Cataluña
Avalancha de adquisiciones y fusiones tras las elecciones
Si las votaciones ofrecen un marco de continuidad económica, «España será un hervidero de operaciones corporativas».
Pese al turrón, al mazapán y a los polvorones, y a los cortes de digestión que pudieran provocar algunas combinaciones electorales, las compañías españolas tienen apetito. El 48% de los empresarios espera hacer compras el próximo año, aunque el riesgo político se sitúa como primera preocupación y posible freno a operaciones corporativas. Por ello, tras la resaca electoral y una vez que esté formado el nuevo Gobierno, las fusiones y adquisiciones se dispararán en España.
«Siempre que se celebra un año de elecciones es lógico que los inversores se mantengan a la expectativa de lo que pueda suceder. Y este año aún más, dado el contexto político». Rafael Roldán, socio director del Área de Transacciones de EY, asegura que las compañías ligadas a los sectores regulados y las operaciones corporativas de gran calado son las que permanecen más a la espera, mientras que en el mercado mediano estamos viendo una gran actividad, con cierta desaceleración desde el mes de octubre.
Si los resultados de los comicios ofrecen un marco de continuidad económica –como descuentan los inversores internacionales–, «estamos convencidos de que España será un hervidero de operaciones corporativas». Roldán recuerda que los fundamentales de las empresas son buenos, que el ritmo de crecimiento está en torno al 3,5%, que hay mucha liquidez en el mercado y que grandes inversores, como China, que tiempo atrás no prestaban demasiada atención a nuestro país ahora lo tienen entre los principales objetivos. «Tenemos todos los ingredientes para registrar un buen año en 2016 en el mercado de M&A», apostilla.
Los sectores más ligados al consumo –en plena efervescencia– tienen el mayor potencial de protagonizar operaciones. No obstante, el experto de EY cree que las empresas vinculadas a los sectores regulados, cuando sepamos el desenlace electoral y si continúan las reformas emprendidas, volverán a retomar su actividad de M&A.
Aunque los titubeos políticos asociados a las elecciones hayan podido abonar de cautela el ecosistema empresarial, este año las fusiones y adquisiciones reflejan niveles similares a los de 2014. De hecho, en términos de importe, a finales de septiembre ya se había superado el registro de todo el ejercicio anterior. Si bien los ambientes de incertidumbre no suelen resultar propicios para que se produzcan operaciones transaccionales, Daniel Hernández, analista de negocio de TTR, afirma que la actividad en España durante estos últimos meses no muestra valores extraños que necesiten una explicación especial amparada en las elecciones. Sin embargo, admite que no cabe duda de que la inestabilidad política puede desanimar operaciones, sobre todo las de gran calibre.
Debido a la cantidad de factores que pueden incidir en las decisiones estratégicas de las compañías, es complicado realizar previsiones. Pero Hernández señala que muchas de las grandes operaciones que han sido anunciadas en 2015 tienen como fecha de cierre el primer trimestre de 2016, como es el caso de la permuta de acciones de The Bank of East Asia y Grupo Financiero Imbursa que han llevado a cabo CaixaBank y Criteria Caixaholding, o la adquisición de Acciona Windpower por parte de Nordex.
El estudio de EY cuantifica en un 42% el capital disponible que las empresas destinarán al crecimiento orgánico y en un 23% al crecimiento inorgánico. Por otra parte, recoge que el 90% de los ejecutivos españoles encuestados confiesa que no hará adquisiciones fuera de su sector, un porcentaje notoriamente superior al 52% registrado a nivel global; y que España, Estados Unidos, Reino Unido y China serán los destinos más frecuentes de la inversión española.
Más allá de que todo parezca indicar que 2016 será un buen año para el M&A –en el primer trimestre se movilizarán sumas importantes de capital–, Hernández resalta que existen numerosos factores que pueden incidir en el devenir del mercado transaccional, «consecuencia principalmente de la existencia de un cambio de ciclo en el Gobierno, pero también motivado por otros factores exógenos, como el terrorismo». Ahondando en el posible cambio de Gobierno, el analista de negocio de TTR destacaría como condicionantes el tratamiento fiscal a las empresas, la regulación sobre la banca, la revisión o continuidad de la reforma laboral y la cuestión de Cataluña, que es una parte esencial del mercado transaccional español. Hernández revela que, desde 2012, la comunidad catalana aporta, aproximadamente, un tercio de las operaciones totales registradas en España, y entre un 16% y un 27% del importe de las mismas. «Que las aguas estén revueltas en Cataluña puede pasar factura tanto a la propia autonomía como a todo el país».
Fuentes consultadas sostienen que, en términos puramente económicos, una mayor flexibilidad en los costes –por ejemplo en materia de contratación laboral– y una menor carga fiscal a los beneficios empresariales permitirían a las compañías contar con más recursos propios para animarse a llevar a cabo adquisiciones. Asimismo, un mejor acceso a condiciones favorables de financiación con banca privada y dinero público también podría suponer un incentivo para las empresas compradoras.
Respecto a los sectores que han registrado una mayor actividad durante los últimos meses, Hernández expone que el inmobiliario ha sido, es y probablemente será una pieza clave en la economía española. «Ha copado en el agregado de 2015 el primer puesto del podio de sectores más activos, en parte porque la compra de un inmueble suele ser menos compleja que la adquisición de una empresa», sentencia.
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