Grecia
Grecia fuerza a aplazar el Eurogrupo para seguir la negociación con la troika
Los acreedores exigen a Tsipras un mayor esfuerzo en el IVA y las pensiones
Las posibilidades de cerrar un acuerdo inminente con Grecia anoche se iban enfriando según se acercaba la celebración del Eurogrupo, la segunda reunión de los ministros de Economía de la eurozona en una semana para tratar en exclusiva la crisis griega
Las posibilidades de cerrar un acuerdo inminente con Grecia anoche se iban enfriando según se acercaba la celebración del Eurogrupo, la segunda reunión de los ministros de Economía de la eurozona en una semana para tratar en exclusiva la crisis griega. Una vez más la reunión acabó sin acuerdo y continuará esta misma mañana. Las instituciones europeas respondieron a Atenas con una contrapropuesta pidiendo un mayor esfuerzo en materia de pensiones e IVA, dos de las cuestiones que más dolores de cabeza han provocado al Ejecutivo heleno.
Las negociaciones entre el primer ministro griego, Alexis Tsipras, y las instituciones continuaron anoche, lo que provocó que el Eurogrupo tuviese que ser aplazado. El portavoz del ministro de Finanzas griego daba en el clavo cuando anunciaba que el Eurogrupo no sería largo, como vaticinaban todos los ministros de Economía, sino más bien uno de los más cortos de la historia. Uno de los encuentros en los que mayores expectativas había para que se sellara un pacto con Grecia y concluyó de la forma más abierta posible, con un «continuará».
La mayoría de los ministros de Finanzas entraban a la reunión del Eurogrupo con el mismo mensaje: «Se han hecho progresos pero todavía no estamos listos para el acuerdo». Fuentes europeas consideraban más que probable que los jefes de Estado y de Gobierno puedan volver a verse para tratar al más alto nivel de nuevo el tema griego este viernes. Entre los más pesimistas, Alemania y Finlandia.
El ministro de Economía español, Luis De Guindos, insistía en que aunque existe voluntad política para alcanzar un acuerdo, «sigue habiendo reglas que cumplir». «Esto no es solamente un acuerdo político sino que hay que tener en cuenta la parte técnica», añadía el ministro a su llegada.
En este sentido, De Guindos volvía a insistir en que las decisiones se toman en el seno del Eurogrupo. «Es donde las cosas se deciden, donde se ven las condiciones, acciones previas y modificación o no de condiciones financieras», explicaba. Sin embargo, parece que Tsipras intenta que sean los líderes quienes tomen las riendas de la problemática griega.
Preguntado sobre el repentino cambio del optimismo al pesimismo para cerrar un acuerdo, el ministro reconocía que es ahora cuando se ha entrado en los detalles. Sin embargo, aseguraba que aunque existen diferencias entre las instituciones y Grecia, «no son insalvables».
El primer ministro griego, Alexis Tsipras, llegó a Bruselas ayer, y para comenzar su ronda de negociaciones con sus acreedores. Un día antes de que su presencia fuese imprescindible para participar en la cumbre de líderes, Tsipras aprovechaba para reunirse antes del Eurogrupo con el presidente de la Comisión, Jean-Claude Juncker; el presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi; y la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde. «Que Tsipras ya esté aquí es una señal», reconocían fuentes diplomáticas.
El primer ministro, Alexis Tsipras, reaccionó con enfado ante las nuevas exigencias del FMI para realizar mayores concesiones y puso en duda la voluntad del organismo para alcanzar un acuerdo. «La perseverancia de algunas instituciones» de no aceptar medidas alternativas para lograr el objetivo de ahorro consensuado «no ha ocurrido nunca, ni en Irlanda ni en Portugal», según comentó el premier griego antes de partir ayer hacia Bruselas para reunirse con los líderes de las tres instituciones de la troika.
Para Tsipras, ese «comportamiento extraño (del FMI) sólo puede tener dos explicaciones: o no quieren acuerdo o quieren servir a intereses específicos en Grecia». Esa insinuación se refiere a las presiones del FMI para reducir el gasto público –como en el coste de las pensiones–, en lugar de aceptar la propuesta griega que, para el Fondo, se centra demasiado en elevar la presión fiscal con la subida del IVA y los impuestos empresariales.
En ese sentido, el ministro de Trabajo, Panos Skourletis, advirtió de que «la insistencia del FMI en recortar pensiones hace el acuerdo políticamente problemático». Según fuentes gubernamentales citadas por la prensa local, el Ejecutivo izquierdista rechazó ayer la «contra-propuesta» de la entidad presidida por Christine Lagarde.
La posibilidad de dejar fuera del acuerdo al Fondo Monetario Internacional para que Grecia pueda alcanzar más fácilmente un consenso con el resto de acreedores no parece factible en Bruselas. Por el momento no se contempla un acuerdo que no lo incluya.
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