presencia de la mujer en posiciones de gobierno y dirección en el sector del «private eqyuity» y del «venture capital» es todavía escasa. El 22% de las gestoras españolas cuentan con alguna mujer en sus consejos de administración y tan solo en un 31% de las mismas una mujer ocupa el puesto de primer ejecutivo, según el informe «El papel de la mujer en el sector de Capital Privado en España», elaborado por Esade, Boyde, Ascri y Atrevia.

Esta brecha de género ya la puso sobre la mesa un estudio realizado por el fondo Nina Capital en colaboración con Level 20, que también revelaba que las mujeres en esta industria en nuestro país apenas representaban el 30% de las plantillas, una cifra muy reveladora teniendo en cuenta que en España las mujeres representan el 49% de la fuerza laboral. De esta manera, de los 2.127 empleados que trabajan en las 209 firmas de inversión privada o capital riesgo españolas o extranjeras con oficina en España, tan solo 642 eran féminas. Desde Level 20, ha constatado que esta tendencia se acentúa en el caso de los puestos de responsabilidad. Y es que tan solo el 12% de los cargos directivos de capital riesgo son ocupados por mujeres (cifra que mejora ligerísimamente en el campo del «venture capital», hasta el 14%). Entre las causas, se encuentra principalmente el desconocimiento que existe por parte de las mujeres de la industria, que la mayoría de los candidatos son hombres, así como LOS prejuicios arraigados en la cultura a la hora de contratar mujeres. Unas barreras que más tiene que ver con el entorno que con las aptitudes

Precisamente, para revertir esta tendencia, nació en 2015 en Reino Unido Level 20, una organización sin ánimo de lucro, cuyo objetivo es inspirar a las mujeres a unirse y tener éxito en la industria del capital privado, después de detectar que el 6% de los puestos de directores y socios estaban desempeñados por mujeres, una infrarrepresentación femenina que tan solo era superada por el sector de Minería. Hoy, Level 20 está extendida por toda Europa y cuenta con más de 3.000 socias y, aunque las cifras se han duplicado con respecto a hace siete años, aún queda mucho por hacer, ya que su objetivo es que las féminas que ocupan puestos de socias y directivas alcancen el 20%.

Su presidenta en España, Cristina Badenes, socia de Meridia Capital, considera que el problema de entrada es que cuesta más «cautivar» talento femenino. Por ello, desde Level 20, ofrecen una red de apoyo para mostrar que se trata de un sector muy «bonito», con proyección y muy enriquecedor. Para ello, realizan programas de divulgación en universidades, eventos para las que las mujeres amplíen su red de contactos y programas de «mentoring» para fomentar el crecimiento de las profesionales en la industria. De hecho, acaban de lanzar un programa en Barcelona y Madrid que han bautizado como «Un día en la vida de...» en el que una alumna puede pasar un día en una firma de referencia en España, obteniendo así conocimiento y acceso al sector. Badenes defiende los equipos diversos (formados por ambos sexos) porque funcionan mejor. Y, como muestra, un botón. Un estudio reciente de IFC, en colaboración con Oliver Wyman y RockCreek, verificó que los fondos de capital privado con más de una 30% de talento femenino generaron unas TIR neta media un 20% superior. «La misión de Level 20 es promover la diversidad de género en el sector en Europa. Con este fin trabajamos para inspirar a mujeres a unirse a la industria del capital privado y ayudarles a mantenerse en la misma, brindándoles apoyo y actuando como punto de intercambio, compartiendo conocimientos y experiencias. Los retos son muchos, ya que es un sector en el que las mujeres son minoría, pero, por suerte, avanzamos en la concienciación y se están produciendo grandes avances, sobre todo, en la contratación junior y también en cargos medios. Es esperanzador», asegura

Conciliar es posible

Madre de cuatro hijos, cree firmemente en la cultura de la organización para conciliar y que las mujeres puedan compatibilizar su carrera profesional con su vida familiar. «Para mí, mi familia ha sido siempre mi prioridad. Esta industria es altamente exigente y no es fácil combinar ambos mundos. En este sentido, me enorgullece trabajar en una empresa en la que la conciliación es posible, y donde partiendo de una base de confianza, se admite la flexibilidad y se valora el resultado final y la inclusión femenina», expone.

Badenes comenzó su carrera en el mundo de la banca de inversión. Trabajó durante una década en Londres, iniciándose en Fusiones y Adquisiciones, para luego estar varios años como analista de renta variable. Por motivos familiares, se mudó a Barcelona y allí conoció a Javier Faus, fundador y presidente de Meridia Capital, uniéndose en 2006 al proyecto con una enorme ilusión. «Ha sido altamente gratificante poder ver la evolución desde el inicio y ayudar a convertir Meridia Capital en una de las gestoras líderes en España. Hemos logrado levantar varios vehículos con una base inversora institucional e internacional muy sólida y fiel, invertir bien y responsablemente nuestros fondos y obtener rentabilidades muy atractivas. Todo ello sin perder de vista, en estos más de 15 años de historia, el valor que aportamos no sólo a nuestros clientes sino también a nuestro equipo (con una proporción hombre-mujer del 50-50), a las comunidades en las que invertiremos y a nuestros “stakeholders” en general», añade.

Por accidente

Inés Andrade, también miembro de la junta directiva de Level 20, es otra de las mujeres que ha conseguido romper este techo de cristal en el mundo del capital privado. Socia de AltamarCAM llegó a este mundo, según ella misma relata, «por accidente» en 1989. «Por aquel entonces, en España no había mucha actividad ni conocimiento generalizado sobre la misma. Yo había llegado de Estados Unidos en 1986 y estaba trabajando en JP Morgan dentro del departamento de «Financial Advisory», en el que también había estado un par de años en Nueva York tras terminar mi carrera en Georgetown University. Un día me llamaron unos amigos españoles que habían trabajado durante años en banca de inversión americana y me comentaron que estaban en proceso de montar una pequeña empresa desde la cual hacer inversiones directas de control en algunos proyectos en España con dinero de unos pocos inversores internacionales de su confianza. Necesitaban a una persona más júnior con capacidad analítica que pudiese ayudarles. Me llamó la atención la idea y acepté unirme a su proyecto. El comienzo de la actividad y algunas de las operaciones iniciales fueron difíciles, pero aprendimos rápido y al cabo de los años el balance fue positivo para todos», recuerda

Tras esos primeros años «experimentales» en la entonces naciente industria, pasó a formar parte del equipo de Inversiones Ibersuizas, primero, e Inova Capital, después. Allí llegó de la mano de algunos antiguos colegas y amigos de JP Morgan que habían dejado el banco y establecido un fondo y un equipo amplios. En total estuvo con ellos en el departamento de inversiones hasta el año 2004, momento en el cual uno de los socios de su primera incursión en «private equity» le ofreció liderar su “Family Office” de reciente creación y, desde allí, supervisar la inversión directa en participadas con control, la cartera de activos tradicionales y algunas inversiones privadas puntuales (coinversiones). A través de una de dichas coinversiones, en 2007 entró en contacto con Claudio Aguirre, quien poco tiempo después le ofreció unirse al entonces «joven» proyecto de Altamar.

«Me pareció una excelente oportunidad y un proyecto muy interesante, así que acepté la oferta en 2008 y sigo en Altamar desde entonces. He aprendido de muchos sectores y estrategias, he conocido a muchísimos inversores, hemos trabajado y viajado sin parar…. pero los frutos han llegado y siempre me he sentido apoyada por mis socios y compañeros. He tenido suerte y ser mujer nunca ha sido un obstáculo para mi evolución profesional», apostilla.

A su juicio, en este mundo la mujer juega un papel muy parecido al de los hombres, con unos mismo objetivos y responsabilidades. «Una parte muy importante del éxito de la industria, tanto en la inversión como en la captación de clientes, tiene que ver con gestionar lo mejor posible el talento de todas las personas. Aunque algunas cualidades consideradas tradicionalmente como “femeninas”, por ejemplo el mayor grado de sensibilidad e intuición, empatía y búsqueda de consenso, no solían estar valoradas en nuestro sector, ahora son igual de apreciadas que otras asociadas al género masculino», revela.

Una pionera

Maite Ballester también forma parte de la junta directiva de Level 20. Socia fundadora de Nexxus Iberia, fue una de las pioneras en el mundo del capital privado en España, y, además, la primera mujer en presidir la patronal del sector, la Asociación Española de Capital, Crecimiento e Inversión (ASCRI). Curiosamente, fue la maternidad la que la que la condujo al mundo del «private equity». Procedente de la consultoría estratégica y embarazada de su primer hijo, vivía prácticamente en un avión. («Casi doy a luz en el vuelo Madrid-Lisboa», recuerda). Por ello, aceptó la propuesta de un «headhunter» y realizó una entrevista para una empresa británica de capital privado, 3i, que en ese momento le exigía viajar menos, lo que era una oportunidad para ella de compatibilizar el trabajo con el cuidado de su bebé. Confiesa que fue con una actitud un poco negativa a la entrevista (especialmente por el hecho de que le ofrecieran la mitad de salario). Pasó 20 rondas de selección y, en última la directora de Recursos Humanos le preguntó si pensaba tener más hijos. Ella, sincera, asintió. («Dice mi madre que los hijos únicos se quedan un poco alelados», respondió). «Cuando salí de aquella última entrevista, pensé que después haber dicho eso no me iban a llamar, pero, para mi sorpresa, al CEO de la compañía le encantó mi respuesta. Él tenía 5 hijos y, por su experiencia, las mujeres con hijos son muchos más eficientes que sus compañeros hombres. No pierden el tiempo, porque les interesa ir cuanto antes a sus casas», asevera.

De esa forma, inició Maite Ballester su carrera en el mundo del «private equity» convirtiéndose en la primera mujer de Europa continental en formar parte de la compañía 3i. «Mis compañeros al principio no sabían ni cómo tratarme porque nunca habían trabajado con una mujer». En sus inicios se tuvo que mimetizar con los hombres. «Yo era uno más, iba al fútbol, imitaba sus registros y, si me tenía que quedar con un cliente hasta altas horas de la noche, pues lo hacía como el resto de mis compañeros. Ahora, las mujeres no están dispuestas a todo esto, pero el mundo hace 30 años era muy diferente. No había referentes femeninos. Yo, por ejemplo, admiraba a Margaret Thatcher porque no había nadie más», evoca.

Afirma que tan solo una vez se han sentido discriminada en su sector y fue cuando su nombre estaba entre los candidatos para ser CEO de 3i, pero prácticamente la descartaron porque pensaban que no aceptaría aquella responsabilidad el hecho de ser madre. «Me enfadé tanto que llamé a mis jefes expresándoles mi malestar. El resultado: el puesto fue para mí».

También apunta a los sesgos inconscientes de género con los que ha tenido que lidiar a lo largo de los años. Y es que en más de una ocasión ha escuchado comentarios como «es tan buena que se me olvida que es mujer».

Ballester solo dice cosas buenas de una profesión que «ama» y a la que les está muy agradecida. Precisamente, por eso, quiere animar a las jóvenes a que opten por un sector que les puede aportar muchísimo tanto profesional como personalmente. Si bien es cierto que se trata de una industria exigente, ésta ha cambiado muchísimo en los últimos años. Gracias a la tecnología, ya no se exige viajar tanto. Además, los fondos son cada vez más conscientes de la necesidad de diseñar políticas de inclusión y conciliación. «Es un sector apasionante, muy divertido, en el que puedes ganar mucho dinero, y donde te dan empoderamiento muy pronto (con 26 años puedes entrar en un consejo). Asimismo, trabajar en una industria como esta permite un aprendizaje continuo y un “expertise” que no te lo va dar ningún otro empleo ni ninguna escuela de negocios. Tienen que tener en cuenta también que en el mundo del “venture capital”, muy centrado en las startups, van a tener la oportunidad de trabajar con emprendedores muy jóvenes, equipos internacionales y que abordan temáticas muy innovadoras y divertidas», destaca.

Cristina Badenes, Inés Andrade y Maite Ballester referentes del sector, ejemplo de mujeres con ganas e iniciativa que se atrevieron a dar un paso adelante en una industria dominada por hombres, y que ahora muestran el camino, especialmente, a la más jóvenes. Y es que el sector necesita hoy «juniors» para que se conviertan en las directivas del mañana.