Londres
A la venta el emblemático Royal Mail, la «joya de la corona»
Eel Gobierno británico se deshace de una de las instituciones más emblemáticas del país
Con la próxima privatización del servicio de correos Royal Mail anunciada hoy, el Gobierno británico se deshace de una de las instituciones más emblemáticas del país, cuyo origen se remonta al reinado de Enrique VIII (1491-1547).
El servicio fue fundado en 1516 por Enrique VIII, el monarca de la casa Tudor, que estableció la primera ruta postal entre Londres y la ciudad de Dover, en el sureste de Inglaterra.
Por entonces, el correo era conocido como "Master of the Posts"(el señor de los mensajes), aunque para uso exclusivo del soberano inglés hasta 1635, cuando el rey Carlos I (1600-1649) autorizó que la población pudiera utilizar el servicio.
El correo se desarrolló rápidamente ya que en 1657 se fijaron las primeras rutas postales y en 1660 el rey Carlos II (1630-1685) le daba el nombre de Oficina General de Correos.
Hacia finales del siglo XVIII, el Royal Mail se establecía como una verdadera institución británica al aparecer las primeras carretas postales que llevaban el escudo de armas real y estaban protegidas por hombres armados con abrigos púrpura y sombrero negro.
A partir de 1830, con el desarrollo de la revolución industrial, las carretas tiradas por caballos eran reemplazadas por los trenes para el envío de las cartas, lo que permitió acelerar considerablemente las entregas.
Poco después, el Royal Mail experimenta una gran transformación al fijarse el previo pago de los envíos postales y se empezaba a cobrar por peso en lugar de por distancia.
En 1840 se emitió el primer sello postal, lo que permitió extender cada vez más el acceso del correo entre la población y en 1852 se colocó en la isla de Jersey el primer buzón.
Al principio los buzones eran verdes porque hacían juego con el verde de la campiña, pero mucha gente no los notaba, por lo que en 1871 se decidió volverlos a pintar, pero de rojo, su color actual.
Con el desarrollo de las comunicaciones, el Royal Mail ayudó a cubrir las necesidades de entonces al ofrecer servicios telefónicos y telegráficos, mientras que en 1930 era uno de las instituciones más importantes del mundo a la hora de ofrecer trabajo.
Con sus camionetas y buzones rojos y la figura de la corona de la reina Isabel II de Inglaterra, el Royal Mail es hoy uno de los servicios más reconocidos en este país.
Tan apreciado es el Royal Mail que la exprimera ministra conservadora Margaret Thatcher -que tras su llegada al poder en 1979 emprendió una ola de privatizaciones- no se atrevió a venderlo.
Pese a su entusiasmo por el capitalismo, la llamada "dama de hierro"llegó a declarar en una oportunidad que no estaba dispuesta a "tener privatizada la cabeza de la Reina".
Otros ministros de Comercio posteriores, entre ellos el tory Michael Heseltine y el laborista Peter Mandelson, tampoco pudieron poner al Royal Mail en manos privadas debido a la fuerte oposición de los diputados.
Con la última crisis financiera y la llegada en mayo de 2010 del actual Gobierno encabezado por el conservador David Cameron, se volvió a intentar el proceso para privatizar el servicio.
Así, el actual Ejecutivo -formado por conservadores y liberaldemócratas- consiguió aprobar en 2011 la Ley de Servicios Postales, que daba luz verde a la privatización.
La venta del Royal Mail, encargado de clasificar y distribuir cartas y paquetes, no incluye a las oficinas de correos Post Office, responsables de la atención al cliente.
En virtud de esa ley de 2011, el Post Office quedó separado del Royal Mail en abril de 2012, por lo que no forma parte de esta operación de privatización y permanece en manos estatales.
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