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ACS entra en la batalla por Abertis
La constructora admite que estudia desde hace semanas lanzar una contraoferta por el operador de autopistas que haga frente a la operación de la italiana Atlantia, lo que aseguraría la españolidad de la firma.
La constructora admite que estudia desde hace semanas lanzar una contraoferta por el operador de autopistas que haga frente a la operación de la italiana Atlantia, lo que aseguraría la españolidad de la firma.
No hay decisión tomada, pero ACS estudia desde hace semanas «una posible contraopa sobre la sociedad Abertis» que confronte la de la italiana Atlantia, según informó ayer la constructora a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). Para ello, la compañía cuenta con la asistencia de asesores externos, pese a lo cual aún no se ha remitido la operación a la deliberación del consejo de administración.
De confirmarse la contraoferta, la constructora conformaría uno de los grandes grupos mundiales de infraestructuras, con un valor de mercado actualizado de unos 26.684 millones de euros y capacidad para generar ingresos de unos 37.000 millones de euros anuales. Su presencia abarcaría los cinco continentes, cubriendo la práctica totalidad de América y Europa, y buena parte de la región Asia-Pacífico, con una plantilla superior a los 210.000 trabajadores. ACS sumaría las autopistas de Abertis a su división de concesiones Iridium, firma con destacada presencia en Norteamérica, y se convertiría en el primer gestor de autopistas de España y Francia, además de pasar a controlar Hispasat y la firma de antenas de telefonía Cellnex.
La posible OPA tendría toda la lógica pues ACS fue junto con CaixaBank fundador de Abertis a comienzos de la pasada década y su segundo máximo accionista hasta 2012. Para que esta tenga efecto, la constructora tendría que poner encima de la mesa más de 16.341 millones de euros, dado que habría de superar el precio que la también concesionaria Atlantia propone en su oferta, 16,50 euros por cada acción de Abertis, un importe que además ya ha superado la cotización de esta empresa. Al desembolso de esta cantidad se debería sumar la deuda que arrastra Abertis, de 15.000 millones de euros.
El pasado miércoles, el gestor público aeroportuario AENA admitió también en respuesta a una información publicada por «Expansión» que había estudiado la posible entrada en la puja por Abertis, si bien finalmente el Gobierno decidió abortar una operación de esa envergadura para no sobrecargar las cuentas de AENA con vistas a una posible salida al mercado de parte del 51% de la participación sobre el gestor que todavía conserva el Estado a través de Enaire.
Al margen de las evidentes sinergias que la compra de Abertis proporcionaría ACS, la operación aseguraría la españolidad de la concesionaria de autopistas. Aunque el Gobierno no quiso pronunciarse ayer sobre la posible OPA de ACS y el ministro de Economía, Luis de Guindos, remarcó que se trata de una decisión de empresas privadas en la que al Gobierno no le importa la nacionalidad del accionariado y del capital, lo cierto es que en el Ejecutivo preocupa la pérdida de una empresa puntera y más aún a manos de una compañía italiana, habida cuenta de las restricciones que siempre han tenido las firmas españolas para operar en Italia. Así lo explicó De Guindos en una comparecencia junto al ministro francés de Economía y Finanzas, Bruno Le Maire, donde subrayó que esta operación apoyaría un mayor avance en la integración de la Unión Europea. «Se trata de una decisión de empresas privadas y, por tanto, el Gobierno no toma ninguna posición», dijo.
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