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Invertir en cine: ayudar al séptimo arte y, de paso, rebajar la factura fiscal

Los incentivos tributarios y las ventas de derechos a las nuevas plataformas son , hoy en día, las principales vías de obtención de recursos para hacer películas

«Solo» es un ejemplo de cómo se financia actualmente nuestro cine
«Solo» es un ejemplo de cómo se financia actualmente nuestro cinelarazon

Sevilla fue el escenario escogido para la entrega de la XXXIII edición de lo Premios Goya. Estos galardones son, sin duda, el gran escaparate de una industria que ha vivido una gran transformación en los últimos años. Unos cambios que han afectado no sólo a las técnicas de producción empleadas, que han abaratado sensiblemente los costes, sino también a otros aspectos como la distribución y la forma de obtener recursos financieros. De las aproximadamente 170 películas españolas que se estrenan anualmente en nuestros país, apenas una treintena cuenta con el respaldo de grandes productoras. El resto encuentra en inversores ajenos a la actividad cinematográfica una importante vía de obtención de recursos. Pero, ¿por qué invertir en un film patrio, más cuando la recaudación en taquilla apenar llega para cubrir gastos de publicidad y copias? Pues uno de los reclamos con los que cuenta en la actualidad este tipo de inversión son los incentivos fiscales que la Ley recoge para la misma. «Las ayudas, tanto estatales como autonómicas, así como los créditos ICO, han sido vías tradicionales de financiación de las producciones. Sin embargo, hoy en día, los incentivos fiscales y la venta de derechos han ganado protagonismo y los han desplazado», explica Miguel Ángel Poveda, profesor de EAE Business School y CEO de Gold Tower Producciones. Así, por ejemplo, colaborar en la financiación de un largometraje se traduce en una deducción del 25% para el primer millón, y del 20% a partir de esta cantidad, con un límite de tres millones de euros. Asimismo, existe en el Impuesto de Sociedades deducciones para los productores ejecutivos, que asciende al 20%, con un máximo de un millón de euros.

Canarias y Navarra

Además, hay comunidades donde estos incentivos son mayores: Canarias, Navarra y País Vasco. En el caso de las producciones nacionales que se desarrollen en la comunidad insular y que obtengan el Certificado de Obra Canaria, los porcentajes de los incentivos son del 45% para el primer millón de euros, y del 40 % a partir del segundo, con un tope de 5,4 millones. Ello explica, en gran medida, que el número de rodajes haya aumentado un 500% desde 2011 en esta Comunidad. En Navarra y País Vasco, el porcentaje se eleva al 35% y el 30%, respectivamente, y al 40% si la obra está rodada en euskera.

Poveda manifiesta que los incentivos fiscales constituyen en estos momentos una vía de financiación muy importante para que en España se pueda hacer cine porque atrae el dinero de inversores ajenos a la industria y eso es muy positivo al dinamizar el mercado. «Para una película española, con un presupuesto medio de dos o tres millones de euros, los incentivos se sitúan en una horquilla comprendida entre los 700.000 y el millón de euros. Y eso es mucho dinero», explica. Precisamente, estas ventajas han sido decisivas para que los responsables de «Solo», de la que Poveda es productor ejecutivo, hayan escogido Fuerteventura para rodar la angustiosas horas que vive un surfista atrapado en un acantilado. El largometraje dirigido por Hugo Stuven es un claro ejemplo de cómo se financia en la actualidad el cine español. Y es que, además de beneficiarse de las ventajas tributarias, los derechos del mismo fueron adquiridos por Netflix en su tramo internacional. Y es que la irrupción de las nuevas plataformas en «streaming» han multiplicado el universo de la venta de derechos, tradicionalmente, reservado a cadenas de televisión. «Actualmente, hay muchos más actores que pueden adquirir los derechos de una película. Además, se pueden vender sólo a nivel internacional y negociar los nacionales con otra plataforma o televisión, y viceversa. Como se pueden recuperar transcurrida una década, se pueden volver a vender. El abanico de posibilidades y fórmulas se ha abierto mucho», precisa Poveda.

Asimismo, desde el 1 enero de 2015, la Ley española recoge un «Tax Rebate» (devolución de impuestos) para los proyectos extranjeros que realicen a través de un productor ejecutivo («line service») con domicilio fiscal en España. El «Tax Rebate» asciende al 20% con carácter general; al 40% en Canarias y al 35% en Navarra, con una modalidad en esta Comunidad de crédito fiscal (compensaciones en futuras declaraciones).

Con esta medida, se pretendía atraer rodajes internacionales a España, cuyo impacto económico y en términos de marca-país es muy importante. Aproximadamente, el 30% de los gastos de un rodaje se «quedan» en el territorio en el que se ha llevado a cabo, según las estimaciones de la Spain Film Commission. Y como muestra de esta rentabilidad, un botón. El británico Ridley Scott escogió Almería y Fuerteventura para rodar «Exodus». El film dejó importantes beneficios en estos territorios. La inversión directa superó los 43 millones de euros. Y es que el despliegue necesitó de la contratación de casi un millar de personas, a las que se sumaron otras 8.000 de forma esporádica, por no hablar de los gastos en alojamiento y restauración de las 300 personas que participaron en el rodaje.

«Juego de Tronos» es otra de las series que ha escogido España como lugar habitual de rodaje, atraídos por la buena climatología, el patrimonio cultural y paisajístico, sin desdeñar las ventajas fiscales. Incluso, los responsables de la serie invitaron en 2015 al entonces ministro de Hacienda Cristóbal Montoro a presenciar el rodaje, tal y como explicó en su día en los pasillos del Congreso de los Diputados. «Será por los incentivo», bromeó. Eso sí, Montoro matizó que no pensaba asistir, «no vaya a ser que me cojan como extra o me den algún papel».

Más incentivos

Carlos Rosado, presidente de la Spain Film Commission, considera que si se quiere competir con el resto de países de nuestro entorno, las ventajas tributarias de las que disfruta la producción en España deberían incrementarse. «En el resto de Europa, los incentivos se sitúan en una media del 30%, por lo que si se quiere ser competitivo y atraer más inversión, los porcentajes en España debería aumentar y, especialmente, los límite. Los tres millones pueden resultar insuficientes para las superproducciones. Grecia o Portugal han creado recientemente también su propios sistemas de incentivos y son más competitivos que el español», declara.

En este sentido, el ministro de Cultura, José Guirao, se ha mostrado receptivo a abrir una negociación con Hacienda sobre un incremento de los mismos.

Crownfunding, otra vía

El «crownfunding» se ha convertido en una fuente de financiación para películas y series, especialmente para aquellas que cuentan con bajo presupuesto. También es una fórmula atractiva para «rellenar» huecos de financiación, que no se han alcanzado por otras vías.

En España, «Carmina» de Paco León es un ejemplo, ya que que se financió, en parte, recurriendo a los préstamos colectivos.

Rodrigo Sorogoyen, cuya última obra, «Madre», está nominada a los Óscar en la categoría de Mejor Cortometraje, es otro de los cineastas que ha recurrido a esta fórmula, como ya hizo con «Stockholm». En EE UU, los fans de «Verónica Mars», consiguieron, a través de Kickstarter, una de las principales platafaformas de «crownfunding» de productos culturales, reunir el dinero necesario para producir una película que continuara la ficción.