Bruselas
El Gobierno estudia anunciar a la UE una subida mayor del PIB
La mayor parte del Ejecutivo cree que España crecerá por encima del 1% este año. Hacienda defiende mantener la opción más conservadora en el plan de Estabilidad
Hace poco más de un mes, el ministro de Economía y Competitividad, Luis de Guindos, anunciaba que era más probable una revisión al alza de las previsiones de crecimiento de la economía que una corrección a la baja. Unas semanas antes, en Bruselas, en presencia de Christine Lagarde, directora gerente del Fondo Monetario Internacional, y de Wolfgang Schäuble, ministro alemán de Finanzas, De Guindos había situado verbalmente el crecimiento del PIB para este año en el entorno del 1%, tres décimas más de la previsión oficial recogida en los Presupuestos del Estado, que ha quedado desfasada por el tiempo y la realidad.
El debate está ahora en si el Gobierno, en el Pacto de Estabilidad que tiene que enviar a la capital comunitaria el 30 de abril próximo, será capaz de comprometerse ante la Comisión Europea con un crecimiento del 1% o del 1,2%, como recomiendan algunas instituciones y organismos nacionales.
El Ejecutivo está dividido. Los partidarios de las tesis conservadoras, encabezados por el ministro de Hacienda y Administraciones Públicas, Cristóbal Montoro, no quieren que el más mínimo problema pueda volver a poner en duda la capacidad de España de cumplir los objetivos a los que se compromete. ¿Por qué? Porque a España le ha costado muchos meses y muchos «road shows» convencer a los inversores y a las autoridades de países desarrollados y emergentes de que la situación que ha vivido en los últimos años es transitoria, y de que lo peor ha pasado ya. Creen que un incumplimiento por la fijación de objetivos excesivamente ambiciosos echaría por tierra parte del terreno ganado.
En el otro extremo se encuentran quienes piensan que hacer del Gobierno las previsiones formuladas por el Banco de España, la CEOE o Funcas, que sitúan el aumento de la actividad económica para este año en el 1,2% y entre el 1,7 y el 1,8% en 2015, ayudaría a relajar aún más las escasas tensiones que está viviendo la deuda soberana española en los mercados de capitales.
Servido en bandeja
El Banco de España ha servido el debate en bandeja la semana pasada al publicar el «Informe de proyecciones de la economía española» en su último Boletín Económico. En este informe, la institución monetaria asegura que «para el bienio 2014-2015 se espera que se consolide la incipiente recuperación de la actividad, con tasas de crecimiento positivas superiores al 1% y un patrón en la composición de la demanda similar al observado en el tramo final de 2013, en el que la demanda interna tomará el relevo del sector exterior como la principal fuente de contribución al crecimiento del PIB».
La institución que gobierna Luis María Linde da por cerrado el ciclo recesivo que se inició en la primavera de 2011. El crecimiento del 0,1% en el tercer trimestre de 2013, ratificado después con el dato del cuarto trimestre (+0,2%), confirma el inicio de un nuevo ciclo expansivo. El Banco de España se ha puesto a la cabeza de la manifestación y proyecta un crecimiento del PIB para el presente ejercicio del 1,2%, el más elevado en términos anuales desde 2007. Basa su estimación en la reducción de las incertidumbres generales, la mejora reciente en la evolución del empleo y el alivio gradual de las condiciones de financiación, que han pesado como una losa desde la primavera de 2012. Hoy, la prima de riesgo está por debajo de los 170 puntos básicos y al Tesoro le basta con ofrecer un 3,2% de rentabilidad en los bonos a diez años para atraer el apetito comprador de los inversores. En julio de 2012, el mercado secundario llegó a exigir intereses del 7,64%.
El hecho de que el gobernador del Banco de España dijera el miércoles que el crecimiento del 1,2% sería mérito exclusivo de la economía española porque no tendrá ningún apoyo del resto de las economías desarrolladas de Europa, hace pensar que a poco que éstas tiren del carro nos veremos favorecidos, al ser el sector exterior el que más contribuye al crecimiento.
Un reciente informe de Markit, una de las empresas de estudios de mercado más influyentes, adelantaba que la economía de la eurozona crecerá en el primer trimestre un 0,5%, el dato más robusto desde el primer semestre de 2011, empujada por Alemania, que podría crecer a tasas del 0,7%.
La previsión del Bundesbank
Esta impresión fue recogida por el Bundesbank, que habla de «crecimiento muy fuerte de la actividad en el primer trimestre de este año», que podría frenarse en el segundo. Las razones de este empuje en el inicio del año hay que encontrarlas en el «suave invierno» que ha vivido el país, lo que distorsiona algo la comparación.
Markit no hace referencia expresa a España, pero BBVA Research cree que el PIB puede crecer en el primer trimestre un 0,4%, lo que reforzaría la tesis de que el empuje de la actividad es muy superior al previsto. En el lado más optimista da las previsiones está también la CEOE. La patronal cambió sus previsiones de diciembre (+0,9%) y las elevó al 1,2% este mismo mes. Para el próximo año habla del 1,8% (el Banco de España se queda en el 1,7%). Los empresarios aseguran que se crearán este año 110.000 empleos y que el paro bajará al 25,1% en término EPA.
Funcas, la Fundación de las Cajas de Ahorros, elevó también sus estimaciones, que han pasado del 1,0% al 1,2% este año y el 1,8% en 2015, sobre la base de los indicadores disponibles de los dos primeros meses del año, que avanzan un fortalecimiento de la tendencia positiva de la economía española. Las únicas sombras aparecen cuando se habla del sobreendeudamiento de las familias y las empresas, que están limitando el consumo y la inversión.
La mejora de las perspectivas
Más «vitalidad» en la recuperación
El ministro de Economía no descarta que la recuperación económica «sorprenda con más vitalidad» de lo que se pensaba hace unos meses, y aboga por «mantener» la recuperación del crédito, el sector inmobiliario y el déficit fiscal «para crecer más y, sobre todo, hacerlo mejor». Cumpliendo ese objetivo, se logrará que «la economía crezca en torno al 1,5%» y se genere empleo neto en los próximos dos años. De Guindos subraya en un artículo publicado en «La Vanguardia» que su labor «no ha terminado» porque los desajustes que provocaron la crisis «aún no se han digerido». Entre ellos, ha identificado el «elevado endeudamiento acumulado» sobre todo en el sector privado, y ha recordado que «la burbuja del crédito tiene que ser reabsorbida», informa Ep.
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