Rescate a Chipre
¿Crisis de depósitos o de confianza?
El debate abierto sobre el rescate de Chipre nos enseña en primer lugar y ante todo, que la Unión Europea afronta una crisis que tiene también una vertiente bancaria, y que la consolidación y reestructuración de los bancos europeos es una condición indispensable para el regreso de la confianza y, por tanto, del crecimiento. Lo más normal es que los contribuyentes, sean chipriotas o del resto de Europa, no fueran los únicos en tener que arrimar el hombro para salvar a los bancos, como ocurrió en Irlanda, para enfado de los ciudadanos. Pero resulta un riesgo forzar a los accionistas (como en España) o a los depositantes (como en Grecia) a contribuir, sin disipar su desconfianza. Ante este dilema, las autoridades europeas cometieron un colosal error de juicio cuando decidieron penalizar a todas las cuentas en bancos chipriotas, en vez de actuar sólo sobre las más cuantiosas.
Luego fueron capaces de corregir este error tras el rechazo del Parlamento chipriota, que demostró, por cierto, que no hubo imposición alguna sobre Chipre. La pregunta que surge es saber si este error tendrá un impacto real en el «pacto de confianza» que existe entre los bancos y sus clientes en otros países europeos. Tendría que quedar claro que las quitas sobre las cuentas más cuantiosas en situaciones extremas (como en Chipre) no constituyen en sentido alguno un precedente, como así ha subrayado el Banco Central Europeo.
Este nuevo incidente debe también alentar a los socios europeos a poner en marcha incluso con mayor celeridad los progresos necesarios para la unión bancaria europea. Un único mecanismo de supervisión bajo la tutela del BCE ya se está creando y, de esta forma, el Mecanismo Europeo de Estabilidad será capaz muy pronto de asistir directamente a los bancos que necesiten ayuda, especialmente en España. La crisis chipriota ha desvelado también lo necesarios que podrían llegar a ser los otros dos pilares de la unión bancaria, en concreto los mecanismos diseñados para garantizar las cuentas bancarias y resolver las crisis de las entidades. Ahora tenemos que esperar y ver si las tensiones políticas derivadas del plan de rescate de Chipre afectan positiva o negativamente a este proyecto.
*Director de Notre Europe-Instituto Jacques Delors
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