Bankia

De la Torre desvela hoy en la Audiencia el entramado de las «black»

El secretario de Caja Madrid entre 1996 y 2009 debe aclarar para qué eran las tarjetas

Enrique de la Torre, ex secretario de Caja Madrid
Enrique de la Torre, ex secretario de Caja Madridlarazon

El secretario de Caja Madrid entre 1996 y 2009 debe aclarar para qué eran las tarjetas

Las sesiones de hoy y mañana (lunes y martes) en el jucio por los gastos con las tarjetas «black» adquieren una especial importancia por las declaraciones de algunos de los acusados que restan por hacerlo y por los primeros testigos que acudirán, y cuyo testimonio, a buen seguro, resultará relevante para el esclarecimiento de los hechos. Entre los acusados que se pondrán frente al tribunal que preside la magistrada Ángela Murillo –faltan 18 por hacerlo– destaca Enrique de la Torre, quien fuera secretario general de Caja Madrid entre 1996 y 2009, a quien han señalado la mayoría de los que hasta ahora han comparecido como la persona que les entregó la tarjeta para que la usaran para «gastos de libre disposición» sin necesidad de justificar.

El ex consejero Rafael Spottorno, ex jefe de la Casa del Rey, será otro de los que atraigan la atención mediática, derivada no del cargo que ocupó en la entidad financiera, sino por su relación con la Casa real.

Frases como «De la Torre me la entregó –la tarjeta– y me dijo que era para gastos de libre disposición, con el límite asignado», se escucharon en no pocas ocasiones durante la primera semana del juicio. Por ello, su testimonio adquiere una importancia especial, ya que fue secretario general cuando Miguel Blesa llegó a la presidencia de Caja Madrid, por lo que podrá aportar para esclarecer si el sistema de pago con esas tarjetas le vino impuesto por la anterior dirección de la entidad, y, especialmente, si comunicó verbalmente a los usuarios de esos instrumentos que eran para gastos de libre disposición o, por el contrario, estaban ligados al cargo que ocupaban, para su representación, y si se les requirió que entregaran los justificantes.

La ronda de testigos está previsto que comience mañana con la declaración del ex presidente de Caja Madrid, Jaime Terceiro. Su sucesor, Miguel Blesa, aseguró el pasado día 29 de septiembre que la entrega de las tarjetas a directivos y consejeros era una práctica «ejercitada por el anterior presidente» de la entidad desde 1988, por lo que cuando accedió al cargo, en 1996, lo mantuvo «bajo el principio de confianza». Es decir, en buena parte, le responsabilizó de ese sistema y de que las tarjetas se entregaran para el libre uso de quienes las recibían.

El anterior presidente de Caja Madrid tendrá que aclarar si avala la tesis de Blesa o, por el contario mantiene lo que declaró ante el juez instructor de esta causa, Fernando Andreu, al que aseguró justo lo contrario: las tarjetas se entregaban para que los consejeros las usaran para gastos de representación; todas estaban sujetas a un contrato y eran transparentes para la Hacienda Pública. De ratificarlo, la situación de Blesa estaría más comprometida.

El mismo día que Terceiro, está citado a declarar el ex consejero delegado de Bankia Francisco Verdú, ex número dos de la entidad, quien aseguró ante el juez Andreu que en febrero de 2012 advirtió al entonces presidente, Rodrigo Rato, de que las tarjetas «black» que tenían los directivos constituían «una mala praxis bancaria» y que se negó a aceptarla cuando se la quiso entregar. Rato declaró el martes que Verdú no percibió que «tuviésemos un problema legal» con las tarjetas, «ni me dijo nada» al respecto.

Dos versiones contradictorias que habrá de esclarecerse. En cambio, en lo que sí ha habido una coincidencia en la primera semana de juicio es que tanto Blesa como Rato aseguraron que las «black» se entregaron para el libre uso de las mismas por parte de los consejeros o directivos; algo más que un mero balón de oxígeno para quienes se sientan en el banquillo, toda vez que es la tesis que siempre han esgrimido.

Con esos testimonios, los dos ex presidentes de la caja venían a asumir en buena parte la responsabilidad del uso de esas tarjetas. La otra «protagonista» de la primera semana de sesiones no ha sido ninguna de las juezas del tribunal, ni abogadas o acusadas. Ha sido la hoja excel que presentó Bankia en la primera sesión, donde se contienen los gastos que, presuntamente, realizaron con las tarjetas quienes se sientan en el banquillo. Un hoja que el tribunal aceptó que se incorporara a la causa, pero que sólo ha sido reconocida por un acusado.

El resto han denunciado no pocas irregularidades, desde que aparecen gastos en periodos en que la tarjeta había sido clonada, hasta restaurantes donde no habían acudido nunca o tres cargos en lugares muy distintos y prácticamente a la misma hora. De hecho, uno de los acusados, Fernando Serrano, relató el viernes que realizó una pequeña «investigación en Google» de uno de los cargos que se le atribuyen y se quedó más que sorprendido cuando comprobó que se trataba de un asador de pollos radicado en Mollet del Vallés, donde «no he estado nunca en mi vida». Otro de los acusados, Rodolfo Benito, puso como ejemplo que en su caso figura un cargo de un viaje a Bolivia, país al que, según dijo, nunca ha viajado «ni con la caja ni sin la caja».