Iberia

IAG impone el plan de ajuste inicial que prevé 4.500 despidos en Iberia

La matriz confirma la ruptura de la negociación y que aplicará la reestructuración más dura. Las centrales barajan realizar cinco jornadas de paros la semana del 18 de febrero

La Razón
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Iberia vuelve a la casilla de salida. Después de tres meses de negociaciones y otras tantas propuestas, su matriz, IAG, decidió ayer que la aerolínea española retome y aplique el primer plan de ajuste que presentó en noviembre. La decisión se adoptó un día después de que los sindicatos rechazasen la oferta de cierre para acordar el plan de reestructuración de la compañía y pusieran en marcha la maquinaria para convocar una huelga.

El Plan de Transformación de Iberia de noviembre, como lo denomina la compañía, es más duro que la última propuesta. Incluye 4.500 despidos –el 22% de la plantilla–, una rebaja de sueldos que oscila entre el 25% y el 35% y una reducción de su capacidad en un 15% para este ejercicio. Para alcanzar este último objetivo, la aerolínea contempla la supresión de rutas y frecuencias no rentables para centrarse en las líneas más rentables, con una disminución de flota de 25 aviones –cinco de largo radio y 20 de corto radio–. Todo ello, para mejorar los resultados en al menos 600 millones de euros para 2015 y conseguir que la compañía vuelva a la senda de los beneficios.

La propuesta final que realizó Iberia suavizaba las grandes cifras de la reestructuración que finalmente se aplicará. Las salidas se limitaban a 3.147, además de la realización de dos ERE temporales este año y el que viene para 580 y 283 trabajadores; la reducción salarial a entre el 11% y el 23% y el recorte de producción al 10 por ciento para 2013. Para los sindicatos, sin embargo, no era más que el ajuste de noviembre, pero camuflado, lo que les llevó a rechazarlo a pesar de que, según aseguraron ayer, la dirección de Iberia les amenazó el jueves con un plan más drástico si no lo firmaban.

Según explicaron fuentes próximas a IAG, la decisión de retomar el programa de ajuste inicial fue adoptada «por unanimidad» en el consejo de administración que celebró ayer el «holding», que ha impuesto así su tesis de realizar una reestructuración más drástica en Iberia después de que la dirección de la compañía española haya sido incapaz de lograr un acuerdo con los sindicatos en casi tres meses de negociación.

El plan, según explicaron las mismas fuentes, se aplicará de forma «inmediata» y bajo las condiciones de la nueva reforma laboral. Los sindicatos han tratado de mantener vivo durante toda la negociación el ERE 72/01, negociado con la anterior normativa laboral, más ventajosa para los trabajadores, y todavía en vigor. De hecho, Iberia aceptó el jueves emplearlo de forma «prioritaria» para articular las salidas, opción que IAG ya no contempla. Además, tampoco tiene previsto limitar en modo alguno la expansión tanto de Iberia Express como de Vueling. En un intento de acercar posturas con los sindicatos, que tanto habían criticado la externalización de producción de la compañía, la propuesta de Iberia del jueves limitaba la flota de la primera a catorce aviones y prohibía a Vueling utilizar el código de la aerolínea de bandera en Madrid ni en largo radio entre 2013 y 2017.

Una vez que ambas partes han reconocido oficialmente la ruptura de las conversaciones , el próximo paso será que se vean las caras la semana que viene–el martes o el miércoles, previsiblemente– en el Servicio Interconfederal de Mediación y Arbitraje (SIMA). Aunque el consejero delegado de IAG, Willie Walsh, aseguró ayer que Iberia sigue «lista y dispuesta» a negociar con los sindicatos, la realidad es que las opciones de evitar la huelga son ínfimas. Los sindicatos consideran un mero trámite la reunión para constatar el desacuerdo y decidir el calendario de movilizaciones. Lo más probable es que este calendario de paros, explicaron fuentes de las centrales, conste de cinco jornadas completas en la semana del 18 de febrero.

Para las centrales, si no se ha podido llegar a ningún acuerdo ha sido porque IAG no ha permitido a Iberia que se respetase el principio de acuerdo alcanzado en diciembre para empezar a negociar. «Willie Walsh no cede. Ése es el problema que nos hemos encontrado, que no era partidario de un ajuste más racional», asegura una fuente sindical, que incluso admite que, no siendo buena, la última oferta que hizo Iberia el pasado jueves podría haber sido un punto de partida para seguir negociando. «El problema ha sido la arrogancia con que se ha planteado la oferta al no poder negociarse algunos de los puntos por separado, así como la falta de voluntad de la compañía para seguir negociando».

La huelga que se dibuja en el horizonte no sólo paralizará la actividad de Iberia, sino la de casi toda la red aeroportuaria española. El servicio de «handling» –asistencia en tierra– de la compañía de bandera española presta servicio a 221 aerolíneas en 41 aropuertos.