Agricultura

El glisofato y los líos de Bruselas

La Agencia Europea de Seguridad Alimentaria considera que el glifosato no presenta suficientes riesgos como para prohibir su utilización en la UE

España votó a favor de seguir usando el glifosato en la Unión Europea
España votó a favor de seguir usando el glifosato en la Unión Europealarazon

La semana pasada fue muy intensa en Bruselas y las propuestas presentadas por la Comisión Europea y la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (AESA) son de un gran calado, con importante de repercusiones para el campo. Comenzando por lo de esta última: considera que el glifosato no presenta suficientes riesgos como para prohibir su utilización en la UE; ahora podrán reanudarse las negociaciones entre los Estados miembros, ya que la autorización actual de este herbicida acaba a finales de 2023. Sin embargo, los debates no van a ser fáciles porque este asunto tiene un dimensión política y mediática muy significativa. En concreto, la AESA dice en el documento que ha remitido a la Comisión Europea que “la evaluación del impacto del glifosato en la salud humana, la salud animal y el medio ambiente no ha identificado que exista una preocupación crítica”. En 2022, la Agencia Europea de Productos Químicos ya concluyo que el glifosato no presenta los criterios científicos requeridos para clasificarse en la categoría de las sustancias cancerígenas, mutágenas o tóxicas para la producción. No obstante, y a pesar de estas evaluaciones globalmente positivas, la AESA identifica algunas lagunas. Dada la importancia del glifosato como herbicida, este asunto va a estar en el primer plano de la actualidad en los próximos meses.

Mientras tanto, la Comisión Europea presentó la semana pasada un paquete compuesto por varias iniciativas denominado “alimentación y biodiversidad”. Incluye en él sus propuestas sobre las nuevas técnicas de selección genómicas (NBT), la revisión de la legislación de la UE sobre las semillas, una directiva sobre la protección de los suelos y otra sobre la lucha contra el desperdicio alimentario. El mismo día publicó también el estudio complementario sobre el impacto del reglamento “pesticidas”, que concluye que la seguridad alimentaria europea no está amenazada, por lo menos en estos momentos. Según dijo Timmermans, el todopoderoso vicepresidente de la Comisión, todas las propuestas “están estrechamente ligadas a las relativas a la restauración de la naturaleza y a la reducción de la utilización de pesticidas”. Espera que se consiga un acuerdo global sobre todo ello. De momento, la primera cita es esta semana, en el pleno del Parlamento Europeo, que debe aprobar o rechazar la Ley de Restauración de la Naturaleza, a la que se opone el sector agrario.