Economía

Los fondos acapararán una buena parte del ahorro

Cuatro de cada diez partícipes en fondos tienen invertido un importe inferior a 20.000 euros

Sentados, Jaime Rodríguez y Carla Bergareche. Arriba, de izquierda a derecha, Beatriz Barros, Alfonso Sánchez y Sebastián Velasco
Sentados, Jaime Rodríguez y Carla Bergareche. Arriba, de izquierda a derecha, Beatriz Barros, Alfonso Sánchez y Sebastián Velascolarazon

Ante la falta de alternativas, estos vehículos de inversión convencen día a día a más ahorradores. Ocho de cada diez gestoras prevén que el patrimonio administrado crecerá este año.

El desplome del precio de los inmuebles y las bajas rentabilidades que ofrecen los depósitos bancarios han favorecido la canalización de buena parte del ahorro de los españoles hacia los fondos de inversión. Pero estos vehículos requieren una gestión activa capaz de lograr rendimientos positivos en un entorno marcado por una gran volatilidad. Los cinco expertos reunidos la semana pasada en LA RAZÓN coincidieron al asegurar que los fondos son el mejor instrumento para ahorrar a largo plazo.

Cuentan con una rigurosa supervisión que les obliga a ser transparentes y a un alto compromiso de liquidez con los inversores, son muy eficientes desde el punto de vista fiscal, disponen de los mejores profesionales en la gestión patrimonial y se benefician de economías de escala (al operar en grandes volúmenes) que les facilita y abarata la inversión en todo tipo de activos.

La rentabilidad media que lograron los fondos a tres años en 2015 fue del 3,66%. El patrimonio de la industria de inversión colectiva creció más de un 14% y el número de partícipes se incrementó un 17,7%. Mientras que el 10% del ahorro familiar ya ha sido destinado a los fondos de inversión, ocho de cada diez gestoras prevén que el patrimonio gestionado continúe creciendo este año, el 70% piensa que el dinero que vence en depósitos fluirá hacia estos vehículos, y el 68% cree que los activos bajo gestión aumentarán más del 5% en 2016.

COMBINACIÓN DE ACTIVOS

Como consecuencia de las políticas monetarias expansivas, la gestión activa, basada en la búsqueda de rentabilidad ajustada al riesgo, que realizan las gestoras, no ha brillado frente a otros instrumentos que replican directamente el comportamiento de los índices (gestión pasiva). Alfonso Sánchez, director de desarrollo de negocio de Carmignac, recuerda que estamos asistiendo al inicio de la normalización de esas políticas monetarias en Estados Unidos y, por ende, «volverá a ponerse en valor la gestión activa».

Los flujos de capital que están recibiendo los fondos procedentes de los depósitos suponen una gran oportunidad para que estos instrumentos, hasta ahora desconocidos por muchos ahorradores españoles, demuestren lo que son: «El mejor vehículo para gestionar el ahorro a medio y largo plazo». Más allá de garantizar una experiencia satisfactoria a los clientes, que dependerá fundamentalmente de las rentabilidades que consigan, Sánchez defendió que la industria deberá demostrar su capacidad para asesorar a cada cliente en función de sus necesidades y de su perfil de riesgo, así como esforzarse por transmitir confianza.

Cualquier propuesta de cartera de inversión a largo plazo debe ser diversificada y combinar los grandes grupos de activos: liquidez, renta fija, renta variable e inmobiliarios. Sin embargo, Beatriz Barros de Lis, directora general de AXA Investment Managers para España, explicó que las proporciones dependerán en cada caso del perfil de riesgo de cada uno de los clientes. «Para preservar el capital y optimizar la rentabilidad es de vital importancia la gestión activa».

La inversión en fondos no puede concebirse como táctica, porque los mayores beneficios se obtienen principalmente a largo plazo. Barros señaló que la tasa de sustitución de la pensión pública irá decreciendo en los próximos años y, cada vez, supondrá un menor porcentaje de nuestro sueldo y que, como la oferta de los planes de pensiones está mucho menos desarrollada que la de fondos de inversión, «las carteras de éstos o los fondos perfilados constituyen una alternativa perfectamente válida a un plan de pensiones».

El inversor particular español tiene, en general, un perfil conservador. La mayoría desconoce qué es un fondo y cómo funciona. Por ello, la educación financiera debe seguir mejorando. «Los inversores tienen que ser conscientes de su propio perfil de riesgo y comprender bien los productos que incorporan a su cartera». No obstante, Barros de Lis admitió que las decisiones sobre cómo construir una cartera a largo plazo no son nada sencillas, por lo que «resulta imprescindible contar con asesoramiento, bien a través de las entidades bancarias, bien a través de EAFI o de agentes independientes registrados». De igual modo, indicó que las «carteras discrecionales y los fondos de fondos perfilados son una opción óptima».

El cortoplacismo perturba las estrategias de inversión. Las entradas y salidas frecuentes en las carteras suelen obedecer a desconocimiento y nerviosismo ante los movimientos de los mercados, y provocan el efecto pernicioso de que acabemos vendiendo barato y comprando caro. Así, Barros de Lis reiteró que «es crítico que los partícipes en fondos gestionen correctamente sus emociones y no se dejen llevar por la volatilidad del mercado a la hora de tomar decisiones».

A CINCO AÑOS VISTA

Ahorrar no es sólo de ricos. De hecho, de un estudio del Observatorio Inverco se desprende que cuatro de cada diez partícipes en fondos tienen invertido un importe inferior a 20.000 euros. Y el total de partícipes en fondos de inversión en España es de ocho millones. Sebastián Velasco, director general de Fidelity, sugirió establecer un horizonte temporal próximo a los cinco años, porque es el plazo tenido en cuenta por la mayoría de los fondos, y aseguró que, salvo en casos extremos de bajos ingresos, son muchos los hogares que tienen capacidad de ahorrar. «Las entidades financieras facilitan el ahorro periódico en fondos u otros productos desde 50 euros al mes».

Las encuestas realizadas por Fidelity reflejan que los españoles están satisfechos con sus asesores en mayor medida que la media, así como que confían en las entidades financieras más que otras nacionalidades. Aunque la crisis financiera de 2008 supusiera una importante pérdida de confianza, los cambios regulatorios tienen el objetivo de proteger al pequeño inversor y de promover la independencia en el asesoramiento financiero, por lo que «evitarán que los intereses corporativos puedan interferir en las soluciones más adecuadas para cada ahorrador». Velasco destacó que «los cambios regulatorios traerán transparencia y objetividad en el asesoramiento financiero, lo cual será muy positivo no sólo para los inversores, sino también para todos los actores del sector».

Más allá de que los fondos se postulen como los vehículos idóneos para canalizar los ahorros a largo plazo, los ahorradores deben aceptar que las rentabilidades serán menores que años atrás. «El entorno de inflación y de tipos de interés bajos empuja las rentabilidades de todos los activos a la baja. Quien quiera obtener rendimiento de sus ahorros tendrá que asumir algo de riesgo», remarcó Sebastián Velasco.

CULTURA FINANCIERA

Al igual que enseñan a los niños en los colegios conocimientos sobre el medio ambiente o a resolver ecuaciones, los ponentes coincidieron en que deberían recibir en las aulas nociones básicas de Economía. Jaime Rodríguez, director de NN Investment Partners, no cree que los españoles no tengan cultura financiera. Considera que saben perfectamente lo que quieren hacer con sus inversiones y patrimonio, y que lo que les falta es experiencia en gestionar su ahorro financiero de cara a la jubilación. Se trata de una necesidad, ya que la crisis ha destapado el riesgo evidente de sostenibilidad del sistema de pensiones.

Como consecuencia del desarrollo de las nuevas tecnologías, el acceso a la información ya no es patrimonio exclusivo de los grandes inversores. Está al alcance de todos, pero instó a profundizar en el esfuerzo para ampliar la cultura financiera de los particulares, que les permita entender que las inversiones deben tener un horizonte a más largo plazo.

Por su parte, Carla Bergareche, directora general de Schroders para España y Portugal, considera que la cultura del ahorro en España necesita claramente un impulso, y que es importante que la población sea consciente de que hay que ahorrar más, ya que nuestra alta tasa de envejecimiento repercutirá en el sistema público de pensiones. «Hay una necesidad mayor de ahorrar para nuestra propia jubilación y para eso hay que estar dispuesto a destinar, desde que se empieza a trabajar, consumo de hoy al consumo de mañana».

Depósitos

Pese a que los fondos sean el mejor vehículo para que los inversores particulares canalicen sus ahorros a largo plazo, cree que hay que tratar de evitar que los inversores se vuelquen en estos vehículos solamente porque la alternativa de los depósitos ya no es interesante por su reducida rentabilidad.

«La industria de fondos en España tiene un futuro muy brillante. Aún nos queda un largo camino de crecimiento hasta situarnos en el mismo nivel que nuestros vecinos europeos en lo que respecta a la inversión de particulares en fondos». El director de NN Investment Partners achaca este retraso, en cierta medida, a que en nuestra cultura de inversión siempre ha primado el sector de la vivienda sobre los productos financieros.

Sin embargo, piensa que, según se vaya recuperando la economía, lo normal es que comencemos a ver un mayor crecimiento de los vehículos de inversión a largo plazo. La industria de fondos es, probablemente, una de las más competitivas. Y para las gestoras de activos, esa competitividad exige una especialización y excelencia muy elevadas, ya que sólo los mejores acaparan los flujos de inversión.

Rodríguez resaltó que la gestión requiere unos recursos cada vez mayores y costosos, por lo que sólo alcanzando economías de escala podrán sobrevivir. «Es un tema de volumen, por lo que se prevé una fuerte consolidación del mercado próximamente». Bergareche corroboró que «la gran asignatura pendiente del inversor español está en la planificación a largo plazo». Tanto los cambios en la pirámide poblacional como la situación del mercado laboral y la progresiva reducción durante los últimos años del Fondo de Reserva de la Seguridad Social, revelan las dificultades para mantener el sistema actual de pensiones, y plantean la necesidad de reforzar el ahorro privado de los españoles, que deben asumir el control de su propio destino y empezar a planificar y ahorrar con una visión a futuro.

Debido al entorno de bajos tipos de interés, «no hay ninguna alternativa tan competitiva como los fondos de inversión para lograr rentabilidad». Bergareche insistió en que un fondo adecuadamente estructurado y bien gestionado se presenta como una de las mejores opciones para colocar los ahorros. Y agregó que el inversor tiene que asumir más riesgo que antes para obtener una rentabilidad equivalente, por lo que debe ser más cauteloso y buscar un mayor asesoramiento.

VENTAJAS FISCALES

Más allá de su seguridad, supervisión, liquidez diaria, diversificación, transparencia y control de riesgos, la fiscalidad de los fondos de inversión es una de sus mayores ventajas. Bergareche reveló que los partícipes gozan de un régimen de traspasos que permite el aplazamiento del IRPF mientras se mantiene el ahorro en el fondo o se traspasa a otro fondo. «Este régimen fiscal es exclusivo de los fondos de inversión, por lo que se trata de una ventaja adicional frente a otros productos». No obstante, puso de manifiesto que se paga por la plusvalía o minusvalía patrimonial proporcional al reembolso. Así, cuando se retira el dinero de un fondo no todo es ganancia, sino que se calcula el beneficio atribuible a cada participación.