Los enemigos de la recuperación de España
España camina hacia el récord de inversión extranjera en 2014
Las previsiones oficiales apuntan a que superará los 30.000 millones de euros. En 2008, el mejor ejercicio, la inversión bruta alcanzó los 38.843 millones
Cuando Emilio Botín dijo en octubre durante una visita a Nueva York que era un buen momento para España porque «está llegando dinero por todas partes», no fueron pocos los que se echaron encima del presidente del Banco Santander. Pero si alguien de su posición y con el acceso a la información que tiene dice algo así, por algo será. Y el tiempo se está encargando de darle la razón. La mejora de la economía española ha devuelto la confianza en el país a los inversores, que, como aseguró poco después Morgan Stanley de forma gráfica aunque tal vez un tanto exagerada, ahora han pasado de tener miedo a invertir en España a tenerlo «por perder la oportunidad de poder hacerlo».
El cambio de tendencia se está reflejando en las estadísticas ya conocidas y en las previsiones que se manejan. Según los datos de la Secretaría de Estado de Comercio, hasta septiembre de 2013 la inversión extranjera directa bruta alcanzó los 13.050 millones de euros, un 18,3% superior a la registrada en el mismo periodo de 2012. De ellos, 10.350 correspondieron a inversión productiva. Sólo en el tercer trimestre, estos últimos fondos sumaron 3.387 millones, lo que supone un incremento interanual del 76%. El detalle de la inversión productiva es importante porque el dinero que llega por este concepto tiene un impacto directo sobre la producción y el empleo, contribuyendo con ello de forma notable al crecimiento del país. Descontadas las desinversiones, la inversión neta total ascendió en el periodo a 9.674 millones, mientras que en 2012 fue de -2.448 millones dado que la desconfianza en España llevó a los inversores internacionales a retirar fondos por valor de 20.851 millones.
Previsiones
A falta del cierre definitivo, las estimaciones oficiales apuntan a que el ejercicio podría haberse cerrado con una inversión extranjera que estaría en una horquilla de entre 20.000 y 25.000 millones de euros, frente a los 18.403 millones contabilizados en 2012. Si el último trimestre, en el que tradicionalmente se concentra el grueso de la inversión extranjera, fuera excepcionalmente bueno, la cantidad podría incluso dispararse hasta los 30.000 millones, según los cálculos.
Para este ejercicio, las previsiones indican que las cosas rodarán todavía mejor. En Moncloa no son tan optimistas como Deloitte. La consultora, que acaba de presentar un informe que ha hecho para la marca España sobre el impacto de la inversión exterior, calcula que se podrían alcanzar los 40.000 millones de euros de inversión extranjera directa. Sin embargo, el Gobierno considera que, si no surgen imprevistos y España crece al 0,7% previsto en el cuadro macroeconómico, habrá posibilidad de captar fondos por valor superior a los 30.000 millones. Se trataría, a expensas del cierre de 2013, de la quinta vez que se supera esta barrera desde el año 1993. En el mejor ejercicio, 2008, se llegó a los 38.843 millones, ligeramente por encima de los 38.397 del año 2000. Sólo en esta semana, dos multinacionales automovilísticas como GM y Mercedes han anunciado inversiones por 210 y 190 millones de euros, respectivamente. El fabricante suizo de puros Oettinger Davidoff también ha anunciado su establecimiento con una nueva filial.
Durante el Spain Investors Day, representantes de algunos de los fondos y bancos de inversión más importantes apuntaron esta semana que una de las causas por las que España ha recuperado atractivo en el exterior es la reforma laboral. Como apuntaba el socio de una de estas entidades, la flexibilidad que ha introducido ha permitido a muchas empresas industriales volver a utilizar capacidad industrial que estaba infrautilizada porque los costes no eran competitivos. «La reforma laboral ha permitido una mayor flexibilidad. No tanto por el coste del despido, sino por la contratación, que es más importante que lo primero para una empresa industrial. Esto interesa mucho a los inversores, ya que España vuelve a ser competitiva cinco años después», explicaba este inversor. En ocho meses, además, el Ibex ha subido un 30% y los beneficios por acción lo han hecho entre un 10% y un 15%, lo que convierte a las compañías españolas cotizadas en imanes para la inversión foránea, apuntaba otro directivo.
La confianza en España llega también al hasta el denostado mercado de deuda. Los activos por este concepto en manos foráneas ascendían en noviembre a 273.172 millones de euros, la mayor cuantía desde 2011 después de que en ese mes experimentaran un crecimiento histórico de 21.000 millones.
Los tres sectores que más dinero atraen
Finanzas y seguros
El bancario, un sector muy atractivo después de su profundo saneamiento
Tras someterse a un profundo proceso de reestructuración, el sector financiero español ha recobrado parte de su vigor y de su atractivo para los inversores extranjeros, que hasta junio de 2013 –la estadística más actualizada existente– había captado 2.376 millones de euros de inversión extranjera bruta. Como ejemplo, el empresario colombiano Jaime Gilinski y el financiero mexicano David Martínez Guzmán, a través del fondo Fintech, suscribieron acciones por valor de 275 millones de euros en la ampliación de capital de Banco Sabadell.
Industria manufacturera
La recuperación de la competitividad reanima la actividad en las fábricas españolas
El sector manufacturero es el segundo que más inversión extranjera había recibido hasta mediados de 2013, con 1.107 millones. Según la estadística de la Secretaría de Estado de Comercio, de esta cantidad, el 72% se dirigió a la producción de aluminio, con 612 millones de euros, la fabricación de equipos eléctricos y electrónicos para vehículos, con 91 millones de euros, y a la fabricación de pan, con 80 millones. La mejora de la competitividad ha permitido a muchas fábricas recuperar parte de su actividad.
Construcción
El ajuste del precio del «ladrillo» deja los precios a tiro de los fondos internacionales
Ya antes de que Bill Gates, fundador de Microsoft, se decidiese en octubre a invertir 135 millones de euros en FCC, el sector de la construcción había atraído un buen puñado de euros. Hasta junio de 2013, la inversión extranjera en este sector alcanzó los 792 millones de euros, frente a los 475 el mismo periodo de 2012. La promoción inmobiliaria, con 254 millones, y la fabricación de cubiertas, con 315, fueron el principal destino de estas inversiones.
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