Caso Bankia
Miguel Blesa ganó en Caja Madrid cerca de 27 millones de euros
El escándalo de las «tarjetas B» se lleva por delante a Juan Astorqui, uno de sus hombres de confianza.
Juan Astorqui, director de Comunicación de Caja Madrid durante los 14 años que Miguel Blesa estuvo al frente de la entidad financiera fue destituido ayer de su cargo de vicepresidente de Burson Marsteller España, la filial española de una de las principales firmas internacionales del sector de la comunicación y las relaciones públicas. Astorqui, que ya había sido consejero delegado de la compañía, se reintegró a la misma en septiembre de 2010, cuando finalizó su relación contractual con la caja de ahorros madrileña. Astorqui, junto con Ildefonso José Sánchez Barcoj y Matías Amat, formaba el círculo de confianza de Miguel Blesa, en el que se podría incluir también al que fuera secretario del consejo, Enrique de la Torre.
En un comunicado difundido ayer, Burson Marsteller asegura que ha tomado la decisión para evitar cualquier posible perjuicio a la compañía y sus clientes ante las recientes informaciones sobre el uso por parte de directivos y consejeros de Caja Madrid de tarjetas de crédito opacas al fisco sobre las que se cargaban los gastos de representación. Según los datos facilitados por Bankia, el ex director de Comunicación de la entidad financiera realizó un gasto total de 293.000 euros, a razón de 36.600 euros por año. La compañía ha afirmado que la salida de Astorqui supone el cese de todas sus responsabilidades, tanto como miembro del consejo de administración como en su relación profesional con los clientes de la firma.
Buena parte de la vida profesional de Astorqui está ligada a la de Miguel Blesa desde su llegada a la presidencia de la Caja de Ahorros de Madrid en el año 1996. Astorqui tenía unos ingresos anuales por encima del millón de euros. Su relación contractual con la entidad financiera se zanjó con una indemnización de cerca de 1,34 millones.
Miguel Blesa quiso poner Caja Madrid en el primer peldaño del ránking de las cajas de ahorros españolas y para ello no dudó en ningún momento en crecer al precio que fuera para incrementar el tamaño de su balance. Se multiplicó la apertura de oficinas por toda España, se acometió una tímida internacionalización, pero para ello se asumieron unos riesgos que a la postre terminaron por poner contra las cuerdas sus números cuando los mercados internacionales dejaron de suministrar la financiación que se requería.
Blesa se despidió de Caja Madrid con una caída de sus beneficios del 68% en el balance de 2009 demasiado tocado como para que su sucesor, Rodrigo Rato, se viera obligado a realizar una nueva provisión para cubrir riesgos de más de 4.000 millones de euros.
Durante su mandato no sólo se multiplicaron los créditos y los riesgos, sino también los salarios, que empezaron a parecerse más a los de los responsables de los bancos, aunque no tuvieran que rendir cuentas ante los accionistas y a la Bolsa. A lo largo de los más de trece años que estuvo al frente de Caja Madrid, Blesa atesoró alrededor de 27 millones entre salarios anuales e indemnización.
Mientras su predecesor, Jaime Terceiro tenía unos emolumentos de 180.000 euros anuales al final de su mandato, Blesa dejó la caja de ahorros madrileña llevándose una remuneración de 3,5 millones de euros.
Lo más curiosos del caso es que fue justamente al comienzo de la crisis financiera cuando su sueldo pasó de 1,7 a 3,5 millones. Entre los años 2003 y 2010, Miguel Blesa percibió un total de 19,749 millones de euros. En 2011, al año siguiente de abandonar sus responsabilidades en Caja Madrid sus ingresos se redujeron a poco más de 96.000 euros.
Su sucesor en el cargo, Rodrigo Rato consiguió la anulación del millonario bonus que Blesa había aprobado para él y para nueve de sus directivos por importe de 25 millones de euros. José Ignacio Goirigolzarri, actual presidente de Bankia, tiene limitada su retribución anual a 500.000 euros.
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