España
¿Por qué suben menos?
Después de la congelación de las pensiones realizada al final de su legislatura por el Gobierno socialista, fue una sorpresa que Mariano Rajoy prometiese que él mantendría el poder adquisitivo de los jubilados subiendo las pensiones el mismo porcentaje que subiese la inflación. La promesa era bonita y solidaria, pero casi imposible de ejecutar en un año en el que Europa nos exige bajar el déficit al 6,3% del PIB. Estamos hablando de la mayor reducción en un año de gasto público en un país en la historia de la OCDE.
Si la tarea era de por sí difícil, es agravada porque este año ha crecido exponencialmente el paro y con ello las prestaciones por desempleo, incrementando los gastos del Estado. En sentido contrario, la recaudación fiscal ha caído a plomo porque las familias han dejado de consumir y el conjunto de las empresas ha perdido más de un 60% de sus beneficios, haciendo que los descensos en ingresos por IRPF y Sociedades hayan sido brutales. No olvidemos también que un tercio de los impuestos que España ingresa se pierde tan sólo en pagar intereses. Para colmo, este año ha subido la inflación del 2,4% a 2,9%.
Con esta foto, ya parece sorprendente que el Gobierno sea capaz, como va a hacer, de subir el 2% la prestación a los pensionistas que ganan menos de mil euros y un 1% a los demás. Tengamos presente que estamos hablando de un inmenso colectivo de 8.140.000 personas. Subirlo al nivel de la inflación hubiera costado 2.300 millones más, dinero que no tenemos.
No lo tenemos porque España este año se juega su credibilidad internacional con el compromiso del control del déficit. Ya hemos defraudado a nuestros socios europeos los años anteriores y debemos evitar a toda costa que nos equiparen a los griegos y, como consecuencia, nos traten como a ellos.
Para controlar el déficit, la OCDE nos pide que hagamos más subidas de impuestos y superiores recortes de gasto. Desgraciadamente, en esta crisis todos los colectivos en España tendrán que asumir una parte del sufrimiento para pagar los excesos del pasado. La anterior semana fueron abogados y procuradores con el incremento de tasas; ésta, los pensionistas, y los próximos en la lista serán los funcionarios públicos, ya que (nos guste o no) veremos una inevitable reducción en los más de tres millones de funcionarios a los que pagamos entre todos para que nos den bienestar.
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