Chipre
El BCE excluye a Grecia de la compra de deuda que arranca el lunes
Draghi mejora cinco décimas el crecimiento de la zona euro y lo sitúa en el 1,5%.
Seis años después de que la Reserva Federal (Fed) estadounidense lanzara su programa de flexibilización cuantitativa, el famoso QE, el Banco Central Europeo (BCE) anunció ayer que a partir del próximo lunes comenzará a adquirir bonos soberanos con la finalidad de impulsar el crecimiento económico en la eurozona. Así lo anunció ayer el presidente de esta entidad, el italiano Mario Draghi, en una conferencia de prensa celebrada en Nicosia, la capital de Chipre, en la que además revisó al alza sus pronósticos de crecimiento del PIB y a la baja los de inflación de la zona euro para los próximos ejercicios financieros.
En la anterior reunión de política monetaria, celebrada el pasado 22 de enero, el BCE aprobó el lanzamiento de un plan de compra de activos públicos y privados (bonos soberanos y deuda bancaria, concretamente) por un importe de 60.000 millones de euros mensuales, que se mantendrá al menos desde el próximo lunes, día 9 de marzo, hasta septiembre de 2016.
Se trata de un paso más de la que para muchos es la mayor ofensiva puesta en marcha por Draghi, después de que las bajadas en los tipos de interés, la concesión a los bancos de préstamos a largo plazo o las compras de valores respaldados por activos no consiguieran los efectos deseados por el banquero italiano en pro del fortalecimiento económico de la zona euro.
«Vemos que las metas se logran poco a poco», afirmó ayer un optimista Draghi, que aseguró que el simple anuncio de adquirir compras de activos públicos provocó «un número significativo de efectos positivos» como la mejora del crédito o del estado de ánimo entre consumidores y empresas. Aun así, y tal y como dijo en enero, el presidente del BCE aseguró que no comprará deuda griega, ya que «no se dan las condiciones para prestar dinero a Grecia».
No financiará el déficit heleno
Una postura que, según Draghi, cambiará en cuanto se den las condiciones adecuadas en ese país, en referencia a la aplicación de las reformas prometidas por Atenas a cambio de la ayuda de sus socios europeos. También, en esta línea, rechazó ampliar el límite de emisión de Letras que había planteado el ejecutivo de Tsipras.
«Permitir a Grecia aumentar sus emisiones de deuda supondría financiar el déficit público, algo prohibido en los tratados», aseguró el dirigente italiano. Además, Draghi anunció que el consejo de gobierno del organismo que preside incrementó la provisión urgente de liquidez para los bancos griegos en 500 millones de euros, hasta 68.800 millones, y recordó que el BCE ha prestado a Grecia 100.000 millones de euros o el equivalente al 68% de su PIB. «Lo último que se puede decir es que el BCE no ha apoyado a Grecia» aseguró Draghi, quien asimismo puntualizó que los bancos helenos son solventes y están bien capitalizados.
Por otro lado, y aunque hizo hincapié una vez más en la necesidad de acelerar el ritmo de las reformas puestas en marcha en varios países, Draghi revisó al alza sus previsiones de crecimiento de la eurozona para los próximos años debido la caída del precio del petróleo, el tipo de cambio del euro y la política monetaria del BCE.
«Los últimos datos económicos apuntan a algunas mejoras en la actividad económica», matizó. Más en concreto, el organismo monetario europeo espera que el PIB de la eurozona suba un 1,5% este año, frente al 1% estimado en diciembre; un 1,9% en 2016, cuatro décimas más que la estimación anterior; y un 2,1% en 2017.
Unas previsiones que, según algunos analistas, podrían alejar la posibilidad de que el BCE adopte nuevas medidas de apoyo en los próximos meses. De hecho, el italiano reiteró que aunque «las perspectivas económicas de algunos países de la eurozona estén apuntando hacia abajo», también quiso dejar claro que los riesgos «han disminuido tras las recientes decisiones en política monetaria y la caída del petróleo».
Oposición germana
La satisfacción de Draghi y la puesta en marcha de la compra de bonos choca no obstante con la voluntad de otras autoridades como la del presidente del Bundesbank, Jens Weidmann, quien se opuso desde el primer momento a este programa. En cuanto a la inflación, este organismo prevé que sea del 0% en 2015, cuando en diciembre pronosticó un alza del 0,7%, mientras que para el próximo año augura una tasa del 1,5%, dos décimas por encima del anterior pronóstico. La previsión de inflación para 2017 apunta a un alza de precios del 1,8%.
El Consejo de Gobierno del BCE decidió mantener los tipos de interés en el mínimo histórico 0,05%, nivel donde se sitúan desde la reunión del pasado mes de septiembre, con el objetivo de impulsar la actividad económica y evitar una recesión. La cotización del euro frente al dólar se debilitó significativamente tras la comparecencia de Draghi, y se situó por debajo de los 1,10 dólares por primera vez desde septiembre de 2013.
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