Lisboa
Portugal paga un 40 % más de intereses para colocar su deuda a un año
Portugal logró colocar hoy el máximo de su emisión de deuda a corto plazo en el mercado, aunque en el caso de sus bonos a doce meses tuvo que pagar a cambio un interés un 40 % mayor al del último precedente, el pasado mes de mayo.
El Tesoro luso vendió 1.200 millones de euros en títulos con vencimiento a un año al 1,72 %, sensiblemente superior al 1,23 % que pagó hace dos meses, una subida que los analistas atribuyen al contexto de inestabilidad política que vive el país, pendiente de una solución a la crisis de Gobierno que estalló hace dos semanas.
También adjudicó otros 300 millones de euros en bonos a cinco meses entre los inversores, que le exigieron una rentabilidad del 1,04 %, la misma tasa que la registrada en junio en una subasta de deuda con un plazo ligeramente superior, a seis meses.
El resultado de la emisión de hoy refleja que la desconfianza de los mercados hacia Portugal ha vuelto a aumentar, lo que contrasta con la situación que vivía hace sólo dos meses, en mayo, cuando la presión sobre su deuda alcanzó su valor más bajo desde su petición de rescate, en 2011.
De hecho, el Tesoro luso no había pagado una tasa de interés tan alta para colocar sus bonos a doce meses en ninguna de las cuatro subastas a este mismo plazo realizadas a lo largo de 2013, y hay que remontarse hasta octubre del pasado año para encontrar una cifra superior (2,1 %).
Mientras tanto, en el mercado secundario -donde se compran y venden los títulos a largo plazo adquiridos en emisión pública- la penalización exigida por los inversores se mantenía hoy estable, en el entorno del 7,2 % en el caso de las obligaciones lusas a diez años, que sirven como referencia.
Además del actual contexto de inestabilidad política, Portugal también conoció ayer el empeoramiento de las previsiones económicas de su banco central de cara a 2014, y que pronostican un estancamiento para el próximo ejercicio.
El Banco de Portugal redujo en ocho décimas sus proyecciones sobre la subida del PIB, que la sitúan ahora en el 0,3 %, lo que en la práctica supondría "crecimiento cero".
Este agravamiento relegó a un segundo plano la mejora de sus estimaciones de 2013, que ahora calcula cerrará con una recesión del 2 %, tres décimas menos que en su anterior previsión.
El banco central luso atribuyó de forma explícita a los cortes que recoge la reforma del Estado que prepara el Gobierno a instancias de la UE y el Fondo Monetario Internacional -entidades que le concedieron a Portugal su rescate financiero- como principal causa del empeoramiento de su pronóstico para 2014.
El alcance de las medidas de austeridad aplicadas en el país fue precisamente el motivo que provocó el estallido de la crisis en el seno de la coalición gubernamental, formada por los dos partidos conservadores, el socialdemócrata (PSD) y el democristiano (CDS-PP).
El líder del CDS-PP, Paulo Portas, presentó su dimisión el pasado 2 de julio como titular de Exteriores por sus divergencias con el primer ministro, Pedro Passos Coelho, quien a su vez preside el PSD.
Portas colocó al borde de la ruptura esta alianza, aunque días más tarde recapituló y acordó con Passos Coelho una remodelación del gabinete en el que tendría mayor influencia y sería nombrado viceprimer ministro.
Esta solución, sin embargo, no fue aceptada por el jefe de Estado, el histórico dirigente conservador Aníbal Cavaco Silva, quien optó por reclamar tanto a los partidos en el Gobierno como al principal grupo de la oposición, el socialista, un acuerdo de "salvación nacional".
Las negociaciones entre las tres formaciones políticas arrancaron el domingo y continúan hoy bajo la premisa de lograr un pacto que garantice la estabilidad política del país y el cumplimiento del programa de asistencia financiera acordado con la UE y el FMI, que culmina en junio de 2014.
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