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Rescate a Grecia

El Eurogrupo decide hoy si prorroga la ayuda a Grecia

Un hombre colocaba ayer las banderas de Grecia y de la Unión Europea en la embajada helena de Bruselas
Un hombre colocaba ayer las banderas de Grecia y de la Unión Europea en la embajada helena de Bruselaslarazon

Grecia vuelve hoy al centro del debate europeo. Los ministros de Economía de la zona euro se reúnen en Bruselas para analizar la solicitud por parte del Ejecutivo heleno de prorrogar seis meses el programa actual. Se espera un encuentro tenso después de que desde Alemania se hayan levantado dudas sobre las intenciones de la propuesta griega, aunque una conversación telefónica «constructiva» de 50 minutos entre la canciller alemana, Angela Merkel, y su homólogo griego, Alexis Tsipras, calmaba los ánimos.

Los intentos para acercar posturas desde que fracasara el Eurogrupo del lunes pasado han sido constantes. El portavoz del Ejecutivo comunitario, Margaritis Schinas, confirmaba en rueda de prensa conversaciones telefónicas entre el presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem; el presidente de la Comisión, Jean-Claude Juncker, y Tsipras hasta el mismo día de ayer.

Grecia pide seis meses más

En concreto, Atenas ha solicitado prorrogar el Acuerdo Maestro de la Facilidad de Asistencia Financiera, «término legal para describir el actual programa», confirmaba Schinas. Respecto a las condiciones que estarían ligadas al mismo, tendrán que negociarse en el marco del Eurogrupo. Es aquí donde entrarían las cuestiones de flexibilidad que tanto ansía Grecia y que hace fruncir ceños entre los socios europeos.

Esta posición es nueva para el Gobierno griego, más cercana a las exigencias del Eurogrupo, pero sigue despertando diferentes reacciones, algunas de ellas opuestas. Desde Bruselas, Juncker lo consideraba «un paso positivo, que podría sentar las bases para un compromiso razonable en interés de la estabilidad financiera en la eurozona en su conjunto». Sin embargo, para Berlín «no es una propuesta que lleve a una solución sustancial», en palabras del portavoz del Ministerio alemán de Finanzas, Martin Jaeger. A su juicio, Grecia no se ajusta a las exigencias del Eurogrupo del lunes pasado. Tampoco es del gusto de los ministros de Economía de Finlandia o de Bélgica.

Aunque los titulares de Finanzas de la zona euro pedían insistentemente a Atenas que solicitara una extensión del programa actual, la petición griega requerirá análisis por parte del Eurogrupo. Si las condiciones estuvieran claras para todas las partes, no habría sido necesario convocar el que será el tercer Eurogrupo en los últimos diez días en Bruselas. Volverán por lo tanto las negociaciones sobre las condiciones que recibirá Grecia. El objetivo inmediato de ampliar el programa es ganar tiempo para negociar. Si hoy se alcanza un acuerdo –debe ser por unanimidad de los 19 miembros de la zona euro– no significa que se deje de discutir sobre la financiación griega. Atenas volverá a enfrentarse a sus acreedores para conseguir mejores condiciones para devolver la deuda.

Grecia tenía de límite hasta hoy para aceptar la única alternativa que le dejaba Europa: solicitar una extensión del rescate. Casi in extremis el ministro de Economía griego, Yanis Varufakis, escribía una carta dirigida al presidente del Eurogrupo, en busca de la liquidez que el país necesita. El programa actual caduca el 28 de febrero y para Atenas era más que urgente buscar una solución para seguir recibiendo dinero europeo.

La negativa alemana a la propuesta de Varufakis sentó como un jarro de agua fría. Atenas tardó en reaccionar, pero lo hizo con estruendo. El viceprimer ministro, Yannis Dragasakis, aseguró que los griegos mantienen la entereza ante las adversidades. «Si los europeos rehúsan ayudarnos, deben prepararse para soportar el impacto», respondió Dragasakis a la inesperada decisión de Alemania.

La Casa del Gobierno también hirvió en comentarios contra el «peligroso juego político» emprendido por Alemania, según cita la Prensa local. «El Eurogrupo tendrá mañana dos opciones: aceptar o rechazar la propuesta» era el ultimátum de Atenas a los socios europeos.

La propuesta por carta de Varufakis pide una extensión de la financiación por un periodo de seis meses, algo parecido a la prórroga de dos meses que firmó el anterior Ejecutivo de Antonis Samarás en diciembre. La propuesta se vincula al acuerdo actual con la condición de «mejorar el uso de la flexibilidad». El documento también incluye el compromiso en realizar «profundas reformas», sin más detalles, como reclama Alemania.

Grecia quiere estabilizar su posición fiscal con «superávits fiscales apropiados», pero reitera que los objetivos para 2015, con un superávit del 3%, «tengan en cuenta la situación económica», deteriorada en los últimos dos meses. Varufakis defiende la reducción del superávit primario al 1,5% para promover incentivos económicos.

Pese a aceptar «la supervisión de la UE, el Banco Central Europeo (BCE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI)», el texto deja claro el fin de la troika al proponer el inicio del trabajo técnico entre «Grecia, Europa y el FMI» para conseguir un «Contrato de Recuperación y Crecimiento» que sustituya el presente programa de rescate.

Sobre las demandas de financiación, Grecia solicita que el BCE vuelva a aceptar bonos griegos como garantía en sus operaciones monetarias. Además, Varufakis pidió al Eurogrupo los 1.900 millones de los beneficios obtenidos con la compra de deuda griega por parte del BCE, utilizar los 11.000 millones de los fondos de recapitalización de los bancos y la ampliación del límite de la subasta de Letras del Tesoro. Esos ingresos permitirán a Grecia pagar los 17.000 millones de euros a sus acreedores este año, otro de los compromisos del Gobierno griego, que cede y mucho.