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La Eurocámara quiere que los grandes depósitos sufran quitas solo al final

La Razón
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La Eurocámara aboga por que los depósitos no garantizados, es decir por encima de los 100.000 euros, puedan ser obligados solo en última instancia a sufrir quitas en caso de un rescate bancario, informó hoy el eurodiputado Gunnar Hökmark, ponente sobre la directiva comunitaria en la materia.

El eurodiputado popular indicó hoy en rueda de prensa que los grandes grupos políticos del Parlamento Europeo han logrado un amplio consenso sobre la posición de la Comisión de Asuntos Económicos y Monetarios acerca de la legislación de reestructuración y liquidación bancaria propuesta por la Comisión Europea (CE).

En primer lugar, la Eurocámara ha querido diferenciar entre una crisis de un banco específico y una crisis bancaria, es decir una crisis sistémica con riesgos para todo el sistema financiero de la eurozona - algo que la CE no hace- dado que opina que se requieren diferentes instrumentos"de intervención.

En este sentido también habrá una "clara división entre la recuperación y la liquidación bancaria.

En el primer caso la responsabilidad la deben asumir los accionistas y propietarios del banco y en el segundo las autoridades públicas, dijo Hökmark.

La Eurocámara quiere que en una crisis sistémica los gobiernos puedan intervenir un banco, como lo hacen actualmente, pero deben hacerlo sin distorsionar la competencia, las ayudas estatales y deben asegurarse de que se devuelva el dinero a los contribuyentes.

Los Estados podrán hacerse temporalmente cargo de los bancos y después privatizarlos "lo antes posible".

El objetivo es que los accionistas asuman las pérdidas y los contribuyentes recuperen su dinero cuando el valor de los activos vuelva a recuperarse y a arrojar potencialmente beneficios, indicó.

"Este dinero será usado para financiar futuras liquidaciones", señaló Hökmark, quien explicó que además los fondos nacionales de resolución bancaria tendrán que ser financiados ex ante (de antemano) pero los gobiernos tendrán la posibilidad de implementar otras soluciones, "siempre y cuando todos los bancos ingresen dinero en el mecanismo para contribuir a la estabilidad financiera".

Además, en casos transfronterizos, el país de origen (que tendrá que pagar el rescate) tendrá la última palabra en los planes de reestructuración y liquidación, pero el Estado miembro que acoge filiales del banco podrá también opinar, indicó.

Por su parte, cualquier financiación entre los diferentes fondos nacionales de resolución "será voluntaria"y "no vinculante", mientras que la intención de la CE era que se ayuden entre sí.

Para que sean los accionistas y acreedores quienes paguen la factura y no los contribuyentes como ahora, la CE exige la reestructuración o el rescate interno, denominada "bail-in", que prevé una recapitalización mediante la cancelación o la dilución de las participaciones y quitas de la deuda en mano de acreedores o la conversión de la deuda en acciones.

Los bancos tendrán que destinar un porcentaje mínimo de su pasivo al "bail-in"y se procederá a las quitas sobre los pasivos con una "jerarquía"preestablecida, empezando por las acciones, después sobre deuda subordinada y por último sobre deuda sénior.

Esta medida no tocará los depósitos protegidos ni los activos de los clientes y no entrará en vigor hasta 2018.

El Parlamento Europeo quiere aclarar que los depositantes tengan un trato preferencial, es decir que los depósitos por debajo de 100.000 euros queden excluidas del rescate interno.

"Lo que pasó en Chipre no debería volver a ocurrir, pero también todos los demás depósitos llegarán solo en última instancia a sufrir pérdidas", señaló Hökmark, es decir el riesgo de sufrir quitas para los ahorros superiores a 100.000 será "lo más reducido posible".

Además se eximirán la deuda con un vencimiento menor a un mes de sufrir pérdidas. "Por lo demás todo está más o menos sujeto al bail-in", señaló.

Sobre la fecha de entrada en vigor del rescate interno, indicó que los eurodiputados están debatiendo sobre la posibilidad de adelantar la fecha, como piden algunos países.