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Elecciones en Grecia

Grecia, sola en Bruselas en su pulso con Alemania

La gerente del FMI, Christine Lagarde, y el ministro de Finanzas griego, Yanis Varufakis, ayer, en Bruselas
La gerente del FMI, Christine Lagarde, y el ministro de Finanzas griego, Yanis Varufakis, ayer, en Bruselaslarazon

Los ministros de la Eurozona seguirán negociando el próximo lunes sobre Grecia. La reunión del Eurogrupo que tuvo lugar ayer en Bruselas para discutir en exclusiva las condiciones de financiación de Atenas terminó como se esperaba sin un acuerdo, pero, sorprendentemente, sin un borrador de conclusiones conjunto sobre cómo seguir avanzando en el proceso. Después de un amargo encuentro económico, hoy se verán las caras los líderes europeos en la primera Cumbre de jefes de Estado y de Gobierno a la que asistirá el primer ministro griego, Alexis Tsipras.

«No llegamos a tener conclusiones, hay que esperar un poco más. Continuaremos las discusiones el lunes. Mi ambición era tener una conclusión hoy pero no lo hemos conseguido. No entramos en el contenido del programa, sino en ver cuéles serán los siguientes pasos pero no hemos alcanzado un consenso en qué pasos seguir», explicaba en rueda de prensa el presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem.

Los ministros discutieron la posibilidad de prorrogar el programa actual del rescate griego, pero el nuevo Ejecutivo heleno no aceptó, aunque «algunos reconocían que era la mejor opción», según Dijsselbloem. Ese programa caduca el día 28 de febrero y Grecia sigue necesitando financiarse, pero no tiene acceso a los mercados para ello. En total necesita 10.000 millones hasta el verano. Sólo hasta marzo, tiene una necesidad de financiación de 4.500 millones, de los que tendría que pagar 2.300 millones al Fondo Monetario Internacional (FMI), según recoge el «think tank» europeo Bruegel. La directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, reconocía que las negociaciones con Grecia «durarán cierto tiempo».

Las instituciones que conforman la troika, FMI, BCE y la Comisión Europea, están dispuestas a seguir trabajando para alcanzar un acuerdo con Grecia pero previamente necesitan «una conclusión política». Y hasta que eso no llegue, para lo que el Eurogrupo se emplazó al próximo lunes, los organismos no podrán avanzar en las negociaciones. Grecia se mostró dispuesta a aceptar el 70% del programa de la UE sobre las reformas estructurales para salir de la crisis, pero se planta con dos líneas rojas dentro del 30% restante: la reforma laboral y el recorte de las pensiones. El ministro de Finanzas griego, Yanis Varufakis, presentaba ayer en Bruselas a sus colegas la propuesta de su Ejecutivo dejando claro que no quiere que Grecia salga del euro, en un marco de escepticismo donde «todas las posibilidades están sobre la mesa». A su salida se mostraba confiado en que el lunes que viene se pueda llegar a una conclusión conjunta.

La intención de Grecia de recibir un «crédito puente» con una duración semestral que le dé tiempo para continuar las negociaciones no cae bien en el lado europeo. Para el Ejecutivo alemán no es ni siquiera una alternativa. «Cada país es libre de hacer lo que quiera pero tenemos un programa y, o bien llevamos hasta su fin ese programa como corresponde, o bien no tenemos ningún programa», señalaba el ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schäuble.

Alemania tiene claro que no está por la labor de ceder posiciones ante Grecia. Francia e Italia, que en un principio parecían estar más cerca de la flexibilización de las condiciones, insisten al Gobierno griego en que cumpla con los compromisos adquiridos. «No se trata de ir en contra de los griegos sino que las reglas sean iguales para todos», señalaban fuentes europeas. Países como Portugal o Irlanda, que se han visto inmersos en programas similares al griego, tampoco se lo pondrán fácil a Atenas. Y España acudía al Eurogrupo «con una actitud constructiva y abierta, pero con el planteamiento claro de que las reglas son iguales para todos», tal y como señalaba el ministro de Economía, Luis de Guindos. Al terminar la reunión, reconocía que había acabado igual que empezaba, lejos del acuerdo.

Atenas quiere sustituir parte del programa europeo, ese 30% que rechaza, por diez recomendaciones de la OCDE. El primer ministro, Alexis Tsipras, acordó con el secretario general de la OCDE, Ángel Gurría, crear una comisión para implementar reformas a nivel económico y social. Por otro lado, para conseguir financiación, Grecia busca la ampliación del límite de emisiones de letras del Tesoro en hasta 8.000 millones, desde los actuales 15.000 millones y pide al BCE la devolución de 1.900 millones que ha obtenido de beneficio por la compra de deuda griega en el año 2010. Podría incluso utilizar parte del dinero del actual rescate. Asimismo, Grecia quiere reducir su objetivo de superávit primario desde entre el 3% y el 4,5% actual hasta el 1,5% del PIB.