Banco Popular
Popular perdió 12.218 millones hasta junio
En los seis primeros meses del presente año, los clientes sacaron de la entidad un total de 18.552 millones de euros.
En los seis primeros meses del presente año, los clientes sacaron de la entidad un total de 18.552 millones de euros.
Banco Popular registró unas pérdidas contables de 12.218 millones de euros en el primer semestre del año, según los datos hechos públicos ayer por la Asociación España de Banca (AEB). Banco Popular fue declarado inviable por el Banco Central Europeo y vendido a Banco Santander el pasado 7 de junio por un euro. La cifra conocida ayer de forma oficial no dista apenas nada de la que adelantó, a finales del mes de julio, el consejero delegado de Santander, José Antonio Álvarez, en la presentación de los resultados de los seis primeros meses de 2017. En ese periodo, el grupo que preside Ana Botín obtuvo un beneficio atribuible de 3.616 millones de euros. Banco Popular contribuyó a esa cifra con 11 millones durante los 24 días que consolidó sus cuentas desde la adquisición.
La entidad que presidía Emilio Saracho en el momento de la compra por parte de Santander había perdido el pasado año 3.485 millones de euros, las mayores de su historia, después de que la práctica totalidad de los renglones de su cuenta de resultados se viera reducida sensiblemente en relación con los números de 2015. En 2016, Popular se vio obligado a realizar unas provisiones extraordinarias por importe de 5.692 millones de euros para cubrir los deterioros de su negocio inmobiliario, las cláusulas suelo y Targobank. El negocio bancario de la entidad presentó un beneficio contable de 998 millones de euros, con una ratio de morosidad del 6,1%.
De acuerdo con la cuenta de resultados individual de Banco Popular, entre enero y junio, la entidad obtuvo un margen de intereses (la diferencia entre lo que ingresa por el dinero que presta y lo que paga por los depósitos de hogares y empresas) de 734 millones de euros. Los ingresos totales (margen bruto) se redujeron a 693,5 millones de euros y las provisiones dejaron el resultado de explotación en unas pérdidas de 3.967 millones de euros. A esta cantidad habría que añadir nuevas provisiones por deterioro del valor de los activos hasta totalizar los 12.218 citados.
Uno de los aspectos más dramáticos de los seis primeros meses de 2017 de Banco Popular fue la fuga de depósitos, que se ha calculado en 18.552 millones de euros, de acuerdo con los estados financieros publicados ayer por la AEB. A cierre de 2016, Banco Popular contaba con 71.473 millones de euros en depósitos de la clientela, que se redujeron a 52.921 millones a cierre de junio pasado.
Contra la corriente
La salida de depósitos fue especialmente significativa en los meses de abril y junio, es decir, desde el mismo momento en el que su entonces presidente, Emilio Saracho, que había sustituido unos meses antes a Ángel Ron, anunció que el banco estaba abocado a una ampliación de capital o una venta, y cuando se llevó a cabo su resolución. En ese periodo, la salida depósitos de clientes ascendió a 14.251 millones de euros. De hecho, la sangría sólo se detuvo cinco días después de que Banco Santander se hiciera con la riendas de la entidad e inyectara una fuerte cantidad de dinero para poder hacer frente a su operativa diaria. Como se recordará, la resolución de Banco Popular se produjo ante la imposibilidad de obtener liquidez en el Banco Central Europeo por falta de garantías. Popular cerró junio con una cartera crediticia (préstamos y créditos a la clientela) por valor de 72.476 millones. El activo total del banco a cierre del primer semestre ascendía 122.146 millones.
Las cifras de la entidad contrastan fuertemente con el resultado del sector. Los bancos de la AEB obtuvieron un beneficio atribuido de 6.964 millones de euros, un 18,6% más que en el mismo periodo del año anterior, gracias, fundamentalmente, al buen comportamiento de los ingresos procedentes del negocio puramente bancario. En un comunicado difundido ayer, la AEB explica que esta mejora de los ingresos recurrentes permitió compensar «los menores resultados de las operaciones financieras y el incremento del gasto por impuestos. La patronal bancaria destaca también la tendencia decreciente de las provisiones para insolvencias, que se redujeron en un 6%.
El crédito a la clientela redujo su saldo en un 2,4% en el periodo analizado y se situó en 1,5 billones de euros, con una tasa de morosidad del 5,2%, siete décimas menos que hace un año. Los depósitos de los clientes se mantuvieron en niveles similares a los de 2016, en 1,4 billones de euros, con una reducción de apenas el 0,6%, debido en parte a los bajos tipos de interés, que hacen poco atractivo a los ciudadanos ahorrar.
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