Unión Europea
El caso de las emisiones endurecerá el control del diésel en Europa
El escándalo de Volkswagen fue analizado ayer por los ministros europeos de Competitividad e Industria. Los Veintiocho acordaron trabajar para modificar cuanto antes la normativa que regula las emisiones en los vehículos, aprovechando la crisis del grupo alemán para impulsar la nueva normativa que se preparaba en la materia, para que pueda estar lista a finales de 2017.
En el marco del Consejo de Competitividad, que se celebró ayer en Luxemburgo, los Veintiocho reconocieron la necesidad de reconstruir la confianza en el sector automovilístico, que se ha visto seriamente dañada por la manipulación registrada en ciertos motores diésel. Fue durante el almuerzo cuando los ministros trataron la problemática en el sector automovilístico sobre los controles en las emisiones.
El Consejo tomó nota de la decisión anunciada por la Comisión Europea (CE) de reforzar los controles de las emisiones en el sector, así como de las explicaciones proporcionadas por el Gobierno alemán y los pasos que ha ido dando para gestionar la crisis. La solución pasa por incluir también pruebas para los vehículos en condiciones reales en la carretera. Una normativa que podría estar lista entre finales de 2017 y principios de 2018. La Comisión espera aprovechar precisamente el escándalo para poder acelerar su puesta en marcha.
«Necesitamos restablecer la confianza en los mercados y mostrar que se están tomando las decisiones necesarias para ello. Soy optimista después de haber escuchado las explicaciones de la Comisión y de los colegas europeos, en particular del ministro alemán. Se ha visto una fuerte voluntad entre los ministros para hablar y actuar con una sola voz», señaló Etienne Schneider, ministro luxemburgués, tras la reunión.
El titular de Industria alemán explicó los pasos que ha dado el Ejecutivo para atajar la crisis de Volkswagen, encontrando empatía en sus homólogos. Los ministros han cerrado filas con Alemania, mostrando una solidaridad total con el Gobierno germano y mostrando su firme apoyo para poder restaurar entre todos la confianza en uno de los sectores más importantes en Europa.
La Comisión Europea, por su parte, sigue insistiendo a todos los Estados miembros en que investiguen cómo ha afectado esta situación en sus propios países para poder contar con una foto fija de la situación global. «Para recuperar toda la credibilidad hay que estar seguros de lo que ocurre en el sector europeo. No tengo pruebas de que haya otros fabricantes implicados», señaló la comisaria de Industria y Mercado Interior, Elzbieta Bienkowska. Por el momento, tan sólo tres países, Francia, Italia y Alemania, han iniciado investigaciones para conocer el alcance del fraude.
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