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El BCE incluye a Telefónica en su primera compra de deuda privada
Draghi arranca su «manguerazo» de 500.000 millones con las grandes firmas europeas
Draghi arranca su «manguerazo» de 500.000 millones con las grandes firmas europeas
Siempre persiguiendo el objetivo de reactivar la inflación en la eurozona, el Banco Central Europeo (BCE) comenzó ayer las compras de bonos corporativos anunciadas en marzo. Aunque hasta el 18 de julio la entidad con sede en Fráncfort no revelará oficialmente algunas de las compañías receptoras, todo indica que la española Telefónica ha sido una de las primeras firmas europeas a las que el Eurobanco le ha comprado deuda. Según informaciones de la agencia de noticias Bloomberg, el BCE ha comprado bonos a diez años de la multinacional de telecomunicaciones española, una de las que se perfilaban desde el inicio como elegible en este programa sin precedentes.
Otras empresas nacionales bien situadas como beneficiarias del programa son Gas Natural Fenosa e Iberdrola, ambas del sector energético. De los 78.000 millones de euros en deuda de las empresas españolas que cumplen los requisitos para ser incluidas en el nuevo programa del Eurobanco, un 32% pertenecen a Telefónica, un 15% a Gas Natural y casi un 13% a Iberdrola. Las estimaciones de la compañía de inversiones Merrill Lynch también se dirigen a Repsol, mientras que JP Morgan Cazenove considera que las grandes beneficiadas en nuestro país serán Abertis, Gas Natural Fenosa, Ferrovial, DIA y Amadeus.
Telefónica no ha sido la única empresa en la mira del BCE el día de arranque de la medida. También están en la lista el líder cervecero del mundo, la compañía belga ABInBev, la empresa germana de telecomunicaciones Siemens, la aseguradora italiana Generali, el francés automovilístico Renault y la energética gala Engie. Los analistas creen que otras, como EDF, Total, BMW, Enel, ENI, Shell, Daimler y Orange igualmente se encuentran muy bien posicionadas.
Los analistas de Bloomberg calculan que la entidad central europea invertirá 500.000 millones de euros en compra de deuda privada, alrededor de 60.000 en España. Respecto a los sectores, saldrán beneficiados el energético, las aseguradoras y el campo de las telecomunicaciones. Los primeros datos, a la espera del 18 de julio, demuestran que el banco central está dirigiendo su atención –al menos, al inicio del programa– a empresas muy significativas de los seis principales países europeos en los que llevará a cabo esta medida. Según la misma agencia de noticias, el Eurobanco invirtió tres millones de euros en el primer día de compra de deuda privada. La deuda soberana adquirida, desde junio, ya supera los 800 millones de euros. La compra de deuda privada es un nuevo paso en el programa de inyección de liquidez que lleva a cabo la institución presidida por Mario Draghi. El objetivo es incentivar las empresas y reducir los costes de endeudamiento para fomentar la inversión. La intención del Eurobanco es comenzar de forma gradual hasta ver los efectos, con una cantidad mensual estimada de entre 5.000 y 10.000 millones de euros, que se sumarán a los 80.000 millones en deuda principalmente soberana que ya compra cada mes desde marzo de 2015, por lo que estaríamos hablando de un 6% de bonos privados en el conjunto de su programa de compra de activos (QE, por sus siglas en inglés).
Al poco de conocerse la intención del BCE de comprar deuda corporativa, los primeros efectos no tardaron en aparecer: las empresas europeas han emitido un 50% más de deuda que en el mismo periodo del año pasado, por lo que se espera un aumento significativo en este año. «El BCE se juega su credibilidad con esta medida», apuntó la gestora de BNP Paribas Investment Partners, Victoria Whitehead, «si no consiguen comprar, al menos, cinco mil millones de euros al mes en bonos, se considerará un fracaso, de acuerdo con la tendencia predominante», añadió.
Críticas de Deutsche Bank
Las primeras críticas han venido de Deutsche Bank. La entidad alemana cree que amenaza el proyecto europeo en su conjunto y fomenta el desarrollo de extremismos y populismos. Su economista jefe, David Folkerts-Landau, dice que la compra de activos y los tipos negativos amenazan la estabilidad de la eurozona.
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