Rescate a Grecia
Grecia no paga su deuda, ¿y ahora qué?
La fecha clave es el 20 de julio. Si no reintegra ese día al BCE 3.500 millones, se quedará sin ayuda y se verá abocada a salir del euro.
Aunque oficialmente la prórroga del actual plan de rescate de Grecia expira a las doce de esta noche, la fecha clave para el futuro del país heleno es el próximo 20 de julio. Ese día, el país afronta un vencimiento de deuda con el Banco Central Europeo (BCE) por valor de 3.500 millones de euros. Si Grecia no paga entonces, estaría virtualmente fuera de la zona euro. Aunque la institución que dirige Mario Draghi podría seguir financiando hasta entonces a los bancos helenos como ha hecho en las últimas semanas a través del plan de préstamos de urgencia (ELA), es improbable que los países que integran la moneda única permitiesen tal asistencia una vez que no ha cumplido con sus compromisos con el eurobanco, lo que abocaría a Grecia al abismo del dracma.
Llegados a este punto, el país que preside Alexis Tsipras no sólo no contaría con la asistencia del BCE sino que tampoco tendría acceso a la ayuda del Fondo Monetario Internacional (FMI), con el que también está a un paso de suspender pagos. Hoy vencen los créditos griegos de junio de esta institución por unos 1.600 millones de euros y, según están las cosas, es casi seguro que el Gobierno de Tsipras no pague. Para hacerlo, necesita los recursos del rescate que se está negociando. No obstante, este impago no implicaría que el FMI declarase inmediatamente la suspensión de pagos de Grecia. Según la guía de operaciones financieras del Fondo de 2014, una vez vencido el plazo, el director ejecutivo del fondo de Grecia contactaría con el Gobierno de Syriza para urgirle el pago. Sería un mes después del impago cuando la directora gerente del FMI, Christine Lagarde, informaría oficialmente al consejo ejecutivo de la organización del retraso en el pago griego. Pero lo relevante es que desde el momento en que incumpliese sus obligaciones de pago, Grecia tampoco podría contar con la asistencia del Fondo pues no podría usar los recursos de la organización ni se estudiaría ninguna petición hasta que cumpla su obligación.
Sin la ayuda del FMI primero y del BCE después, en tres semanas Grecia se quedaría sin financiación, sin acceso a los mercados, obligada a imponer un férreo control para evitar una fuga masiva de capitales y sin la posibilidad de afrontar sus pagos. Todo ello le abocaría a salir del euro y crear su propia moneda para poder seguir pagando los salarios públicos y las pensiones.
Para no llegar a tan crítica situación, es crucial que el próximo domingo los griegos voten sí al principio de acuerdo alcanzado con sus acreedores. Eso les daría tres semanas, hasta el 20 de julio, para cerrar un acuerdo definitivo que liberase los fondos contemplados en el actual plan de rescate para pagar tanto al Banco Central Europeo como al FMI.
Mientras la incertidumbre sobre el futuro de Grecia sigue creciendo, su situación financiera se sigue deteriorando. La salida de depósitos privados sufrida por los bancos griegos en el mes de mayo ascendió a 3.682 millones de euros, lo que redujo el dinero depositado por familias y empresas en bancos del país heleno hasta los 135.682 millones de euros, su nivel más bajo desde agosto de 2004. La fuga de depósitos de familias y empresas se redujo en el mes de mayo en comparación con abril, cuando se aceleró hasta los 5.678 millones de euros, pero supera los 2.481 millones de marzo. Asimismo, está por debajo de la «sangría» de 7.843 millones en febrero y 12.160 millones en enero. Sin embargo, los datos publicados en los últimos días apuntan que en el mes de junio la salida de depósitos se aceleró considerablemente, llegando a alcanzar los 1.000 millones diarios en algunas jornadas.
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