
Gran Apagón
El exceso de confianza en las renovables dejó España a oscuras por el apagón
La red se hundió en 5 segundos críticos por dos «eventos» en el suroeste de la Península. Red Eléctrica reconoció en un informe el riesgo de apagones por la penetración masiva de renovables y lo negó hace 20 días

España sigue a estas horas sin saber qué tumbó el sistema eléctrico. Con luz, pero sin certezas que disipen las dudas sobre si habrá réplicas, un riesgo del que avisan varios expertos del sector eléctrico a LA RAZÓN.
Camino de las 48 horas después del mayor apagón de la historia, el Gobierno ni siquiera sabe si se trata de un ciberataque, a pesar de que el operador de las redes lo descartó.
Lo que sí parece estar clara es la intención de Pedro Sánchez de desvincularse del caos generado por la caída de la luz en toda la Península. Nada nuevo, por otro lado.
De hecho, sin tiempo de que arranquen las pesquisas –aún en fase embrionaria, según indicó Red Eléctrica– Sánchez ya apuntó a un posible fallo de las compañías eléctricas. Hasta tres veces avisó de que ya las tiene en el radar. «Lo que ocurrió ayer no puede volver a pasar jamás y evidentemente exigiremos responsabilidades a los operadores privados si es que así se tienen que dirimir estas responsabilidades», dijo Sánchez.
También comienzan a surgir varias certezas sobre las causas del apagón y de los cinco segundos que los precedieron. «Con carácter preliminar, podemos descartar un ciberataque en las instalaciones de Red Eléctrica, en el Centro de Control. Desde ayer, hemos tenido la colaboración del Centro Nacional de Protección de Infraestructuras Críticas (CNPIC), del Instituto Nacional de Ciberseguridad (INCIBE) y del CNI y no ha habido ningún tipo de intrusión en los sistemas de control que pudiera haber ocasionado el incidente», aseguró ayer el director de servicios a la operación de REE, Eduardo Prieto.
Red Eléctrica señaló que antes del apagón, a las 12:33, el sistema estaba en una situación «estable», con «la frecuencia, tensión, flujos de potencia estables» y en condiciones de seguridad.
«Justo después, identificamos un evento en el sistema eléctrico que es compatible con la pérdida de generación en la región suroeste del sistema peninsular. Este fue superado satisfactoriamente hasta alcanzar un punto de estabilidad. Un segundo y medio después, se produce otro evento igualmente compatible con la pérdida de generación, que degradó las condiciones de funcionamiento del sistema», añadió Prieto. Esto desembocó, tres segundos y medio después, «en condiciones incompatibles con la supervivencia del sistema, la desconexión con Francia y el sistema europeo y su aislamiento, así como la desconexión de un contingente muy elevado de generación renovable. El sistema no pudo sobrevivir y se originó el cero de tensión».
Los dos eventos que derivaron en la disminución de la frecuencia de manera brusca se explican por la pérdida de generación, según detalló REE. Los eventos fueron ajenos a REE, según el operador, que espera esclarecer la potencia que desconectó, la localización de las instalaciones y los motivos por los que desconectaron.
Por el «mix de generación» que había en el momento previo al apagón, con 18.000 megavatios fotovoltaicos, 3.500 eólicos y 3.000 de nuclear, y la caída en la región suroeste, todo apunta a que la generación afectada fue solar.
Sobre la reposición del servicio, restablecido por completo, España tiró de las fuentes de tensión «sanas», en la frontera con Francia y Marruecos, para «energizar» los servicios auxiliares de las centrales de generación «para que pudieran hacer los procesos de arranque y acoplamiento y propagar tensión por la red».
La red creció, además, gracias a los sistemas de arranque autónomo, que pueden reiniciar con cero tensión, como las hidroeléctricas del Tajo, Duero, Galicia, Pirineo y el Levante.
A las 4 de la mañana, la totalidad de las subestaciones de la red de transporte tenían ya tensión para suministrar todos los consumos. Sobre las 7:30 el 99% de la demanda estaba ya cubierta. Asimismo, REE informó que el sistema superó con éxito un pico de demanda de 28.677 MW a las 8:35 y expresaba su confianza en que no hubiera mayores contratiempos para superar el próximo, previsto para las 21:10 horas de ayer, con una demanda de unos 31.000 MW.
¿Qué pasó esos cinco segundos?
Ahora toca aclarar qué causó esos dos eventos, particularmente, el segundo, y qué ocurrió por tanto en esos cinco segundos, una eternidad en los tiempos energéticos. Todo apunta a que, al margen de que dos centrales sufrieran problemas, hubo un exceso de confianza en la generación renovable para sostener el sistema pese a que la propia REE reconocía en su informe anual de 2024 –remitido en febrero a la CNMV– el riesgo de apagones por la entrada masiva de renovables. Sin embargo, el 9 de abril negaba en redes sociales la posibilidad de apagones.
España tenía antes del apagón tres de los siete reactores nucleares parados (Trillo, Almaraz 1 y Cofrentes) y el resto al 70% (Ascó 1 y 2, Vandellós 2 y Almaraz 2) ya que REE consideró que, con un anticiclón anclado en la Península y tras la Semana Santa y el Puente de Mayo en Madrid en ciernes, el sistema podría prescindir de las nucleares. Unas plantas que, debido a la alta fiscalidad no pueden vender electricidad por debajo de los 28 euros. Red Eléctrica consideró que, con la energía fotovoltaica mucho más barata, se cubriría una demanda bastante plana.
El problema es que, como indican fuentes del sector eléctrico consultadas, el sistema necesita tensión, estabilidad de fluido eléctrico que solo ofrecen aquellas tecnologías que producen luz mediante turbinas: hidroeléctricas, nucleares y ciclos combinados.
Cabe recordar que Repsol apagó la refinería de Cartagena por problemas de tensión hace pocos días.
A las 11:30 de ayer, el sistema empezó a dar problemas de fluctuaciones, pero la generación fotovoltaica se disparaba por lo que los ciclos combinados a gas bajaron su producción para dar paso al sol. Así que sin nucleares ni ciclos combinados y con la hidroeléctrica parada no había casi turbinas operativas y la tensión quedó inestable. La caída de tensión, añaden los expertos, hizo saltar los «diferenciales del sistema» apagándose todo, la fotovoltaica, los ciclos, las cuatro nucleares... Por suerte, señalan, esta caída hizo que no se quemaran los transformadores, lo que habría provocado un apagón aún peor.
✕
Accede a tu cuenta para comentar