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Los enemigos de la recuperación de España

«Obama cree que España ya es un socio fiable para Estados Unidos»

El presidente español durante su viaje a Washington
El presidente español durante su viaje a Washingtonlarazon

En la agenda internacional que el presidente del Gobierno viene desarrollando desde su llegada a la Moncloa, la visita oficial realizada la pasada semana a Washington y su reunión de trabajo con Barack Obama no fue una cita más, sino probablemente el contacto bilateral más importante de la legislatura, en primer lugar por la importancia del interlocutor –EE UU es el principal inversor extranjero en nuestro país– y además, por la peliaguda misión que la delegación española cumplió finalmente con éxtio: convencer a la Administración estadounidense de que, más allá de nuestra consolidada alianza estratégica y de defensa, España es un socio fiable con el poco a poco se puede contar cada vez más en lo comercial y económico.

«Hemos suturado las heridas abiertas por José Luis Rodríguez Zapatero», afirmaba una fuente de Moncloa a este diario valorando los resultados de la visita del pasado lunes y martes a la capital estadounidense: «Se ha creado la certeza en la Administración de Barack Obama de que España es un socio fiable para Estados Unidos».

La importancia de nuestra relación con Estados Unidos difícilmente puede ser exagerada. España es ya el décimo inversor extranjero en EE UU con un stock de inversiones directas de 47.352 millones de euros entre 2005 y 2012. 700 empresas españolas están activas en el país dando trabajo a 70.000 ciudadanos estadounidenses. Además, la eventual firma del Tratado de Libre Comercio entre Estados Unidos y la Unión Europea creará un espacio de libre intercambio económico que supondrá el 50% del PIB mundial y que previsiblemente integrará aún más nuestras economías.

El resultado «satisfactorio para España», en palabras del propio Rajoy, de la visita de esta semana viene a refrendar la madurez del equipo de colaboradores más cercano del presidente español tras dos años en el poder en los que se ha centrado principalemte en las urgentes reformas internas. Este espaldarazo es especialmente significativo al producirse en el área de la política exterior, donde la experiencia es menor y los imponderables muy numerosos, en efecto: en una visita de este tipo infinidad de cosas pueden salir mal y cualquier error de cálculo puede dar al traste con los objetivos señalados para la visita.

«El viaje ha estado bien. Se ha hecho un intento. Esto es un principio y hay que continuarlo», afirmó Erik Martel, gran conocedor del alma de Estados Unidos y consul general en Houston (1975-1979) y Miami (1985-1993). «Me llamó especialmente la atención el respeto a la bandera española demostrado por los soldados estadounidenses durante el acto en el que Rajoy rindió homenaje ante la tumba al soldado desconocido en el Cementerio Nacional de Arlington. Eso en el leguaje americano es un mensaje: «no hemos olvidado». Además, según señalaron también fuentes de Moncloa, la reciente visita oficial de trabajo del presidente a Estados Unidos ha hecho patente que «como país volvemos a tener una agenda internacional de primer nivel». En efecto, durante las últimas semanas Mariano Rajoy ha mantenido encuentros con Herman Van Rompuy, presidente del Consejo Europeo; José Manuel Durao Barroso, presidente de la Comisión; el presidente de la República Francesa, Françoise Hollande; el ministro de Exteriores japonés, Fumio Kishida, además de departir con Obama durante 65 minutos en el Despacho Oval de la Casa Blanca.