Energía
El desabastecimiento de las gasolineras de Portugal amenaza con atrapar a miles de españoles de vacaciones
Las estaciones españolas cercanas a la frontera portuguesa han triplicado su servicio ante la avalancha de conductores lusos
Parece que la misma pesadilla se repite todos los periodos vacacionales: miles de españoles atrapados tras la frontera portuguesa por la falta de combustible. Ya pasó durante la última Semana Santa, cuando una huelga de distribuidores colapsó todas las gasolineras del país vecino. Pues bien, la historia se repite. Portugal afronta desde este lunes y por tiempo indefinido una nueva huelga de los transportistas de mercancías peligrosas que, a pesar de las medidas tomadas los últimos días para preparar el país, tendrá efectos directos a corto plazo sobre el abastecimiento de combustible.Miles de españoles que pasan en este momento allí su descanso pueden verse afectados y complicar sus desplazamientos y su regreso a casa. El paro llega cuatro meses después de la anterior huelga en el sector, que provocó problemas de abastecimiento en los aeropuertos y el transporte público y dejó gasolineras secas por todo el país.Tras meses de negociaciones que no llegaron a buen puerto, las organizaciones convocantes -el Sindicato Nacional de Transportistas de Mercancías Peligrosas y el Sindicato Independiente de los Transportistas de Mercancías- decidieron el sábado mantener la paralización. Los sindicatos exigen que la patronal del sector, Antram, cumpla el acuerdo firmado tras el anterior paro, que reconocía aumentos salariales para los transportistas.El Gobierno ha confirmado que dispone de reservas de combustible para tres meses, pero el problema estará en su transporte hasta los puestos de distribución. Ante la perspectiva de que la huelga no se desconvocase, el país se encuentra desde la medianoche del viernes en alerta por emergencia social, una situación que permite preparar durante el fin de semana la red de puestos de abastecimiento de emergencia. El Ejecutivo portugués ha puesto en marcha varias medidas para mitigar los efectos de la paralización y evitar que se repita el caos vivido en abril. Por ello, estableció servicios mínimos del 100% para prioritarios -como aeropuertos, puertos, servicios de seguridad, bomberos y emergencias médicas-, del 75% para transporte público y del 50% para el suministro general de ciudadanos. En caso de que estos servicios mínimos no se cumplan, se ha preparado a agentes de las fuerzas de seguridad y militares para que conduzcan los camiones cisterna y no se descarta tampoco tener que intervenir legalmente la huelga si fuese necesario para asegurar el funcionamiento de los servicios esenciales.
El primer ministro, el socialista António Costa, ha abierto un gabinete de crisis y ya ha realizado varias reuniones con el sector energético y de seguridad para calibrar la capacidad de respuesta a la huelga, que provocó desde el jueves largas colas en algunas gasolineras para llenar el depósito con antelación. Esto ha generado un aumento del 100% en la venta de combustible respecto al mismo periodo del año pasado, según datos de la Entidad Nacional para el Sector Energético (ENSE).
Pero como no hay mal que por bien no venga, los problemas de combustible al otro lado de la frontera está teniendo un saldo positivo en el territorio fronterizo español. A la habitual afluencia de ciudadanos portugueses a las gasolineras hispanas -el combustible es sustancialmente más barato en España que en Portugal-, se han sumado miles de conductores, que han formado grandes colas en las estaciones de servicio de este lado de la frontera.
Esta huelga de los transportistas está convocada por periodo indefinido, por lo que, si no es desconvocada, la situación de emergencia energética se extenderá al menos hasta el 21 de agosto. Antes de viajar a Portugal, llene el depósito e infórmese con antelación de la situación.
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