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Berlín aprueba el rescate a Grecia pese a las divisiones en el partido de Merkel

La canciller se enfrenta a una opinión pública que no confía en Grecia

El ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schäuble pronuncia un discurso durante el debate y votación del tercer rescate a Grecia
El ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schäuble pronuncia un discurso durante el debate y votación del tercer rescate a Grecialarazon

El Parlamento alemán –Bundestag– aprobó, con una amplia mayoría, el tercer rescate a Grecia, que autoriza a desembolsar al país un nuevo crédito de 86.000 millones en tres años. Se decidió en la sesión extraordinaria celebrada ayer en Berlín, la cual había creado una enorme expectación en la capital germana, no por la duda sobre si Alemania daría el visto bueno a una nueva ayuda –la «gran coalición» formada por CDU-SPD abarca cerca del 80% de los asientos del Bundestag–, sino por comprobar si la oposición entre los aliados de Angela Merkel sigue creciendo.

De los 585 diputados presentes en una sesión que registró un número elevado de ausentes, 454 votaron a favor del programa de ayuda defendido de forma acérrima por la jefa del Ejecutivo alemán, 113 se manifestaron en contra y 18 se abstuvieron. Aunque un porcentaje elevado aún se posiciona del lado de la canciller, llama poderosamente la atención que la gran mayoría de los «no» procedieran del partido regentado por Merkel, el grupo conformado por la Unión Cristianodemócrata (CDU) y su ala bávara, CSU. Un total de 63 parlamentarios de este grupo no apoyaron la tercera ayuda helena. Sus argumentos, expresados en precedentes ocasiones, se basan en considerar que Berlín ya ha pagado suficiente a Atenas y, además, poner de manifiesto la creciente desconfianza por recuperar los anteriores préstamos. Son tres diputados democristianos más los que se oponen a seguir rescatando a Grecia que los 60 registrados en la anterior votación.

Al comenzar la crisis griega y aprobarse el primer rescate en 2010, sólo cuatro representantes de este partido se negaron a lanzar un programa de ayuda a la nación helena. Este aumento de parlamentarios en su contra supone un revés para la canciller, quien no ha conseguido contener la división en su partido a este respecto. Votar en contra es «una puñalada en la espalda a la canciller», había dicho días anteriores Peter Tauber, el secretario general de la CDU.

Además, Merkel se enfrenta a una opinión pública muy contraria a seguir alimentando las arcas helenas, según las encuestas recientemente publicadas en los medios de comunicación, que mostraban que el número de ciudadanos alemanes en contra se acercaba al 60%, y que más del 80% no confiaba en el Gobierno heleno.

Entre los socialdemócratas, en cambio, se registró un apoyo mucho más unánime, con 117 diputados abogando por la luz verde al programa y cuatro en contra. La izquierda, ideológicamente afín a Syriza, el partido que gobierna Grecia, votó «no» mayoritariamente con 45 parlamentarios, por razones opuestas a las de los democristianos. La mayoría de miembros de Los Verdes votaron «sí», con sólo una oposición.

Angela Merkel actuó con discreción en la sesión de ayer y no se situó a la cabeza de la defensa del programa heleno, como sí había hecho en anteriores ocasiones. Fue, sin embargo, su ministro de Finanzas y número dos en el Gobierno, el veterano Wolfgang Schäuble, quien instó a los parlamentarios a aprobar la ayuda. Aunque apuntó que «no había garantía» de éxito porque la pelota seguía en el tejado de Grecia, añadió que si el país liderado por Tsipras «afronta sus responsabilidades y el programa se lleva a cabo de forma completa y resolutiva, la economía griega podrá crecer durante los próximos años». Sin embargo, vuelve a negar la posibilidad de una quita de la deuda. Igualmente, aseguró que cuenta con el compromiso del Fondo Monetario Internacional (FMI), que, bajo la apreciación de Schäuble, «tomará parte activa».

Respecto al primer ministro griego, Alexis Tsipras, Schäuble señaló que «debe hacer lo contrario de lo que ha prometido» a su electorado y, sobre todo, llevar a cabo las reformas convenidas.

Esta votación se conformaba como el último paso en Berlín para aprobar el tercer plan de ayuda a Grecia acordado el pasado 14 de agosto.

La vía para seguir en el euro

El ministro Wolfgang Schäuble, quien se ha caracterizado por encabezar la línea más intransigente en la problemática griega y el primero en coquetear con un «grexit» temporal, apoyó un tercer rescate frente a los diputados, por considerarlo el único camino para reflotar la economía, aunque volvió a insistir que Atenas tiene que realizar reformas «irrenunciables» para continuar dentro de la zona euro.