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Atenas desespera a los acreedores con su enésimo rechazo al plan de Bruselas

La Razón
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No aceptar la propuesta de los acreedores. Ésa es la postura que todavía defiende Atenas después de debatir en el Parlamento heleno la oferta de las instituciones, que el primer ministro griego, Alexis Tsipras, consideró «absurdas» el viernes. La sesión parlamentaria, planteada para recabar el apoyo de la oposición, finalizó sin los resultados esperados por el Ejecutivo izquierdista.

«Ninguno de los partidos en el Parlamento ha dicho, ni siquiera insinuado, que puede aceptarse el texto en su conjunto», aseguraron fuentes gubernamentales ayer. Tampoco dieron su respaldo a los esfuerzos negociadores del gabinete de Tsipras, quien apela a «una propuesta realista y sostenible». En ese sentido, Atenas sostiene que su propuesta es la única base de acuerdo. La rotunda negativa de Tsipras exaspera a los socios europeos. El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, aseguró ayer que el primer ministro griego tergiversa las propuestas de los acreedores e instó a «respetar unas reglas mínimas», así como a formular nuevas reformas «con rapidez». Con ese telón de fondo arranca una nueva semana de negociaciones al más alto nivel político. Tsipras se reunirá con la canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente francés, François Hollande, este miércoles.

Por su parte, el ministro de Finanzas heleno, Yanis Varufakis, relegado a un segundo plano en la recta final de las negociaciones, mantiene sus misivas contra los prestamistas. Esta vez el blanco fue Angela Merkel, a quien hizo un llamamiento para dar a Grecia un «discurso de esperanza». En un artículo publicado ayer en su blog personal, Varufakis compara la situación del país heleno con la de Alemania al final de la Segunda Guerra Mundial y ruega a Berlín a que les de la misma «oportunidad» siete décadas después.