Consumo
Los precios vuelven a caer en agosto por el descenso de la gasolina
El IPC se sitúa en el -0,4% por la bajada de los carburantes y la electricidad Llevaban dos meses en terreno positivo
Este descenso se debe, principalmente, a la bajada de los precios de los carburantes (gasóleo y gasolina) y de la electricidad.
Aunque el Gobierno sea optimista respecto al impacto que podría tener en la economía española el frenazo del crecimiento en China, sus efectos son inevitables. Las dudas del gigante asiático ha hecho caer el precio del petróleo en las últimas semanas y, por añadidura, el de los carburantes. Y este descenso del precio de la gasolina y el gasóleo, junto con el de la electricidad, han devuelto a los precios al terreno negativo. Según el indicador adelantado del IPC hecho público ayer por el INE, los precios han retrocedido un 0,4% en agosto después de haber permanecido dos meses en positivo.
El hecho de que hayan sido la gasolina y el gasóleo los que hayan tirado de los precios a la baja no es malo para la economía española. Como destacó el secretario de Estado de Economía, Íñigo Fernández de Mesa, la bajada del petróleo es positiva para España porque disminuye los costes de producción y la economía es más competitiva debido a que España es «muy dependiente» del crudo, que importa casi al 100%. Diferente sería que la caída del IPC estuviera motivada por una bajada en los precios de los bienes de consumo. En ese caso, sería signo de que el consumo no marcha y que la única forma que hay de estimularlo es bajar precios, lo que podría conducir a una espiral deflacionista. Ante la perspectiva de más rebajas, los consumidores contraen el consumo, las compañías no pueden dar salida a sus productos y se entra en una dinámica en la que la economía podría colapsar por la falta de actividad empresarial. En este momento, sin embargo, no parece que la economía española esté en esa situación. El catedrático de Economía de la Bangor University e investigador de Funcas, Santiago Carbó, destacó en declaraciones a Efe que lo importante es observar el dato de la inflación subyacente, aquella que no contabiliza los precios de la energía y los alimentos frescos, los más volátiles. BBVA Research calcula que este indicador podría haberse mantenido estable en agosto, en torno al 0,8%. Esta circunstancia indicaría que el consumo sigue al alza. Dos datos, el crecimiento del gasto de los hogares en el segundo trimestre del año –3,1%– y la mejora de las ventas del comercio minorista –ver información inferior– apuntalan esta tendencia.
Los precios han vuelto a terreno negativo tras un respiro de dos meses. En junio se había puesto fin a once meses de caídas interanuales del IPC, que comenzaron en julio de 2014 (-0,3%) y que continuaron con una leve moderación en septiembre (-0,2%) y octubre (-0,1%), para volver a intensificarse en noviembre (-0,4%), diciembre (-1%) y enero (-1,3%). A partir de ahí, se inició una moderación de los descensos en febrero (-1,1%), marzo (-0,7%), abril (-0,6%) y mayo (-0,2%), para pasar a tasas positivas en junio y julio, ambos con un 0,1%.
Junto el indicador adelantado, el INE informó de que los precios de consumo registraron en agosto una tasa mensual negativa del 0,3% respecto a julio. Además, el indicador adelantado del IPC Armonizado –que mide la evolución de los precios con el mismo método en todos los países de la zona del euro– tuvo una tasa negativa del 0,5% en agosto. Si este dato se confirma, la tasa anual del IPCA disminuiría cinco décimas respecto al mes anterior. También hubo una variación negativa en el indicador mensual adelantado del IPCA, el 0,4%.
La Asociación de Trabajadores Autónomos (ATA) consideró que la vuelta a negativo del IPC por el retroceso de los precios de electricidad y los carburantes «no es una mala noticia» y «es bueno para la economía familiar, en general, y para los autónomos en particular».
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