Aeropuerto de El Prat
La oposición exige la dimisión de Vargas por la huelga de El Prat
Los partidos acusan al presidente de AENA de precarizar el servicio de seguridad en busca de más beneficio y de dejar «a los pies de los caballos» al ministro con su «mala» gestión
Los partidos acusan al presidente de AENA de precarizar el servicio de seguridad en busca de más beneficio y de dejar «a los pies de los caballos» al ministro con su «mala» gestión.
Si hay que buscar un responsable del caos aéreo vivido en el aeropuerto de El Prat durante este verano, la oposición parlamentaria cree que, claramente, hay que dirigir la mirada hacia la dirección de AENA. PSOE, Podemos y PdeCAT solicitaron ayer al ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, que destituya al presidente de la compañía pública que gestiona los aeropuertos al considerarle como el responsable último del conflicto. Según la percepción de estos grupos, José Manuel Vargas, a la hora de contratar los servicios de seguridad privada de los aeropuertos, ha primado el precio que ofrecían las empresas sobre las condiciones laborales de los trabajadores, larvando de este modo un conflicto que ha estallado este verano en El Prat.
«Tenemos la percepción de que los gestores de AENA apuestan por reducir el gasto en seguridad para reforzar su rentabilidad», le espetó Carlos Campuzano, diputado de PdeCAT, a De la Serna, que acudió al Congreso de los Diputados a dar explicaciones sobre lo ocurrido en el aeródromo barcelonés por la huelga de los vigilantes privados de la empresa Eulen que trabajan en sus arcos de seguridad.
Mala gestión en Barcelona
Campuzano consideró que, en el caso concreto de lo ocurrido en El Prat, la gestión de Vargas ha sido mala porque, además, intervino tarde dado que el problema se empezó a manifestar a principios de julio, por lo que pidió su inmediata destitución. En este punto, el diputado nacionalista coincidió en su diagnóstico con la socialista María Mercé Perea. Su intervención fue quizá la más dura de las que hubo de escuchar ayer Íñigo de la Serna.
Perea acusó a Vargas de ser desleal no sólo con el servicio público por su forma de contratar la seguridad sino también con el propio ministro. «Yo, si estuviera en su lugar, no perdería ni un minuto en cesarlo porque lo ha dejado a los pies de los caballos», afirmó. «Lo de Vargas no tiene nombre. Le ha dejado solo en la resolución del conflicto cuando sabía que iba a estallar porque conocía los pliegos de los contratos de seguridad que han dado pie al conflicto, la precarización de las condiciones de trabajo, que es lo que subyace en el problema», concluyó la diputada socialista.
Las preguntas de Podemos
Al hilo del argumento de que Vargas conocía las precarias condiciones de los contratos de seguridad que están en el origen del conflicto, el representante de Podemos en la Comisión de Fomento del Congreso, Félix Alonso, afirmó que De la Serna ha tenido que apagar otro incendio de «su pirómano habitual».
«¿Por qué desapareció del conflicto de El Prat el señor Vargas obligándole a usted a tomar las riendas?», le preguntó Alonso al ministro. Para el diputado de Podemos, no hay duda de que el presidente de AENA es «un lastre» y debería salir inmediatamente de la empresa.
Aunque, por motivos obvios, al PNV la crisis de El Prat no le ha tocado directamente, su diputado Íñigo Barandiarán también aprovechó su intervención para poner en solfa la política sobre la contratación de la seguridad privada de AENA. «Si en lugar del precio, que es el principal elemento que se ha tenido en cuenta para las adjudicaciones, se hubiesen tenido en cuenta también las condiciones sociolaborales, se podría haber evitado el conflicto».
A las críticas de los partidos de la oposición respondió De la Serna tirando de legislación. El ministro aseguró que la contratación de seguridad privada de las administraciones del Estado «no es una subasta». De la Serna admitió que en casi todas prima el aspecto económico, pero que, en el caso de AENA, hay que superar además un filtro técnico y que se ha cumplido la ley de contratación del sector público.
Respecto a si Vargas debió hacer acto de presencia en la crisis antes, el ministro aseguró que, aunque no públicamente, tanto Fomento como AENA realizaron gestiones de mediación y que intervinieron cuando era preciso. Según De la Serna, al tratarse el de los vigilantes de Eulen un conflicto laboral en el seno de una empresa privada, la primera instancia en la que resolverlo era la negociación entre la compañía y los trabajadores.
Al no alcanzar ambas partes un acuerdo, fue la Generalitat, con competencias en la materia, la que trató también sin éxito de mediar en este conflicto.
Cuando también fracasó la intervención del Gobierno catalán, es cuando entró en escena el ministerio de Fomento. Lo hizo, explicó Íñigo de la Serna, porque cuando los trabajadores de Eulen anunciaron paros indefinidos de 24 horas desde el 14 de agosto, la situación cambió. Entonces, dijo el ministro, se ponía en riesgo la seguridad en el aeropuerto de la Ciudad Condal, lo que hizo necesario recurrir a la Guardia Civil.
A posteriori, el ministerio decidió solucionar el conflicto vía laudo –que será entregado mañana a las partes– porque se daban las condiciones para recurrir a esta medida.
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