España, puerta de América de las empresas alemanas

Más de 2.000 compañías germanas se han aficando en nuestro país; numerosas españolas también cuentan con filiales en la primera potencia económica de Europa.

En 1971 se estrenó una película dirigida por Pedro Lazaga que se titulaba «Vete a Alemania, Pepe». Se convirtió en un verdadero éxito entre una población que se había dispersado por Europa huyendo de la pobreza del régimen franquista. Y cuando la crisis ha arreciado nuevamente a España, como hacía cuatro décadas había ocurrido, volvieron los tiempos de emigrar, siendo Alemania el principal destino por su atractivo económico. En la época del mencionado filme, también sucedía un hecho que se ha repetido en los últimos años. Mientras los españoles han buscado empleo en la nación germana, desde allí han acudido a España millones de turistas que han hecho imparable el crecimiento del sector. Estos factores sociales que han tenido réplicas a lo largo de la historia, a la vez han consolidado unos vínculos empresariales entre ambas naciones que se justifican en dos aspectos fundamentales: Alemania como primera potencia económica de la Unión Europea y España como puerta a América.

Precisamente este último es uno de los motivos por los que hace ya 100 años un grupo de comerciantes germanos fundaron en España una Cámara de Comercia Alemana. Una corporación que fue ganando protagonismo con el tiempo debido al creciente influjo de empresas alemanas en España. En 2016 tenía un núcleo de 837 socios germanos instalados en nuestro país -como se indica en el gráfico que acompaña al texto- casi la mitad de las 2.020 empresas alemanas que operan en España, según datos del Instituto Nacional de Estadística. Las últimas cifras publicadas por el INE indican que en 2014 el total de estas compañías, entre las que se encuentran Siemens, Stihl o Lufthansa, contaron con 167.944 empleados y facturaron 61.431 millones de euros en España. Ello supuso un incremento de un 9,1% respecto a 2013, y la superasión de los niveles anteriores a la crisis, pues en 2008 las filiales alemanas en España habían ingresado 55.700 millones de euros.

No cabe duda de que las empresas alemanas, y en general la inversión extranjera, han supuesto un soplo de aire fresco para la economía española, sobre todo en el sector industrial. En él las filiales germanas facturaron 33.757 millones de euros en 2014, es decir, más de la mitad del total. Que este mercado sea el de mayor volumen para las empreasas alemanas en España se debe a, por ejemplo, la amplia presencia de una multinacional farmacéutica con sede en Alemania como Bayer en nuestro país. Además, hay que añadir la especial aportación de las entidades automovilísticas germanas con negocios en España, como son las reconocidos marcas Volkswagen o Mercedes-Benz, y que anualmente mueven más de 17.000 millones de euros dentro de nuestras fronteras. Estas empresas también suman en el sector del comercio -pues incluye la reparación de vehículos-, que facturó 20.675 millones. Por último, los servicios sólo ingresaron casi 7.000 millones.

Pequeñas empresas

No obstante al otro lado de Francia se produce la situación opuesta. Gran parte de las empresas españolas que tienen ocupación económica en Alemania ofrecen servicios, financieros como Santander, Caixabank o Unicaja; de ingería como Indra, Ingeteam Power Technology o Lantek Sheet Metal Solutions; o de hostelería como Barceló, Meliá o Abba. Otro mercado destacado para las empresas españolas en el país germano es el de la alimentación, que según la Cámara de Comercio Alemana representa el 19% de la actividad de las compañías españolas en Alemania.Allí tienen un papel protagonista entidades que también lo disfrutan en el territorio peninsular, tal es el caso de Fermín Montaner Pellice, Freixenet, Campofrío, Argal, Codorniú o Grupo Frinsa. Todas ellas forman parte de las 186 entidades registradas en el directorio de empresas españolas establecidas en Alemania publicado el pasado año por el ICEX España Exportación e Inversiones. Y a pesar de que las sociedades nacionales nombradas sean grandes empresas, según la Cámara de Comercio Alemana para España, estás sólo representan el 7% de todas las que facturan en la nación germana. El mayor porcentaje de las mismas lo ocupan las pequeñas compañías con un 45%, mientras que las medianas son un 24% y las microempresas un 23%, que cuentan con menos de 11 empleados.

Y es que España no cuenta con empresas con tanta capacidad laboral como Alemania que, como ya se ha recalcado, es la primera potencia económica de la Unidad Europea. Esta situación de privilegio del país germano ha provocado que este año compañías alemanas hayan anunciado la compra de entidades españolas que han perdido fortaleza con la crisis. De esta manera, la sociedad de productos automovilísticos Mahle adquirió en marzo la entidad de electrónica española Nagares, y el grupo de servicios sanitarios Fresenius Helios se hizo con la empresa de hospitales privados IDC Salud Holding. Pero la operación más destacada entre una compañía alemana y otra española en los últimos meses ha sido el acuerdo de colaboración que han firmado Siemens y Gamesa. Han unido sus departamentos de energía eólica
para convertirse en el mayor gigante en este mercado y, así, aprovechar el impulso que han otorgado a las energías renovables los planes medioambientales
de la Comisión Europea. Esta gran fusión hispanoalemana pone de manifiesto que las relaciones de las sociedades de ambos países han metido un nuevo acelerón en los últimos años, y entre los empresarios de nuestro país se vuelve a escuchar con mucha fuerza aquello de «Vente a Alemania, Pepe».