Fomento frena la liberalización del AVE a la espera de Gobierno

El Ministerio considera que la entrada de un competidor privado para Renfe en el corredor de Levante no es un asunto ordinario que pueda resolver el Ejecutivo en funciones.

Renfe seguirá operando de momento en solitario el corredor ferroviario de Levante. El Ministerio de Fomento ha paralizado la liberalización de esta línea, la primera en la que la compañía pública de ferrocarriles iba a tener competencia privada en los servicios de AVE, según confirmaron a LA RAZÓN fuentes del departamento que dirige Ana Pastor. La situación de interinidad que vive el Gobierno de Mariano Rajoy ante la incapacidad de los partidos para alcanzar un acuerdo tras las elecciones generales del pasado 20-D es la causa de la congelación del proceso. El pasado 29 de septiembre, se publicó la Orden Ministerial que fijaba las condiciones del pliego del concurso para elegir al competidor privado de Renfe. Las empresas interesadas estaban ahora a la espera de que Fomento publicase el citado pliego. Sin embargo, como aseguran desde el Ministerio, el concurso es un asunto que va «más allá del despacho de los asuntos ordinarios» y por ello no se seguirá adelante con la liberalización. La figura del Gobierno en funciones está recogida en el artículo 101 de la Constitución que, en esencia, lo que dice es que, hasta que se forme el nuevo Ejecutivo, el actual en funciones sigue asumiendo tareas de gestión ordinaria muy limitadas puesto que no cuenta con la confianza del nuevo Congreso salido de las elecciones.

En el estado actual de las negociaciones para formar Gobierno, con los partidos con potencial para romper el bloqueo –PP, PSOE y Podemos– encastillados en sus respectivas posiciones, la opción que más fuerza cobra es la repetición de las elecciones en junio. En el mejor de los casos, tal posibilidad postergaría la entrada de un competidor privado para Renfe en el corredor de Levante hasta finales del año próximo o 2018. Para que se diera esta opción, sería necesario que el PP volviese a gobernar y mantuviese sus planes. De seguir adelante el proyecto tal y como lo diseñó el equipo de Ana Pastor, tras la publicación de los pliegos con las condiciones del concurso para elegir al competidor de Renfe, las compañías dispondrían de tres meses para presentar sus ofertas. Una vez que Fomento se decantase por una, la compañía elegida tendría otros seis meses para empezar a operar. Suponiendo que Rajoy fuera investido presidente en julio y que el concurso se plantease de forma inmediata, hasta abril de 2017 Renfe no tendría competencia.

Si es el PSOE el que acaba gobernando, la situación sería radicalmente diferente. La formación de Pedro Sánchez ha manifestado públicamente su malestar con el proceso. Su portavoz en la Comisión de Fomento del Congreso, Juan Luis Gordo, ha dicho que liberalizar el corredor de Levante «no tiene sentido» dado que no tiene tanto negocio como otros, por ejemplo el de Barcelona, y no concitaría el interés de demasiados operadores privados. Su opinión es que la liberalización «no corre prisa», lo que denota sus intenciones de, si no paralizarlo de forma definitiva, sí al menos replantear las condiciones actuales del proyecto.

Cánones

Pese a las dudas socialistas, muchas empresas –ACS, Ferrovial, Acciona, Comsa, Transfesa o Alsa Rail, entre otras– han mostrado interés en el AVE de Levante. Es cierto que todas habían expresado inicialmente a Fomento sus dudas sobre la rentabilidad de la línea debido al elevado coste de los cánones a pagar a ADIF, la empresa pública propietaria de las infraestructuras ferroviarias en España. Pero en los últimos meses, el Ministerio había dado pasos para hacer más atractiva la liberalización. En primer lugar, eliminó el canon de acceso que deben pagar los operadores por usar las líneas e introdujo bonificaciones basadas en la puntualidad. Pero el empujón definitivo lo dio en los presupuestos de 2016. En los mismos, tal y como avanzó este periódico en su edición del 21 de septiembre, introdujo una rebaja del 35% en las cánones para el corredor, tal y como solicitaban las compañías. Aunque las cuentas recogían unos ingresos por este concepto similares a los de este año, ADIF prevé compensar los ingresos que pierde con la rebaja del 35% con los que le aportarán las nuevas líneas que han entrado en servicio.